Ecológica, 26 de Febrero del 2001   

Once problemas, once propuestas para la salud y el ambiente

Fernando Cano Valle

Profesor titular de la Facultad de Medicina de la UNAM
Correo electrónico: [email protected]

1. Un sistema de información es básico para la toma de decisiones y la evaluación de políticas, programas y acciones.

El país no dispone de sistemas de vigilancia en salud ambiental que compilen y analicen rápidamente datos de monitoreo de contaminación de aire, agua, suelo y alimentos, y sus efectos en personas representativas y vulnerables. La falta de estos sistemas impide programar con oportunidad la prevención y atención, lo que incrementa costos y efectos negativos.

Los sistemas de información son la base para la toma de decisiones y el manejo de problemas. En la medida en que estos sistemas sean más amplios y partan de bases más científicas y veraces, las decisiones políticas incrementarán su solidez.

Propuesta: Establecer un sistema de vigilancia en salud ambiental que relacione el monitoreo de los posibles agentes de riesgo para el hombre en agua, suelo, alimentos y aire, y puntos de emisión específicos con marcadores biológicos y enfermedades. este sistema sería útil para informar, identificar peligros, dar bases para la acción, orientar programas y evaluar las medidas tomadas.

2. No existe en el país acceso fácil ni directo al conocimiento actual sobre los efectos adversos para la salud de los agentes físicos, químicos y biológicos, ni de su manejo en forma rápida y eficaz para tomar decisiones clínicas, gerenciales o políticas.

La creciente industrialización obliga a que este tipo de conocimiento sea accesible y de utilidad para el industrial, el médico, los directivos públicos y privados, los especialistas y los estudiosos.

La evidencia de su necesidad la tenemos en la multitud de accidentes químicos que suceden en la nación. La autoridad requiere este conocimiento para ejercer su acción. Pero éste requiere ser no simplemente documental; quienes han de tomar las decisiones deberán tener capacidad de interpretarlo.

Propuesta: Generar una red de información en toxicología accesible a la población, a los industriales y los tomadores de decisiones distribuida por niveles de atención, según su complejidad de interpretación, en las 32 entidades federativas.

3. En México, para enfrentar la complejidad de la relación desarrollo salud-ambiental, las condiciones institucionales son incipientes, dispersas y no proporcionales al problema.

Falta investigación operativa en salud y ambiente orientada a la acción para resolver las necesidades del país. En la operación de los organismos públicos y privados, esto se traduce en improvisación y errores de manejo.

Existe una escasa participación de las instituciones nacionales de investigación y se contratan organismos extranjeros, con lo que México pierde la oportunidad de fortalecer los grupos que generan la información pertinente a las características de la nación. Esto proyecta la imagen de que en el país falta capacidad porque no hay recursos humanos.

Por ello, urge hacer en México las inversiones necesarias para desarrollar la estructura y formar los equipos técnicos indispensables para enfrentar el problema, canalizándolos a las instituciones que desarrollan disciplinas, métodos e instrumentos para la evaluación y el manejo de riesgos a la salud causados por alteraciones en el ambiente.

Propuesta: Establecer una sólida política de financiamiento para el fortalecimiento institucional en desarrollo-salud-ambiente.

Esto debiera favorecer a organizaciones promotoras y receptoras de análisis científicos y técnicos en el ramo. Tal organizaciones pueden ofrecer el aval técnico y el apoyo a las propuestas de política de salud y ambiente.

Esto tiene la finalidad de producir, reproducir y aplicar el conocimiento sobre los problemas prioritarios de salud ambiental en México –considerando sus características de país en desarrollo–, incorporando en esa tarea a las ciencias médicas, la epidemiología, la toxicología, el derecho, y la economía.

Sería una forma de lograr el más óptimo manejo de riesgos a través de políticas y tecnologías factibles. Además, aprovechar la oportunidad de ejercer el liderazgo en el campo del desarrollo-salud-ambiente.

4. El Índice Metropolitano de Calidad del Aire (Imeca) es el contacto primario del gobierno con la sensibilidad de la población de las principales ciudades del país en cuanto a contaminación atmosférica. En algunas zonas metropolitanas (como la Ciudad de México) se están efectuando acciones que modifican los contaminantes atmosféricos diferencialmente. Sin embargo, hasta el momento esto no se ve reflejado positivamente en los datos del Imeca.

La base científica del Imeca no está actualizada respecto a los efectos en salud de los contaminantes atmosféricos (PM10, hidrocarburos totales, tóxicos). Lo anterior, pese a que el Imeca se debe sustentar técnicamente en la protección de la salud.

El dato del Imeca que se da a conocer a la sociedad es el nivel del contaminante que haya alcanzado la cifra más alta. Para evitar la exageración de unos y la complacencia con otros se requiere un índice compuesto que refleje el comportamiento de todos los contaminantes atmosféricos y su interacción.

Además de que las estaciones de monitoreo son insuficientes en el país, la red no mide todos los contaminantes que son de interés en la actualidad.

Finalmente, el Imeca no se ha regionalizado según las condiciones geoclimáticas y actualmente falta un programa progresivo de incorporación.

Propuesta: Reformular el Índice Metropolitano de Calidad del Aire con base en criterios de salud pública, de tal manera que:

a) refleje el conocimiento científico universal actual,

b) tenga base operativa en una red nacional que incorpore las peculiaridades para ciudades a diferentes alturas,

c) considere la distribución de edad,

d) incluya los contaminantes criterio, y los contaminantes tóxicos (metales, hidrocarburos específicos, elementos físicos),

e) se sustente en un índice complejo que muestre mejor los potenciales peligros de enfermedad, y

f) sea aplicable en forma progresiva a las distintas zonas metropolitanas del país.

