DOMINGO Ť 4 Ť MARZO Ť 2001
Ť Comenzó en Nurio el Congreso Nacional Indígena con la presencia de directiva zapatista
Llaman a los pueblos indios a defender ante el Congreso iniciativa de Cocopa
Ť "Vamos por el reconocimiento de nuestros derechos": Marcos; "nos une la esperanza": David
ROSA ROJAS Y MATILDE PEREZ ENVIADAS
Nurio, Mich. 3 de marzo. El tercer Congreso Nacional Indígena arrancó hoy con un llamado a la unidad de los pueblos indios del país para que juntos defiendan ante el Congreso de la Unión la iniciativa de ley sobre derechos y cultura indígenas de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), así como los acuerdos de San Andrés.
A la sociedad civil nacional e internacional se le solicita que asuma las demandas de los pueblos indios y la lucha por sus derechos. A la petición se sumaron los delegados de la comandancia del EZLN, que en voz del subcomandante Marcos aseguraron que ya llegó la hora de la palabra y la esperanza, pues los derechos de los indios "siguen siendo asunto pendiente y archivado para quienes son gobierno viejo y nuevo".
Ante 5 mil delegados indígenas e igual número de observadores e invitados nacionales e internacionales registrados -según cifras oficiales de los organizadores-, Marcos leyó un discurso en el que planteó que aunque cayó el régimen que se dijo "eterno e inamovible", derribado por quien tiene nombre y rostro, pero que "siendo pequeño parece que es sin nombre y sin rostro, en lugar del que cayó ahora hay otro que no parece otro, sino el mismo. Mucho habla y dice que ya todo cambió, pero sigue pendiente nuestro debe".
Manifestó que cuando mediaba el séptimo mes del año pasado, el EZLN le expresó esto a sus "más principales", y que veían que "el hermano y la hermana de otras tierras y lenguas varias, atentos tienen el oído, generosa y amiga la palabra. Grande está hoy su corazón, aunque pequeño lo pretende el que poco oye y mucho habla".
"La hora de la palabra"
Los "principales" contestaron: "es la hora de la palabra. Guarda entonces el machete. Sigue afilando la esperanza", "no te angustie lo que mucho dice el que mucho habla. Es ruido nomás, música desentonada. Nada nos será dado; nada que no sea luchado por nosotros; nada será para nosotros regalado; nada que no arranquemos vendrá a ser de nuestra casa; nada que no luchemos vivirá entre nosotros".
"Así que camina, camina la tierra del otro, del otro que es, como nosotros, del color de la tierra, y la tierra del que es, con nosotros, todos los colores de la tierra. Camina y habla".
Indicó que esa fue la razón de la caravana zapatista y de su presencia en el tercer Congreso Nacional Indígena. "Para nosotros guerreros, entre ustedes un lugar pedimos, un espacio para el oído y la palabra".
En la capital del país "vamos a hablar con el que hace leyes para que vea que es tiempo de que la tierra que México vive no tiene lugar para quien el color de la tierra anda. Vamos por el reconocimiento de nuestros derechos".
Por su parte, Juan Chávez, delegado purépecha del CNI, planteó que hay que evitar discusiones inútiles que los dividan y fragmenten, y que se requiere hablar sin protagonismos ni alabanzas, ya que fue la palabra de todos la que apareció en los acuerdos de San Andrés. A las organizaciones no gubernamentales les pidió unirse a la defensa de dichos derechos. "Soñemos juntos y hagamos nacer la semilla de la esperanza", porque ésta "es la hora de los pueblos indígenas, de la democracia, libertad y justicia".
Chávez aseguró que los indígenas del país "están despertando" y "tejen con la sociedad civil nacional e internacional una misma realidad: la de los que nos resistimos al olvido y nos confiamos a la esperanza".
A esa esperanza también se refirió el comandante David: "nos une la esperanza de que esto tiene que cambiar. No podemos seguir con estas injusticias. Nosotros sí queremos la paz, pero con justicia y dignidad".
Este momento, comentó Pablo González Casanova al hablar a nombre de la sociedad civil, es histórico porque es el de la definición. Unos van a estar a favor de los derechos de los pueblos indios, otros en contra; "quienes estén a favor podrán continuar para que aquellos se conviertan en parte de la vida práctica de los mexicanos. Esperamos que la mayoría continúe en el camino por esa lucha para que no quede sólo en el papel, sino que a partir del papel se convierta en una nueva realidad de México", dijo.
A los posibles opositores a que los derechos y cultura indígenas sean parte de la Constitución, González Casanova los dividió en dos grupos: "unos lo harán diciéndolo, abierta y cínicamente; otros, con argumentaciones falaces y mentirosas, diciendo que hay razones jurídicas y políticas, que hay que esperar, que hay que estudiar más; van a tratar de enredar las cosas para no acordar los derechos de los pueblos indios".
También destacó la unidad de todos los pueblos indígenas de México y del mundo, así como de las organizaciones civiles para lograr el reconocimiento constitucional de los derechos, cultura y lenguas de los indígenas, quienes -aseguró- tienen mucho que enseñar en materia de democracia.
"Ellos van a gobernar con el respeto que dan a distintas ideologías, formas de pensar y con el equilibrio de poder que impidan que el poder caiga en un solo grupo. Esa democracia no es de frasecitas, de palabritas, elites ni de oligarquía de ladrones; es de hechos reales, de la práctica cotidiana".
También a nombre de la sociedad civil, Concepción Calvillo de Nava dijo que seguirá luchando al lado de los indígenas para que tengan sus derechos completos. "Han venido a cumplir la consigna de todos a la tierra del no rostro, pero del sí hombre y mujer del maíz; a ver y dar su gran luz, la inmensa que desvanece el rostro pero desnuda el alma", dijo.
Durante la ceremonia de inauguración del tercer Congreso Nacional Indígena, el líder indígena purépecha Juan Chávez se refirió a los largos años de batalla: "hoy queremos que comience el despertar". Agregó que los indígenas del país caminaron junto con el EZLN para que se fraguaran los acuerdos de San Andrés, "ahí dijimos lo que somos y lo que queremos ser (...) indios verdaderos".
Al igual que en el primer congreso del CNI, en octubre de 1996 -en el que participó la comandante Ramona- y en el segundo, que se realizó en 1998 con la presencia de mil 111 integrantes zapatistas, hoy los indígenas -en voz de Juan Chávez- refrendaron su derecho a ser reconocidos como pueblos, a ejercer su libre determinación y autonomía, sus sistemas normativos y formas de autogobierno, de disfrutar con justicia de sus tierras, territorios y recursos naturales.
Tocó a los comandantes Tacho, Esther y Zebedeo insistir en que los indígenas quieren también un lugar en la historia del país, con derechos, y ser tomados en cuenta. Su historia, abundó Esther, ha sido de persecuciones, encarcelamientos y asesinatos, pero jamás de rendiciones. Pidió a hombres y mujeres conjuntar sus esfuerzos y consolidar su organización social para lograr el reconocimiento de sus derechos y cultura. "Al gobierno le decimos que ya no nos ponga más en vergüenza".
Por la tarde se instalaron las cuatro mesas de trabajo en las que los temas únicos son el análisis de la iniciativa de ley de la Cocopa y los acuerdos de San Andrés, así como las estrategias que deberán seguirse para lograr su inclusión en la Constitución.