viernes Ť 2 Ť marzo Ť 2001
Gustavo Leal F.Ť
ƑMande?
esulta difícil creer que las Siete Líneas Estratégicas Iniciales del Programa Nacional de Salud del foxismo, que difunde la página electrónica de la Secretaría de Salud, provengan realmente de las "demandas que la ciudadanía expresara durante la campaña electoral". Tan difícil como imaginar al ciudadano chiapaneco, oaxaqueño o sonorense remitiendo su "participación" sobre los "gastos catastróficos" (línea 6), la "asignación de recursos y equidad financiera" (línea 4), para no mencionar el "subsidio a la demanda por apoyo económico al enfermo" (línea 7) con el argumento de que "hoy el que manda eres tú".
Como en los tiempos priístas, esas Siete Líneas constituyen, más bien, un insípido coctel de juicios y prejuicios tecnocráticos de Julio Frenk, secretario de Salud del foxismo, a través de las cuales pretende haberse arrogado el monopolio del sentido de la "demanda ciudadana".
Ya en Economía y salud (1994) y desde la gerencia de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), Frenk había ensayado esta "clarividencia", vía la Encuesta de Satisfacción con los Servicios de Salud aplicada a šmil 520 personas mayores de 18 años! (mil 419 encuestas). Posteriormente, en el libro Observatorio de la salud (1997), también de Funsalud, volvió a aludir a la Encuesta de 1994 enfatizando ahora que "los hallazgos son representativos de todos los adultos a nivel nacional". Y apenas en enero de este año, en el seminario Sistemas de salud: financiamiento y equidad, ya como secretario del foxismo, sostuvo que en 1994 el problema de altos costos "lo mencionaba el 9 por ciento de la población y que al repetirlo en el 2000, este porcentaje subió al 35 por ciento".
ƑDe esta misma clarividente "encuesta" se desprende su reiterada afirmación de que "hoy en día el 52 por ciento, más de la mitad de todo el gasto en salud en este país, es pagos directos del bolsillo de las familias"? ƑSu fuente son las mismas mil 419 encuestas?
Ejemplo exacto de este bárbaro amago de apropiación sobre la "demanda ciudadana" es la Sexta Línea del Programa Nacional de Salud: "brindar protección financiera a toda la población". En la opinión de Frenk "quizás las Instituciones de Servicios Especializados en Salud (ISES) puedan estimular más este mercado". Pero muy otro es el punto de vista del sector asegurador. Para Joaquín Angulo Meade, director técnico central en el área de Salud y Personas de Seguros Comercial América (propiedad del ahora miembro del consejo de administración de Pemex, Alfonso Romo): "el desarrollo de las ISES únicamente será posible con la reversión de cuotas del IMSS. Las ISES no son la panacea. Es muy buen sistema pero no hay el suficiente dinero para pagarlas, por lo que dentro de diez años podría llegar cuando mucho a cubrir 10 por ciento de la población. Las ISES únicamente trabajarán con las empresas y no con el sector informal de la economía" (La Jornada, 17/2/01, nota de Angeles Cruz).
En realidad, lo único que sabemos a ciencia cierta es que todos aquellos jóvenes que votaron por el foxismo aguardan un cambio efectivo de políticas clínico-sanitarias para las mayorías y no una sucesión de elites más o menos "clarividentes". Sabemos también que bajo conducción médica adecuada, la red pública de salud y seguridad es vasta y altamente defendible en términos estratégicos (véase la entrevista a Fernando Rocha, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del IMSS, La Jornada 17/2/01), tal y como tienden a resguardarla los gobiernos sensatos del actual mundo "globalizado", salvo, por supuesto, el de Fox, al definir las Siete Líneas Estratégicas Iniciales del Programa Nacional de Salud.
En esas Líneas no aparece, ni por asomo, una alternativa para la preservación estratégica de la red pública. Pareciera como si todos los mexicanos ya hubieran renunciado a la posibilidad de refinanciarla y hubieran aceptado la opción de sufragar seguros de gastos médicos mayores o ISES, frente a la escuálida capacidad curativa del Paquete Básico de Servicios de Salud que el foxismo pone a la disposición de los "más pobres".
Algo es claro: tanto las encuestas de Funsalud como los prejuicios que publicitan Fox y Frenk se ajustan al juicio de Sartori: "los sondeos de opinión y las encuestas muestran que estos procesos mediáticos no reflejan la opinión pública de los países, por el contrario, se nutren de opiniones ciegas".
Ť Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco