DOMINGO Ť 4 Ť MARZO Ť 2001

Ť Piden el Nobel para Abuelas de Plaza de Mayo

Demandan en junta de Madrid crear ya el Tribunal Penal Internacional

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 3 de marzo. El Primer Congreso de De-rechos Humanos y el Principio de Justicia Universal, que hoy finalizó aquí y reunió a más de 200 juristas, jueces, defensores de derechos humanos y víctimas de dictaduras, hizo un llamado a la comunidad mundial para que se ponga en marcha un Tribunal Penal Internacional, basándose en el Estatuto de Roma aprobado en 1978.

Asimismo, se formalizó la postulación del organismo humanitario argentino Abuelas de la Plaza de Mayo para el Premio Nobel de la Paz de este año.

Este Tribunal Penal Internacional deberá contar, sin embargo, con algunos matices a lo aprobado por la comunidad internacional hace 23 años, con el fin de lograr una coordinación judicial permanente entre las naciones y así garantizar la eficaz persecución de los crímenes contra la humanidad.

Se determinó también que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no deberá tener atribuciones en el futuro Tribunal Pe-nal Internacional para garantizar la independencia del organismo, y éste deberá contar con oficinas permanentes de la fiscalía en distintas regiones del mundo con facultades para juzgar con retroactividad.

Este congreso, entre cuyos participantes figuraron los premios Nobel de la Paz Ri-goberta Menchú y José Ramos Horta, algunos de los personajes que exigieron a la justicia española admitir la querella por las víctimas de la dictadura guatemalteca, pi-dió a la justicia brasileña y paraguaya que se inicie ya el procesamiento contra el ex dictador Alfredo Stroessner, en la actualidad exiliado en Brasil.

Los dirigentes humanitarios reunidos en este foro, el primero de su tipo, coincidieron en que la Audiencia Nacional Española y el juez Baltasar Garzón han tenido un papel histórico en la persecución de represores, que promoverá el concepto de justicia universal, que ahora debe crecer y concretarse a través de mecanismos como el Tribunal Penal Internacional.

Noam Chomsky, sociólogo y lingüista es-tadunidense, señaló que las víctimas de los crímenes de lesa humanidad deben tener la oportunidad de perseguir a sus torturadores y genocidas en un marco internacional si en sus países se les niega este derecho.

"El derecho a la justicia universal y la capacidad de procesar a los responsables de estos crimenes, independientemente de la nacionalidad de las víctimas y los perpetradores, es un derecho contemplado en la carta de Naciones Unidas", apuntó.

Finalizó: "En pos de construir un mundo nuevo, más libre y sin impunidad, es necesario construir el marco legal para juzgar a esos individuos que han cometidos esos crímenes y que han destruido la libertad de las personas. El principio de la jurisdicción universal tiene el propósito de consolidar la justicia, la más hermosa de las reparaciones para las víctimas".