LUNES Ť 26 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Por primera vez no se elogió al titular del Ejecutivo

En un acto frío e institucional, la CTM celebró sus 65 años

Ť Aclamaciones de cetemistas a Benito Juárez y al PRI

ELIZABETH VELASCO Y ROBERTO GARDUÑO

Por primera vez desde su nacimiento, en 1936, la plana mayor de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) recibió ayer a un titular del Ejecutivo de un partido diferente al PRI en un acto sobrio, sin las clásicas mantas de apoyo ni reconocimientos mutuos, y en el cual se pidió un compromiso con la clase trabajadora del país.

A cambio, ofrecía lo que ha sido el sino de esa organismo desde su surgimiento: "Una central que durante toda su vida ha sido capaz de privilegiar la unidad, la lealtad, la disciplina y la responsabilidad en su conducción". En suma: "Lealtad a los trabajadores, a la Revolución Mexicana y, por encima de todo, a la patria".

El presidente Vicente Fox, ubicado al centro del estrado junto a Leonardo Rodríguez Alcaine y el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, entre otros, escuchó en voz de Netzahualcóyotl de la Vega, vocero de la CTM, esa oferta y la petición que le hacían las huestes cetemistas:

"Gobernar a un pueblo no es sólo administrar sus recursos y atender sus necesidades materiales. Es, ante todo, conducirlo, darle rumbo y destino histórico, cauce a su esperanza, serenidad y precisión a su marcha; pero, sobre todo, apoyo moral con el ejemplo", dijo De la Vega, parafraseando al extinto líder, Fidel Velázquez.

A Fox le solicitaron asumir el compromiso, momentos antes que De la Vega desmenuzará las "preocupaciones" de la clase trabajadora por las decisiones que el gobierno pudiera tomar en torno a sus derechos y conquistas sociales.

En el centro de las "inquietudes", De la Vega ubicó el "peligro" de que, "con motivo de una nueva legislación laboral, se lesione todo lo que el movimiento ha fox-ctm-asamblea 3 logrado en muchos años de esfuerzo".

También hizo alusión a la pobreza, al salario mínimo que "cada día alcanza menos"; al destino del Infonavit y sus dineros; la vigencia del sistema tripartita en las juntas de conciliación; a los fondos de retiro depositados en las Afore y su inversión "responsable" y "sin poner en peligro" pensiones y jubilaciones; a la capacitación y adiestramiento, para "ser más productivos". Puso énfasis en la necesidad de compensar las fuentes de empleo que se cancelen, so pretexto de la desaceleración económica de Estados Unidos.

"Estos son los temas que inquietan a nuestros compañeros", dijo De la Vega a un Presidente que se observó inquieto ante las aclamaciones a Benito Juárez y al PRI, y su rechazo a los incrementos en el precio del gas y a la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en Yucatán.

Aunque hubo reclamos aislados de los trabajadores a De la Vega -que se hicieron escuchar en el centro de un repleto auditorio Fernando Amilpa con un "šfaltan más!"-, el vocero cetemista logró bajar los ánimos de sus huestes, que al inicio del 65 aniversario de la CTM encendieron en más de una ocasión los ánimos y el rostro del octagenario Rodríguez Alcaine.

Sobre todo, cuando segundos antes del ingreso de Fox a la sede de esa central, los cientos de cetemistas refrendaban su militancia partidista a una sola voz: "šPRI, PRI, PRI!".

Y es que el ánimo se había caldeado previamente a la ceremonia con Fox, cuando La Güera Rodríguez pidió a sus representados, la víspera de elecciones en una decena de estados del país, rectificar el voto por el "Partido de la Revolución Mexicana".

Mas, como ubicó De la Vega ante el Presidente, "hoy las circunstancias son otras; otros los retos; otras las prioridades". Y con 65 años de lucha a cuestas, la CTM sigue "con la misma energía del principio" para volver a ratificar lo que en reiteradas ocasiones prometió a los gobiernos priístas:

"La CTM es una organización independiente respecto al poder público, pero tiene el deber de solidarizarse con él". Pero hoy, aclaró, sólo "en todo aquello que signifique bienestar y progreso a la colectividad...".

El de ayer fue un acto frío, donde por primera vez en los últimos años no apareció en el centro del auditorio la manta gigantesca con el rostro del presidente en turno, pero histórico e institucional, como acreditó la plana mayor cetemista.