DOMINGO 25 DE FEBRERO DE
2001
Tijuana y la industria maquiladora
Con el PAN crecieron los contratos de protección
México necesita sindicatos combativos, dijo recientemente el ex líder patronal y hoy titular de la Secretaría del Trabajo Carlos Abascal Carranza. Pero añadió que su combatividad debe enfilarse "contra el enfrentamiento de los factores de la producción". Un modelo a seguir, en esa línea, es la industria maquiladora. En Tijuana, por ejemplo, desde la llegada al poder del Partido Acción Nacional -en 1989- se dio un importante crecimiento de los contratos de protección. Hoy se calcula que más de 700 de las 890 maquiladoras de esa ciudad fronteriza tienen sindicatos fantasmas
Naomi ADELSON
Se busca personal femenino para puestos de ensamblaje, mayor de 18 años, primaria completa, presentar acta de nacimiento, contratación inmediata, varios turnos", se lee en un anuncio para empleo en la industria maquiladora en Tijuana, Baja California. Se ven por toda la ciudad: anuncios en periódicos, volantes pegados en postes y mantas colgadas en edificios de fábricas, cuadrados y uniformes en medio de un caos de crecimiento irregular.
Desde que el gobierno arrancó el programa maquilador en los años setenta, para impulsar el desarrollo económico del norte, Tijuana crece y crece. Anualmente, miles de personas van a probar su suerte en las maquiladoras, atraídos por la disponibilidad de puestos, y los salarios que pagan cerca de 20% más que en el interior. La ciudad ahora crece más rápidamente que cualquier otra en el mundo, y su población ha llegado a más de 1.3 millones, según la Tijuana Economic Development Corporation.
El esfuerzo de los trabajadores ha transformado la industria en un coloso: hoy en día, las exportaciones de la maquila equivalen a 49.6% de las exportaciones manufactureras del país, según Ciemex-Wefa.
Las estadísticas oficiales señalan que sólo en Tijuana, hay más de 800 maquiladoras, empleando a más de 198 mil personas. De hecho, la industria proporciona 45% de los trabajos permanentes del sector privado en la ciudad, dice la Tijuana Economic Development Corporation.
La gente bromea que se debe cambiar el nombre de la ciudad a Tv-juana, siendo la zona donde se ensambla "98% de los televisores de América del Norte", según John H. Christman, director de servicios para la industria maquiladora de Ciemex-Wefa.
Pero los trabajadores de la maquila no encuentran el paraíso de empleos bien remunerados cuando llegan a Tijuana. Sucede que "los salarios son más altos, pero la renta es 30% más alta en esta región, la comida cuesta 25% más, faltan servicios, y la calidad de vida es más baja", dice un gerente de alto nivel de una compañía electrónica prestigiosa, quien pidió el anonimato.
Y tiene toda la razón: según la Universidad Obrera de México, los salarios de la maquila son los más bajos del mundo, y un trabajador mexicano gana menos que sus contrapartes en el sureste de Asia, El Salvador, Ecuador y Honduras. En la ciudad, 14.2% de la población no cuenta con luz y sólo 67.5% de las casas tienen agua entubada, según el INEGI.
Además, el trabajo es peligroso. Los movimientos repetitivos causan fatiga muscular; el uso de químicos fuertes, a menudo sin protección, enferma a muchos, causa abortos espontáneos y defectos neonatales.
En 1993, CAFOR, un comité de apoyo de Tijuana, empezó a levantar estadísticas de niños anencefálicos -nacidos sin cerebro- en la colonia Chilpancingo, situada abajo de la Mesa de Otay. Aquel año supieron de seis niños nacidos con esta condición. En 1994 hubo cuatro nacimientos anencefálicos. En 1995 los activistas fueron amenazados por un cacique local y tuvieron que dejar de hacer el conteo.
Hay una planta que recicla pilas en la mesa, y según cifras del Maquiladora Support Committee en San Diego, se han medido depósitos de plomo y metales pesados en la tierra en concentraciones 40 mil veces la cantidad considerada segura.
