Ť Dayaks siguen atacando a madurenses; 303 muertos
Intervención del ejército indonesio para frenar la violencia interétnica
AFP, AP, REUTERS Y DPA
Palangkaraya, 26 de febrero. Un batallón
de elite integrado por 650 soldados llegó hoy a esta ciudad, capital
de Kalimatán Centro, en la parte indonesia de Borneo, para intentar
frenar la ola de violencia de la tribu étnica de los dayaks en contra
de inmigrantes de la isla de Madura, que comenzó hace una semana
y que, según datos oficiales, tiene un saldo de 303 muertos.
Habitantes locales y trabajadores de organizaciones humanitarias
sostienen que la cifra es mucho mayor y podría alcanzar varios miles
ya que decenas de cadáveres se encuentran, a veces en avanzado estado
de descomposición, en casas y carreteras aledañas a Sampit,
Palangkaraya y en regiones apartadas.
Miles de madurenses llegaron en las últimas horas Sampit, epicentro de la revuelta dayak, después de esconderse varios días en la selva sin alimentos. Un avión militar indonesio cargado con 14 toneladas de medicinas, mantas y alimentos llegó a la capital provincial para ayudar a los refugiados madurenses. Unos 14 mil madurenses se refugiaron en edificios públicos en espera de ser evacuados de la zona en barcos enviados por el gobierno.
El presidente del Parlamento indonesio, Akbar Tandjung, pidió al gobierno de Abdurraman Wahid decretar el estado de emergencia en Kalimatán Centro, donde este lunes vence el plazo de los dayak para que los madurenses abandonen la isla.
Para identificarse como dayaks "puros" los revoltosos utilizan un cintillo rojo en la cabeza y han amenazado con matar a todo aquel que "parezca madurense". Según muchos testimonios, esa tribu étnica retomó sus prácticas ancestrales de emplear flechas envenenadas y decapitar a sus víctimas, para después mostrar sus cabezas como trofeos.
Por segundo día consecutivo, los dayaks, armados con machetes, sables y arcos, saquearon numerosos comercios e incendiaron varias casas de madurenses en Palangkaraya, y patrullaron la ciudad en vehículos para buscar a los inmigrantes. Los comercios de los "no madurenses" permanecían abiertos.
Ni la policía ni el ejército intervinieron para frenar los saqueos en la capital de la provincia porque "saben que si intentan detenernos pueden morir a manos de la multitud", afirmó uno de los dayak.
En los últimos 40 años más de cien mil madurenses fueron reubicados en la parte indonesia de Borneo ?compartida también con Malasia y Brunei? como parte de un programa de "transmigración" que comenzó en 1960 con el ex presidente Suharto y terminó el año pasado. Ese programa tenía como objetivo aliviar la sobrepoblación en islas como Madura.
El pasado 18 de febrero los dayak comenzaron la caza de los madurenses tras acusarlos de no respetar sus costumbres, y de desplazarlos de sus tierras tradicionales y de los empleos en las minas de oro, estaño y cobre. Los madurenses son musulmanes estrictos, generalmente ocupan un mejor estrato social, que rechazan los hábitos de los dayak de comer carne de cerdo y tener perros, además de considerarlos como perezosos y atrasados.