MIERCOLES Ť 28 Ť FEBRERO Ť 2001
Ť Homenaje en Madrid
Doctorado honoris causa a Menchú
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Mdrid, 27 de febrero. La premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, dijo hoy al recibir aquí el doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma de Madrid, por su "defensa de las minorías indígenas de Latinoamérica", que es "muy especial" ser re-conocida en Madrid, donde tiene "símbolos particulares" en su lucha por llevar justicia a su pueblo, que sufrió la violencia de un genocidio, en el que fueron asesinadas más de 200 mil personas durante los 36 años de conflicto armado en Guatemala.
Menchú recibió el reconocimiento de ma-nos del rector Raúl del Villar y de Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura y Paz y ex jefe de la Unesco.
El homenaje a Menchú tiene su origen en una petición hecha el año pasado por la Fe-deración de Asociaciones de Estudiantes de Izquierda, que decidió por unanimidad re-conocer su labor en defensa de los derechos humanos y de los pueblos indígenas.
Menchú dijo en su lección magistral, de-dicada "a todas las mujeres pensadoras y soñadoras que luchan por un mundo me-jor", que su pueblo deberá demostrar, después del largo periodo de oscuridad militar, su "capacidad para dialogar y promover el acercamiento cultural y la diversidad".
Agregó que para hacer frente a las desigualdades de los pueblos y entre los mismos pueblos es fundamental el acceso a la educación, la ciencia, la tecnología y las oportunidades de las que gozan los jóvenes del Primer Mundo.
En este sentido, pidió que los "jóvenes in-dígenas" sean beneficiarios de una "reforma profunda" en cuanto a las relaciones internacionales de las etnias más desfavorecidas, para lo que consideró indispensable "saldar las deudas de los pueblos indígenas que han sufrido genocidio y represión".
Menchú también propuso que la comunidad internacional trabaje con mas ahínco en la creación del Tribunal Penal Internacional para que se juzguen delitos de lesa humanidad, pues "no puede haber paz, justicia, ni democracia mientras exista impunidad".
Mayor Zaragoza califico a Menchú de "universal, afable, aldeana, colosal y asequible" y destacó "su capacidad de soñar como el tesoro más grande que poseen las personas", al tiempo que elogió su lucha por la "dignidad humana" pues, subrayó, "no hay democracia en la impunidad".