Y un informe de 1998 de Human Rights Watch muestra que las maquiladoras violan los derechos humanos de la mujer. "Durante investigaciones llevadas a cabo de mayo a noviembre de 1997, encontramos que en Tijuana... corpora-ciones, mayoritariamente estadunidenses, obligaron a las solicitantes a hacer una prueba de gravidez para detectar a las embarazadas y negarles trabajo", señala el informe. Y más de la mitad de los que trabajan en la industria son precisamente mujeres.
"La condición de embarazo está relacionada y es exclusiva del hecho de ser mujer. Consecuentemente, cuando los patrones o patrones potenciales tratan a las mujeres de manera negativa por estar embarazadas o por embarazarse están ejerciendo un tipo de discriminación sexual, por el hecho de centrarse en una condición que sólo las mujeres experimentan", agrega el informe de la organización.
La violación de los derechos de los trabajadores en la maquila en Tijuana crea un campo perfecto para la organización sindical independiente. Sin embargo su importancia económica le da suficiente razón al gobierno para estorbarla a todo costo. Y hasta ahora, es el gobierno quien lleva la delantera.
*Los altibajos
La organización de los trabajadores de la maquila empezó junto con la industria en Tijuana. Después de varios intentos, en 1978 se creó el sindicato Solidev en la maquiladora del mismo nombre, y cuyo dueño era Solitron, una empresa electrónica estadunidense. Durante su vida de cuatro años, Solidev ganó dos aumentos salariales, y un nuevo contrato colectivo con una semana de trabajo de 40 horas con el pago de 56.
Solidev "se convirtió en un foco de organización para los demás trabajadores y trabajadoras", dice Jaime Cota Aguilar, coordinador del Centro de Información para Trabajadoras y Trabajadores. "Cuando teníamos una bronca, íbamos al sindicato. Era nuestro Superman", agrega.
Mientras tanto, trabajadores de la maquila en otras regiones lograron establecer sus propios sindicatos independientes: en La Paz, en la planta Ardemi; en Ciudad Juárez, en la maquiladora Acapulco Fashion; y en Zacatecas, en la maquiladora Crecer.
Pero no aguantaron. En 1982, con el comienzo de las políticas neoliberales, los dueños cerraron Solidev, despidieron a los activistas y desapareció el sindicato. A la vez, "desaparecieron a todos los sindicatos independientes a nivel nacional", dice Cota.
De allí en adelante, la organización independiente entró en una fase de disminución. Los trabajadores intentaban organizarse sólo para ser informados de que ya tenían representación en los "sindicatos fantasmas"; las empresas firman contratos colectivos con sindicatos ligados al partido oficial sin el conocimiento de los trabajadores.
"En 1989, Ernesto Ruffo Appel, del Partido de Acción Nacional (PAN), gana la gubernatura estatal y comienzan a proliferar los contratos de protección", dice Cota.
"Existían antes, pero crecieron en 1989. Firmaban contratos colectivos de trabajo a espaldas de la gente", agrega.
Hoy en día, más de 700 de las 890 maquiladoras en Tijuana tienen sindicatos fantasmas, según José Angel Peñaflor, abogado integrante del Frente Auténtico del Trabajo (FAT).
*El resurgimiento de la resistencia
En 1993, comienza a revivir el movimiento en la maquila de Tijuana. En la planta Plásticos Bajacal, que produce ganchos de ropa para Carlisle Plastics, de Estados Unidos, los trabajadores se unieron para formar un sindicato independiente. Sin embargo, ya tenían un sindicato fantasma. Lograron forzar una votación para decidir entre el sindicato independiente y el oficial, pero perdieron. "No logran su objetivo, y son derrotados, pero a partir de allí se abre la lucha de nuevo", dice Cota.
