martes Ť 27 Ť febrero Ť 2001
Marco Rascón
Naciones indias y Estado tricamaral
El México mestizo y criollo de hoy está descubriendo la existencia de las naciones indias aplastadas desde la fundación del Estado nacional independiente. Ante tal hallazgo, el racismo costumbrista y nacionalista está en crisis, pero para perpetuarse se esconde en la misericordia, en la demagogia política, en el oportunismo de los medios electrónicos, en la sociología, la antropología, y tras no pocos etnólogos que arrojaron a los indios al artículo 4Ɔ de la Constitución, a fin de impedir la restitución plena de los derechos de las naciones originarias.
Este descubrimiento, casi 200 años después, tiene una parte traumática y racista; otra benevolente, pero hipócrita; y otra que pugna instintivamente por una refundación del Estado mexicano y la República al hacer de conocimiento explícito, jurídico y cultural la existencia de las 53 naciones que componen la nación mexicana. Es la oportunidad de pagar la deuda que dejaron conservadores y liberales al imponer una realidad de castas y el exterminio "civilizatorio" a los pueblos indios.
Ejemplos de esta inexistencia están a la vista y, sin embargo, son difíciles de comprender: un diputado indio, en el supuesto de ser monolingüe, al hablar en las tribunas parlamentarias, Ƒpuede hablar en su lengua? En ese caso hipotético, Ƒpuede el Congreso proporcionarle a la nación la versión estenográfica traducida a todas las lenguas nacionales? Esto debiera ser un derecho para todos, debido a que en ninguna parte de la Constitución se establece que el castellano o español sea la lengua "oficial" y única. ƑQué pasaría si diputados indios, políticos indios, artistas indios o protagonistas de noticias indios hablaran en su lengua frente a los medios de comunicación escritos y electrónicos? ƑSe les traduciría?
En nuestro país, gracias al Instituto Lingüístico de Verano, La Biblia está traducida a la mayoría de las 52 lenguas vivas, pero la Constitución política de México sólo tiene traducción al español, Ƒes posible revertir esta desproporción y hacerla valer en la cultura, la educación, la ciencia y la tecnología? ƑSe puede pensar en un programa Windows 2006 en mixe, pima, maya, chontal o en las 52 lenguas indias? ƑPor qué el ser indio sólo se identifica con extrema pobreza y no con el uso de la modernidad y la tecnología? ƑNo es acaso una obsesión criolla y antropológica querer mantener congelados en el pasado a los pueblos indios, anclados a sus territorios originales, despreciados y excluidos, como parias en las ciudades y otros territorios? ƑEs acaso Benito Juárez un indio reconocido, porque dejó de ser indio y se civilizó?
La propuesta. Desde la última etapa del gobierno juarista, México tiene el sistema legislativo bicamaral. En teoría, la Cámara de Diputados representa al pueblo de manera proporcional y directa en cada estado y territorio. En el Senado se representa el pacto federal y el número de senadores es igual a todos los estados, independientemente de su tamaño.
Una tercera Cámara, representativa de la integración de las 53 culturas originarias (se incluye la mestiza) y en igualdad de circunstancias, tendría una composición semejante a la del Senado con dos representantes, que simbolizarían el pacto federal de las naciones culturales originarias. Esta sería Cámara de origen en temas que impliquen la integración nacional; podría recoger iniciativas de ley, debatiría y propondría reformas para aspectos municipales, agrarios, de vida cotidiana, medios de comunicación, educación, justicia, creación de instituciones para el desarrollo de cada nación. Los miembros de este parlamento se organizarían en comisiones para abordar los temas de cultura, desarrollo social y urbano (viven dos millones de indígenas en las ciudades), relaciones exteriores, cuestión agraria, comercio, ciencia y tecnología, ganadería y pesca, educación, justicia y puntos constitucionales.
Esta tercera Cámara contribuiría a la reforma de las instituciones de la República y estaría en todo el texto constitucional y no sólo en un artículo. De esta manera quedarían integradas las naciones indias al Estado nacional con plenos derechos y esto se expresaría en todo el texto constitucional y en todas las instituciones al servicio de los mexicanos.
Un Poder Legislativo tricamaral revitalizaría la República, que sería la más avanzada culturalmente hablando no sólo en América Latina sino en el mundo, sería cosmopolita y las voces indias se escucharían por todas partes y en forma abierta: en cafés, librerías, noticiarios, conciertos, en las oficinas, en los centros de trabajo, en las escuelas y no sería sinónimo de marginación, sino de la fuerza cultural de México. Serían voces para exigir y para dar y cada raíz tendría presencia en la vida cotidiana de México, donde se hace la historia y las posibilidades de desarrollo de las culturas. Pero todo esto sólo sería posible a través de un reencuentro sincero, de plenos derechos, de gran fuerza federativa que darían como resultado la unidad y el crecimiento como nación.