DOMINGO Ť 25 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Se han convertido en agencias electorales, considera
En crisis, los partidos políticos de todo el mundo: Aziz Nassif
Ť Responden a intereses de grupos oligárquicos, dice Luis Javier Garrido en el foro México Después del 2 de Julio
MARIA RIVERA
Los partidos políticos viven una crisis en el mundo entero y los nacionales no son la excepción. Esa fue una de las conclusiones principales del foro México Después del 2 de Julio, organizado por La Jornada y Casa Lamm el pasado viernes. El Estado-nación, definidor del ámbito de la ciudadanía, explicó Alberto Aziz Nassif, ha perdido gran parte de su soberanía frente a las redes globales de riqueza y poder. Esto ha llevado a los institutos políticos a transformarse en agencias electorales, con discursos intercambiables, que ya no representan los intereses de los ciudadanos. Ante este panorama, el doctor Luis Javier Garrido señaló a la sociedad civil como única alternativa de cambio verdadero.
Rosalbina Garavito centró su análisis en la situación del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Desde su punto de vista, el ciclo político que dio origen al perredismo se agotó, lo que obliga a su refundación. Recordó que desde sus orígenes pospusieron la definición ideológica, centrando todo su esfuerzo en la búsqueda de la legalidad electoral, pero al retomar la ciudadanía aquella demanda, lo obliga a volver los ojos hacia su asignatura pendiente. "La izquierda nacionalista y popular fue derrotada el pasado 2 de julio. Hoy, el desafío para el PRD es construir un programa de clase, que le permita no sólo resistir, sino derrotar, la propuesta de la derecha empresarial hegemónica".
Posible desviación del PRD: Garavito
La maestra mencionó uno de los obstáculos que deberá sortear este instituto político. La voracidad de votos ha vuelto al PRD proclive a aliarse con quien sea, afirmó, y el PRI -"o lo que de él queda"- podría convertirse en un posible asociado, desviándolo de su ruta. "Bajo el lema de enfrentemos el conservadurismo, y al grito de šviva Juárez!, es muy fácil confundir lucha de izquierda con nostalgia del pasado".
Garavito reconoció ser poco optimista en torno a las posibilidades de cambio del PRD, y dijo que el desafío más importante de la izquierda se levanta fuera de las instituciones partidarias: el germen de la modernidad no está en el perredismo, sino en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Este movimiento ha tenido la virtud de levantar un proyecto que implica la democratización radical del Estado mexicano. "Cuando reclaman autonomía para los pueblos indios, en realidad están sentando las bases para un nuevo Estado-nación, así como para una relación distinta entre el Estado y las organizaciones sociales, basada en el respeto a la autonomía de las primeras", sostuvo, y señaló que de lo que suceda con la iniciativa de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) dependerá en gran medida el porvenir de la izquierda mexicana, "que es también el futuro del país".
Un escenario artificial en México
Para Luis Javier Garrido, la discusión en torno a la viabilidad de los partidos políticos está fuera de contexto. El siglo XX estuvo marcado por esos institutos, aceptó, pero el actual será el de la sociedad civil y de los ciudadanos. Lo que existe en México, continuó, es un escenario bastante artificial, "porque los partidos no corresponden a las fuerzas políticas que luchan en el país".
Los mexicanos no tuvieron el 2 de julio una verdadera opción, estableció, porque todos los partidos responden a los intereses de los grupos oligárquicos. "No representan alternativa alguna a las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial".
El cambio profundo que requiere la sociedad no provendrá de estos institutos políticos, recapituló, sino de la sociedad civil -"que se está convirtiendo en un actor fundamental de su propio destino"-, del EZLN, y de los movimientos obreros y estudiantiles.
Alberto Aziz Nassif, por su parte, mencionó que la democratización se encuentra en una fase llena de riesgos, amenazas y fragilidad, donde los que se fueron no acaban de acomodarse y los que llegaron apenas están entrando.
Los partidos políticos, planteó, deben ser analizados desde el contexto de la globalización y la crisis de la democracia. La tensión entre las identidades específicas y las universales, y la caída de la legitimidad del sistema político ha arrastrado a los partidos a practicar un modelo profesional electoral con características comunes. Son agencias electorales que se mueven en esquemas de medios de masas, con estructuras de organización territorial, que frecuentemente entran en crisis por problemas de financiamiento.
Las elecciones pasadas generaron un nuevo sistema de partidos, pero no fue tanto un cambio de reglas como una modificación de fuerzas, comentó.
Eutanasia para el PRI
El PRI pasó, en unos cuantos años, de partido hegemónico, a un futuro incierto. "Pero el hecho de perder la Presidencia no implica que automáticamente desaparecen estructuras e intereses que están amalgamados en ese partido. Le queda una gran capacidad para obstaculizar". Bromeando, retomó lo dicho por un militante priísta. "El PRI tiene dos caminos: la eutanasia o la muerte, podemos hacer elecciones". Su análisis sobre el PRD fue un poco más optimista. Primero recordó que el resultado electoral regresó a esta formación política a su pasado, al quedarse con el mismo voto duro que había conseguido en las elecciones de 1988 y de 1994. Se impone una dolorosa autocrítica, reconoció, "pero el horizonte ofrece oportunidades para que se pueda establecer una izquierda democrática y moderna". En cuanto al PAN, Aziz dijo que debe pasar por un periodo de reacomodo de partido opositor a gobernante, cosa que no siempre ha podido hacer: "Le cuesta ser incluyente y pragmático a la hora de gobernar".
El panorama final que pintó el analista para la incipiente democracia es complicado: un presidencialismo que tiene que ser cada vez más acotado, un Congreso dividido que no garantiza consensos, y un esquema multipartidista que está en crisis aguda. No faltaría quien dijera: šqué suerte para las desgracias!