5. Las alteraciones ambientales preocupan a la población por su impacto en la salud. Frente a esto se ha ejercido una política de comunicación de riesgos equivocada, al no considerar el acceso al conocimiento universal y la sensibilidad de la población. Esto resulta contraproducente al ejercicio de la autoridad y ha dado oportunidad de que intervengan comunicadores no calificados que exageran el problema.

Hay desinformación en las personas más vulnerables y sensibles que debieran recibir atención mayor. También se pierde la oportunidad de acción comunitaria, lo que deriva en que las medidas de protección a la salud, voluntarias e involuntarias –estas últimas ejercidas por la autoridad de salud para la protección y prevención–, sean insuficientes y, a veces, incorrectas.

Propuesta: Establecer una estrategia de comunicación de riesgos a la salud a través de medios oficiales, grupos organizados, comunitarios e intelectuales que vinculen la opinión científica con la comunidad organizada.

6. El trabajo de evaluación y manejo de efectos en salud de la contaminación ambiental es improvisado y extemporáneo. Esto se debe a que hay insuficiencia de recursos humanos en relación con la magnitud del problema.

La complejidad de los factores toxicológicos, médicos, epidemiológicos, sociales, económicos y tecnológicos hacen que esta área requiera gran especialización, por lo que se requiere apoyo para desarrollarla.

Las organizaciones que a ello se abocan deben expandir su actividad y requieren de apoyos extraordinarios.

Propuesta: Financiar y orientar un programa de formación de recursos humanos en salud ambiental, dando prioridad a los de especialización y posgrado en evaluación y manejo de riesgos, además de transmitir estos conocimientos a los técnicos y auditores ambientales.

7. En la evaluación de impacto ambiental de los nuevos proyectos de desarrollo se toca someramente su efectos sobre la salud sin metodologías que permitan abundar y predecir los posibles riesgos a la misma.

Se separa innecesariamente el ambiente intraindustrial y el externo, cuando ambos tienen impactos adversos sobre la salud, siendo el momento de la planeación el más indicado para la prevención.

Los conceptos de salud no son sustantivos en las auditorías ambientales. Existe insuficiente capacidad de respuesta para incluir el impacto en salud ambiental.

Propuesta: Incorporar los criterios y métodos de evaluación del impacto en salud ambiental en los nuevos proyectos de desarrollo, de tal manera que incluyan los diagnósticos en salud ambiental, ocupacional y las preocupaciones de la comunidad en función de la salud.

8. Tenemos una baja proporción de aguas tratadas de origen municipal (domiciliario) o industrial tratadas, ya sea para reutilización o desecho. Igualmente, la industria no maneja adecuadamente los residuos industriales; tampoco se tiene un buen control sobre plaguicidas, y otros productos tóxicos y peligrosos.

Estos residuos contaminan las fuentes de agua potable, tierras y cultivos. Se tienen evidencias de exposición humana a través de estudios de tejidos de la población general y de la ocupacionalmente expuesta.

El conocimiento microbiológico, toxicológico y epidemiológico nos hace prever que ésta es una fuente asociada con elevadas tasas de morbilidad aguda y crónica. En su manejo existe confusión sobre las responsabilidades institucionales, legislación y reglamento incompletos, y un empleo deficiente de las instancias interinstitucionales.

Propuesta: Vincular estrechamente los criterios de salud a la normatividad ambiental sobre aguas residuales municipales e industriales, desechos tóxicos y plaguicidas.

Crear incentivos económicos para el correcto manejo de este recurso.

9. El conocimiento sobre el impacto del ambiente en salud generado por las investigaciones realizadas en México se obtuvo con pocos recursos, y usualmente a partir de estudios dispersos y esporádicos. De ello resulta que, a la pregunta sobre cuál es el efecto de las alteraciones ambientales sobre la salud humana, no se tengan respuestas sólidamente documentada y tampoco se puede medir la eficacia de las medidas de control ambiental. Hay una gran cantidad de estudios que, bien financiados, pudieran ilustrar los efectos, los factores condicionantes y los de riesgo.

Propuesta: Apoyar investigaciones de corta duración que permitan evaluar los riesgos, la eficacia de las medidas de control y proponer nuevas medidas.

10. Se ha dado un excesivo énfasis a la contaminación atmosférica en la Ciudad de México y su área metropolitana. Como consecuencia se han descuidado los problemas ambientales de otra naturaleza que ocurren en diversas zonas del país y que tienen también impacto negativo sobre la salud humana.

A través de análisis epidemio-ecológicos de la información existente y de la que se generará se podría efectuar una aproximación general a este problema.

Propuesta: Generar un atlas de riesgos en salud y ambiente en México que combine los datos de las distintas regiones y su contaminación con los datos de morbilidad y mortalidad disponibles, además de los reportes de eventos posiblemente vinculados.

11. El camino social lleva al camino jurídico. En la actualidad, la labor de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) –encargada de aplicar y hacer cumplir la legislación y los reglamentos federales en la materia– en los litigios del medio ambiente tiene más carácter administrativo y judicial que de prevención de daños a la salud humana.

Propuesta: Promover en las instituciones jurídicas la actualización de las normas que conduzcan a medios efectivos de regulación, de solución de controversias y recursos preventivos de daños a la salud.


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