MIERCOLES Ť 28 Ť FEBRERO Ť 2001

Ť Presentan Petates, libro-catálogo de Viskin, en el Museo de la Ciudad de México

Reconocer la calidad de la artesanía, deber de los mexicanos, plantea Yvonamor Palix

Ť Artistas extranjeros y artesanos de Oaxaca exhiben tapetes hechos en Teotitlán del Valle

MERRY MAC MASTERS

Hace un par de años en Teotitlán del Valle, Oaxaca, la galerista Yvonamor Palix vio unos tapetes con grecas diferentes a las mexicanas. Al preguntar, se le explicó, ''hay un mercado estadunidense muy importante que llega y nos pide este diseño estilo navajo o southwest". A la historiadora del arte le resultó incomprensible el hecho de venir a México para comprar algo que se puede adquirir en EU, así como curioso que los artesanos dependan tanto de un mercado extranjero. Y asegura: ''Nosotros como mexicanos tenemos la obligación de por lo menos conocer y reconocer la calidad de la artesanía, y luego decidir si la queremos comprar. Es lo mismo del arte contemporáneo, hay que estimular el mercado".

También hace unos años, Matthew Brown, hermano del pintor estadunidense arraigado en Oaxaca, James Brown, estableció allí un estudio de tapetes, a fin de ser un foro de diseño. Cada uno somete al artesano tejedor un diseño de tapete a escala uno a uno, quien lo trabaja hasta que existe plena satisfacción del artista.

Una muestra de 12 tapetes, producto de dicha colaboración, se exhibe en el Espacio de Arte Yvonamor Palix (Córdoba 37-7, colonia Roma, teléfono 5514-5384). Son diseños de James Brown, Carl Fudge, Steve Gianakos, Jim Isermann, Dan Mac Cleary, Georges Mead Moore, Jack Pierson, Keith Sonnier, Pat Steir, Rosemarie Trockel, Richard Tuttle y Rob Wynn.

La exposición Artistas contemporáneos -Tejidos contemporáneos. Obra nueva depolly Teotitlán del Valle, Oaxaca, es la continuación de un proyecto galerístico consistente en combinar el arte plástico de hoy con la artesanía fina. En la primera, Arte Facto, realizada con Raymundo Sesma, de la Fundación Advento, artesanos poblanos del ónix dieron forma a diseños de artistas internacionales.

Fue un desafío tanto para los creadores invitados -la mayoría nunca había trabajado el textil- como para los artesanos que los asesoraron. No se trata sólo de tomar un cuadro y decir ''imprímeme esto en textil", sino era toda una reflexión acerca de este medio.

Entrevistada, Palix afirma que el objetivo no es cambiarle el estilo al artesano, sino incentivarlo. Para Palix el hecho de colaborar con un artista de reconocido nivel, revaloriza ese trabajo.

Plástica huidiza

El pasado diciembre el pintor Boris Viskin abrió la exposición Petates en el Museo de la Ciudad de México. Se trata de 48 piezas, obra pictórica en su mayoría y collage, pero también una composición de huacales sobre la pared, libros acomodados en unos anaqueles metálicos y bajo el título Templo, una construcción de cajas de cartón, esta última a escala.

Se trata de una nueva pintura para el artista que en obras anteriores, donde un plano de color ofrecía algunos matices y aparecían pequeños personajes, lo transformaban en una pintura de paisaje o en escenarios de una historia. Aunque al mismo tiempo el personaje podía convertirse en una mancha, en sólo un trazo más en la planicie de la pintura.

El libro Petates, de Viskin, se presenta hoy en el Museo de la Ciudad de México, en Pino Suárez 30, Centro Histórico.

Para el escritor Guillermo Samperio, es difícil aplicar las categorías de abstracto y de figurativo a esta plástica ''huidiza" de Viskin. Autor de ''El módulo y las fibras en Boris Viskin'', único texto del libro de reciente aparición que acompaña la muestra de ese museo, Samperio anota que en sus últimos trabajos el pintor abandona la simpleza de la dualidad, así como la convivencia de lo abstracto y lo figurativo para hacer con sus petates ''una operación menos evidente y a la vez por completo transparente".

La pintura de Viskin, continúa, parte del tejido del petate para desarrollar diferentes redes en el espacio que se convierten en planos habitables; por fusión o dispersión, sienta la base para desarrollar momentos laberínticos o alude a las construcciones usadas como templos.