LUNES Ť 26 Ť FEBRERO Ť 2001

TUMBANDO CAÑA

Ernesto Márquez

šViva el Carnaval!

šEs tiempo de pecar!

EN RIO DE JANEIRO, cabecera de Guanabara y ciudad capital de las fiestas de carnestolendas, desde el viernes pasado quedaron paralizadas las actividades y aunque las vendettas callejeras han amenazado con estropear los actos programados, el colorido y derroche de luz y sonido hacen de este puerto el punto de mira de cuantos anhelamos desmadrarnos un poquito.

ORGIAS DE COLOR y sabor, borracheras de ritmos calientes, trajes soberbios, noches suculentas y experiencias en vivo y a flor de piel, es lo que se vive en la ciudad de la alegría. Libres de inhibiciones y enajenados por el licor de cachaça los cariocas no parecen poner más atención que a sus desenfrenos. šViva la carne! šEs tiempo de pecar! es lo que se grita en un ambiente en el que nada es lo que parece y todo está permitido.

RIO ES LA LOCURA y la fiesta se intensifica a medida que se aproxima el desfile de las escolas de samba. Esta es la fiesta más atractiva y lúdica del planeta. Por eso acuden multitudes. Se dice que los 15 mil cuartos de hoteles y apart-hoteles de esta ciudad están colmados al ciento por ciento. Se ha estimado en 40 por ciento el aumento de visitantes extranjeros, mientras en el puerto carioca ya se encuentran anclados cuatro navíos que hacen crucero por América del Sur con 60 mil fervorosos turistas

PERO NO TODOS podrán participar de la fiesta cumbre ya que las 75 mil localidades del sambódromo -esa especie de estadio situado a lo largo de las avenidas Río Branco y Presidente Antonio Carlos donde se realiza el fastuoso desfile- se agotaron minutos después de haber salido a la venta y los 386 palcos, con capacidad para entre 20 y 30, personas cada uno, fueron rentados desde diciembre pasado, con un costo de entre 2 mil 500 y 13 mil dólares.

LA PARTICIPACION EN la marcha alegórica, se sabe, es cuantiosa. Sólo entre las 12 escolas de samba del grupo especial, desfilarán 48 mil personas, un promedio de cuatro mil por escola. La mayoría, gente pobre que tuvo que ahorrar todo el año para pagar los más de 500 dólares del disfraz y el derecho a participar.

PARA LOS SOCIOLOGOS y antropólogos locales el carnaval ofrece una preciosa oportunidad de observar algunos fenómenos caraterísticos de una sociedad fuertemente estratificada.

EL ANTROPOLOGO ROBERTO DA MATA llama la atención sobre la inversión de papeles sociales que ocurre en este periodo y sobre el contraste entre el participante ("generalmente pobre y negro o mulato") y la figura que representa en el desfile, con frecuencia un rey o una figura mitológica. Narra que en cierta ocasión, para poder participar de la fiesta, un embajador europeo tuvo que empujar un carro durante todo el desfile, mientras desde lo alto un favelado vestido de emperador romano saludaba a la multitud.

EL POETA, ENSAYISTA y antropólogo Alfonso Romano de Sant' Anna afirma que esta "inversión" constituye una "fantasía de transformación social, una dramatización de los deseos de cambio". Y observa que durante el carnaval "los pobres, los olvidados, pasan a ocupar un espacio más amplio en la sociedad: un obrero puede disfrazarse de rey o de magnate, el blanco puede ser negro y el negro blanco".

SOSTIENE QUE EXISTE una relación entre la mixtura racial y el carácter de emancipación: "El carnaval nace en un terreiro (templo) de rito africano, macumba, en forma clandestina, para luego volverse una costumbre de los criados negros de dirigirse en forma burlesca a sus amos una vez al año".

"FUE A MITAD DEL siglo pasado -escribe Volante Do Canto en su novela Orfeo Negro-, cuando los habitantes de Río iniciaron la costumbre de los desfiles alegóricos, de las carrozas con intenciones polémicas, de los disfraces y las máscaras. Fue entonces cuando aparecieron los cordoes -cortejos de reyes-, de demonios o de indios, acompañados de una orquesta primitiva, cortejos inspirados en las procesiones de los negros y de la época colonial. Después los cordoes fueron remplazados por los ranchos, antecedente de las escolas de samba, creadas hacia 1920, al mismo tiempo que hacia su aparición la música de samba, que sucedió a la machicha a la habanera, al vals y al cake-walk, a cuyos sones varias generaciones de cariocas habían desfilado, movido y desgañitado".

PERO EL CARNAVAL DE Río de Janeiro no se agota con el desfile de las Escolas de Samba. Detrás del lujo de la avenida Río Branco, la crítica social se abre espacio en las agrupaciones o blocos de los suburbios y de las favelas. Estos conjuntos, especialmente los blocos de sujos (sucios), son agrupaciones pequeñas, informales, que generalmente no participan en ningún concurso; es el carnaval de los barrios de la zona norte de la ciudad a la que rara vez llegan los turistas y donde el pueblo se expresa sin someterse a reglas prestablecidas.

"ESE ES EL VERDADERO sentido del carnaval" sostiene Violante de Canto quien señala que así como se da este en particular, "está también el carnaval de los ricos en el Jockey Club; el de los burdeles y el de los salones de embajadas; el de los ladrones y el de los descuideros, y el de los enfermos de sida y el de los transexuakes..." Como se ve, hay carnaval para todos.

EN TANTO, LA Iglesia católica ha emprendido una campaña moralizadora. Pero en este país, abrumadoramente católico, cada vez es mayor la cantidad de mulatas despampanantes que muestran sus gracias naturales en vivo y a todo furor en honor del Dios Carnal.