DOMINGO Ť 25 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť En el último año, los ingresos de 10 empresas triplicaron el PIB de México, según Fortune
Desde hoy, Cancún es foco del debate por la globalización
Ť Opositores al neoliberalismo realizarán mesas de trabajo paralelas y protestas por el foro mundial
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Convertido en el rostro más visible de la globalización, el comercio mundial de mercancías tuvo un sólido crecimiento de 6.5 por ciento anual en la última década, y permitió una expansión de las ganancias que ha reconfigurado el mapa del capitalismo mundial. Al mismo tiempo, la apertura de fronteras al intercambio de mercancías y el libre flujo de inversiones ha generado un amplio movimiento que pretende crear conciencia de los efectos adversos de la liberalización económica, cuyo punto de atención se trasladó esta semana a México.
La apertura de fronteras al comercio ha consolidado el poder de las empresas multinacionales, convertidas en auténticas fuentes de poder político y económico. Un informe de la ONU estableció en 1999 que los activos de las 100 principales trasnacionales sumaban 4 billones 212 mil millones de dólares, cantidad 28.7 por ciento superior al valor de las exportaciones realizadas en 1998 por todos los países del mundo, calculadas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 5 billones 442 mil millones de dólares.
El poder de las corporaciones pretende ser acotado por grupos antiglobalización como los que se darán cita en Cancún a partir de este domingo, donde se realizará el Foro Económico Mundial.
Ganancias millonarias
Sólo 10 compañías obtuvieron el último año ingresos por un billón 402 mil 482.3 millones de dólares, casi tres veces el producto interno bruto de México, según el más reciente listado de la revista Fortune sobre las 500 empresas más importantes del mundo.
Hoy empieza en Cancún el encuentro México 2001, organizado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en Inglés) de Davos, Suiza, que es una especie de asamblea de la élite política y económica de todo el mundo. El WEF fue fundado por el profesor alemán de economía Klaus Schawb y tuvo su primera reunión en 1971, en la localidad de Davos, sitio donde se ambienta la novela La montaña mágica, del escritor Thomas Mann.
A la par de la apertura comercial, el movimiento libre de capitales ha concedido una verdadera fuente de poder a los gestores de fondos de inversión, que sólo en 1999 movilizaron recursos de un mercado a otro por un billón 640 mil millones de dólares.
Con la misma fuerza que el comercio y los capitales hallan vías libres de tránsito, grupos organizados comenzaron a oponerse a la globalización en un solo sentido de la economía y las finanzas.
"El punto de convergencia del movimiento antiglobalización surgido después de Seattle es la necesidad de una alternativa democrática e internacional a la globalización capitalista", expone Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, organización con sede en Bruselas, Bélgica.
Las protestas que acompañan a las citas de los principales organismos multilaterales han ganado espacio en la prensa y televisión, en un fenómeno que ha logrado atraer la atención de una creciente parte de la población en los temas ligados a la globalización.
"Se trata de una convergencia de movimientos", señala. Las protestas antiglobalización comenzaron en octubre de 1998, a partir del fracaso de los países industrializados para negociar un Acuerdo Multilateral de Inversiones. Siguieron en Seattle, donde la OMC no pudo lanzar una nueva ronda de apertura comercial, y tuvieron un punto culminante en septiembre pasado durante la reunión anual del FMI y el BM, en Praga.
La reunión de Cancún y la actuación que tendrán allí los grupos contrarios a la globalización está precedida de al menos 12 iniciativas mundiales de movilización celebradas en 2000:
En febrero, durante la décima conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo; Abril, en Washington, en ocasión de la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial; Junio, en Ginebra, en la evaluación de la cumbre de la ONU sobre desarrollo social; Okinawa, Japón, en julio, durante una reunión del Grupo de los 7; Praga, durante septiembre; octubre, en una movilización coordinada que abarcó Bruselas, Nueva York y Washington en la llamada Marcha de las Mujeres; el mismo mes en Seúl, con motivo de la tercera conferencia Asia-Europa; en Niza, Francia, durante la cumbre de la Unión Europea de diciembre, y Dakar, también en diciembre, donde se reunió un conjunto de grupos que piden profundizar el diálogo Norte-Sur.
Eric Toussaint resume lo que, a su juicio, son los puntos de convergencia de todas las organizaciones que han participado en las movilizaciones: "hay acuerdo en la necesidad de lograr equidad real entre hombres y mujeres; profundizar la crisis de legitimidad de Banco Mundial, FMI, OMC, Grupo de los 7, Foro de Davos y de las grandes multinacionales. Pero también en apoyar iniciativas como la cancelación de la deuda externa del tercer mundo y que las naciones en desarrollo abandonen las políticas de ajuste estructural. Hay apoyo a iniciativas para terminar con la desregulación del comercio, oposición a ciertos usos de organismos genéticamente modificado, a las privatizaciones y a que se obtengan recursos para financiar el desarrollo a través de la creación de impuestos a las transacciones financieras".
A finales de enero pasado se realizó en Porto Alegre, Brasil, un Foro Social Mundial, al mismo tiempo que en Davos tenía lugar el Foro Económico Mundial. Algo similar ocurrirá en Cancún.
Mientras tenga lugar el acto convocado por el WEF, al que asistirán empresarios y miembros de la actual administración federal, grupos opositores a la globalización celebrarán un foro alternativo, el cual fue acordado en Porto Alegre.
Entre las "prioridades de movilización" se encuentran el foro de Cancún, la reunión de Buenos Aires (6 y 7 de abril próximos) donde se discutirá la negociación del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la reunión en mayo del Banco Asiático de Desarrollo, en Hawaii; la cumbre del G7 de julio, en Génova, y la reunión del FMI y el Banco Mundial, en septiembre y octubre próximos, en Washington.