En 1996, los trabajadores de Leymex y de Daewon -dos filiales de Hyundai, manufacturera de autos coreana- empiezan a luchar por un sindicato independiente. Se afilian al sindicato Stimhacs, del FAT. "No logran tampoco tener el sindicato, pero se avanza", dice Cota.
Al año siguiente los trabajadores de Han Young -otra filial de Hyundai- se afilian al Stimhacs. Luego, crean el Sindicato Independiente 6 de Octubre, afiliado al FAT, y logran ganar la titularidad al sindicato de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC). El voto marcó la primera vez que un sindicato independiente ganó el derecho de representar a trabajadores de la maquila en la frontera norte.
Sin embargo, las elecciones no fueron certificadas por el estado, y se despidió a varios trabajadores. A finales de octubre 1997, el Maquiladora Support Committee, respaldado por la AFL-CIO -una de las mayores centrales sindicales de Estados Unidos-, presentó una queja formal ante la Oficina Nacional Administrativa (ONA) del Departamento del Trabajo estadunidense.
Bajo el acuerdo lateral del TLCAN, cada país estableció una ONA para investigar quejas por violaciones de leyes laborales en la región. Sin embargo, estipula que las quejas se presenten fuera del país donde suceden las violaciones. Por lo tanto, el caso mexicano fue llevado a Estados Unidos.
En la queja se alegó colusión entre funcionarios de la Junta de Conciliación y Arbitraje de Tijuana y la gerencia de Han Young. También, se acusó a la junta de permitir a los supervisores de la compañía votar por el sindicato. Además, se afirmaba que el gobierno mexicano violaba el derecho de libre afiliación.
A finales de septiembre 1999, la compañía mudó su equipo a la medianoche con la intención de debilitar la organización. En mayo hubo una huelga, y la compañía empezó a reemplazar trabajadores, dice el Maquiladora Support Committee en su informe de 1999.
"Desgraciadamente, la empresa no reconoció al sindicato. La empresa cambió de domicilio y de nombre y hoy la CROC tiene la titularidad del contrato, aunque el caso sigue vivo desde el punto de vista legal", dice Cota.
*Cueste lo que cueste
Organizar a los trabajadores de la maquila no es una tarea fácil. Siendo una industria que emplea más de una cuarta parte de la fuerza laboral del país, el gobierno tiene un gran interés en mantener salarios bajos para seguir atrayendo inversionistas internacionales. Y los que trabajan en la maquila tampoco tienen experiencia con la organización.
"La mayoría de los trabajadores y trabajadoras son gente que viene del campo y que no conoce sus derechos laborales. El hecho de que sean trabajadores migrantes los pone en una situación de debilidad. Si es difícil luchar cuando tienes familia y apoyo, es mucho más cuando existe la amenaza de perder tu trabajo. Ya no tienes para existir", dice Cota.
Además de los sindicatos fantasmas, el gobierno tiene otras trampas para desalentar la organización. "Casi siempre alargan los procesos. Anuncian que van a permitir el voto para escoger el sindicato pero tardan desde un año hasta tres para ir a la votación. Entonces, muchos de los trabajadores ya fueron despedidos y hay nueva gente contratada. Debilita el movimiento", dice Cota.
Pero los trucos no desalientan a este organizador. "Pensamos que la industria de la maquila es la única que crece en el país; el ingreso de divisas de la industria ocupa uno de los tres primeros lugares, dándole una importancia muy grande. Allí está surgiendo un nuevo proletariado que atraviesa los principales movimientos del país. Puede detonar la unidad entre movimientos. Si hablamos del movimiento de mujeres, estamos hablando de la maquila. Si hablamos de la lucha ambiental, hablamos de la maquila, porque contamina. Igual si hablamos de los derechos de los jóvenes, hablamos de la maquila, porque son los que trabajan allí", agrega.
"Este movimiento puede jugar un papel importante para que las condiciones sociales se transformen", remata Cota. Sobre todo, si se considera que hasta hoy en día no hay ningún trabajador de la maquila en Tijuana con representación sindical independiente.