Ť Los grupos opositores anuncian que su actitud no es de confrontación
Ejército y policías decomisan en Cancún alimentos, dinero y utilería de globalifóbicos
Ť La mejor censura al foro económico es la marcha zapatista, sostienen los activistas
ROSA ELVIRA VARGAS Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADOS
Cancún, G. Roo. 25 de febrero. Fuerzas del orden sin mayor referente más de que un grupo de ''anarquistas'' quieren sabotear la sesión del Foro Económico Mundial que mañana comienza en este destino turístico, encontraron en los jóvenes globalifóbicos la mejor justificación a su nerviosismo. Antes de que los activistas llegaran a esta ciudad, en el kilómetro 291 de la carretera Mérida?Cancún elementos de seguridad detuvieron uno de los vehículos, les decomisaron alimentos, utilería y algo de dinero, y ya en la ciudad, dos camiones más fueron retenidos por casi cuatro horas y sus pertenencias sometidas a minuciosa revisión.
Al mismo tiempo, los representantes del Foro Social Alternativo --que aglutina a casi todos los grupos opositores-- informaron que tratarán de llegar ''lo más cerca posible'' de la sede del foro, e insistieron que su actitud no será de confrontación pues la suya es ''una protesta con propuesta''.
Para ellos, la mejor censura al Foro Económico
Mundial la constituye la marcha zapatista que se dirige hacia la capital
del país, la cual saludaron y de hecho algunos acompañaron
en su salida de Chiapas para, después de un complicado recorrido,
llegar a Cancún por vía terrestre esta noche y sumarse a
las movilizaciones globalifóbicas.
Emitieron además una declaración política
para aclarar que su concepto de globalización pasa por una integración
de la economía mundial desde proyectos nacionales de desarrollo.
Indican que para superar la pobreza y marginación de la mayoría
del planeta no basta agregar al actual esquema económico políticas
sociales sino repensar todo el modelo.
La miseria y la degradación del medio ambiente, insistieron, no se resolverán ''en el dualismo de una política económica que genera todos estos males que luego se quieren combatir con políticas sociales asistencialistas''. Su meta, indicaron, es lograr una globalización desde los intereses del pueblo y en el que éste participe en su diseño.
Pero mientras se afinan los elementos de análisis y la discusión paralela que también empezará mañana ?que incluye un recorrido por lo que llaman ''el otro Cancún'', el que está totalmente alejado del glamour de la zona hotelera del bulevar Kukulcan? en esta ciudad se han concentrado más de 2 mil 700 elementos de la Armada de México, de la Policía Federal Preventiva, del Estado Mayor Presidencial, del Ejército y de las policías judiciales del estado y de Seguridad Pública municipal.
Los cuerpos de seguridad han instalado retenes en varios puntos carreteros y dentro de la zona turística. Incluso, algunos han sido caracterizados como mozos en el hotel sede del encuentro, el Westin Regina, y en los alrededores del mismo. Incluso, arremeten contra todo aquel que les resulte sospechoso por el mero hecho ?como le ocurrió a un grupo de reporteros? de estacionarse sobre la avenida que representa el único acceso a la zona de hoteles.
De pronto, y cuando apenas habían detenido el motor a la espera de un colega, los comunicadores se vieron rodeados por elementos de cuatro corporaciones, que se disputaban con las más fuertes amenazas el fichaje de los '''sospechosos'', los amagos de detención y todas aquellas tácticas de disuasión para los cuales fueron entrenados.
En otro alejado punto, la avenida López Portillo, cien chavos de las organizaciones F-26 y de la Coordinadora de Desobediencia Civil veían pasar las horas mientras sus representantes discutían inútilmente con el jefe de la policía local, Rubén Villegas Sánchez, quien los había detenido con más de 40 agentes del Grupo de Acción Preventiva, el cuerpo de élite antimotines.
Hastiados y poniendo a prueba su determinación de conducirse siempre por la vía pacífica, los jóvenes buscaban persuadir que las cámaras de llanta y algunos otros objetos como una máscara antigas, zancos y demás, no eran más que utilería para una obra de teatro que montarán en su manifestación globalifóbica.
Pero al jefe policíaco todo le parecía oscuro, anormal, por más que Tulio Arroyo, uno de los dirigentes sociales de más prestigio y arraigo en Cancún, también abogaba por ellos. ''No tienen argumento legal; están violando sus derechos'', argumentaba. Villegas, en respuesta le decía que si él se responsabilizaba del uso que se le diera a esas cosas, se las devolvería.
Y es que de los globalifóbicos, todo se teme. Porque, como advertiría Eleazar Martínez, el director de Tránsito, ''no les permitiremos que destrocen lo que tantos años nos ha tomado construir''.
Finalmente, en el parque Las Palapas, donde confluyen todos los grupos que vienen a protestar, los chavos iniciaron una asamblea abierta para diseñar sus acciones hacia la protesta de este lunes. Reiteraban sus líneas de acción: cero violencia, cero drogas, cero armas; nada de provocaciones y hacer a un lado, por esta ocasión, las demandas locales, ''pues estamos aquí en el ejercicio exclusivo de cuatro derechos: de libre tránsito, de reunión, de manifestación y de expresión'', contra la globalización y sus defensores del Foro Económico Mundial.
Por ahí todo iba bien, hasta que surgieron los reclamos, las acusaciones de un sector de jóvenes embozados y más tarde identificados como del Movimiento Popular Revolucionario (MPR), quienes acusaban a los del F-26 y de la Coordinadora de Desobediencia Civil de ser militantes del PRD. Y aquello se descompuso.
Viejos conocidos en las luchas estudiantiles, ambos grupos protagonizaron algunas escaramuzas y hasta empujones, donde unos y otros se acusaban de todo. Los del MPR, blandiendo fotografías de Mao Tse Tung, retaban y señalaban; los otros se defendían y se deslindaban de cualquier militancia partidista (aunque en corto algunos reconocían que sí tienen a miembros de ese partido en sus filas), y aquello distrajo de la apertura del Foro Social Alternativo y sus pronunciamientos. El MPR además, no se coordinó con los organizadores de la protesta, y eso dejó preocupados a dirigentes del foro, quienes temen que estas diferencias redunden mañana en actos de provocación cuando intenten llegar al Westin Regina.
Esto último estará sin embargo, muy lejos de sus posibilidades. Entre el parque Las Palapas y el hotel distan 20 kilómetros. El primer retén, del que se asegura ya no podrán pasar, estará en el kilómetro 9, donde además está instalado uno de los tres centros de operaciones de la PFP. La vigilancia se realiza por aire, mar y tierra. Todo un dechado de pertrechos. (David Sosa, corresponsal)