DOMINGO Ť 4 Ť MARZO Ť 2001
SEMANA POLITICA
EN ESTADOS UNIDOS
Ť El presidente George W. Bush, un Robin Hood al revés
Ť Se intenta volver a políticas reaganianas, dicen sindicatos
JIM CASON Y DAVID BROOK CORRESPONSALES
Washington, 3 de marzo. El famoso ladrón inglés Robin Hood robó a los ricos para darle a los pobres, pero ahora el presidente George W. Bush ha lanzado la principal propuesta de su nuevo gobierno cuyo objetivo es poner a Robin patas arriba. Claro, todo en nombre de ese mítico "ciudadano trabajador".
En un discurso trasmitido esta semana en vivo a todo el país ante el Congreso de Es-tados Unidos, Bush propuso un recorte tributario de 1.6 billones de dólares para, según dijo, estimular la economía y regresar parte del dinero de los ciudadanos trabajadores que pagan los impuestos. En las próximas semanas el mandatario republicano viajará por el país promoviendo su gran iniciativa, y afirmará que con el superávit del presupuesto federal es hora de reconocer que ese dinero es propiedad de los ciudadanos, no del gobierno, y por lo tanto merecen beneficiarse con el excedente (y, así, impulsar la economía a través de más gasto de consumo, más inversiones y su-puestamente más ahorro).
"Mi plan de tasas de impuestos reduce las tasas de impuesto a todos, dando las reducciones de porcentaje más grandes a las fa-milias trabajadoras que necesitan la mayor ayuda", afirmó Bush en su discurso por radio semanal este sábado. Y añadió: "Promoverá la economía y ayudara a crear nuevos negocios, nuevos empleos y nuevo crecimiento, en momentos en que necesitamos todas estas tres cosas".
Pero un análisis de la propuesta realizado por la organización Citizens for Tax Justice en esta capital encontró que el uno por ciento más rico de la población recibiría la mayor parte del beneficio. Personas con ingresos anuales mayores a 373 mil dólares recibirían casi la mitad del dinero que Bush desea regresar a los contribuyentes, mientras que la mayoría recibiría casi nada.
"Cuarenta y tres por ciento de los beneficios de impuestos serían para gente que tienen ingresos promedios de 900 mil dólares al año", señaló el líder de los demócratas en el Senado, Tom Daschle. "De hecho, el análisis de Citizens for Tax Justice encontró que 60 por ciento de todos los ciudadanos que pagan impuestos recibirían una reducción de aproximadamente 256 dólares, mientras que el uno por ciento más rico (con ingresos mayores de 373 mil dólares) recibirían una reducción promedio de 54 mil 480 dólares.
Aunque el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, ha disputado estas cifras al argumentar que los grupos liberales están distorsionando la propuesta, el periódico The Washington Post señaló esta semana que aun los economistas conservadores y simpatizantes de Bush de la Heritage Foundation no niegan que gran parte del recorte de los impuestos beneficiara a los ricos.
Mucho de este debate provoca un deja vu de la era del presidente Ronald Reagan. Heritage y otras organizaciones conservadoras argumentan que una reducción de impuestos para los ricos estimulará la in-versión y ayudará a evitar una recesión.
Este argumento es prácticamente una va-riante del que justificó uno de los traslados de riqueza más brutales en la historia del país, y que contribuyó a triplicar la deuda nacional, lo que el propio padre de Bush llamó en su momento "una política económica vudú". Esta fue promovida por Reagan con la idea de beneficiar a los ricos para estimular la economía, con lo cual los pobres serían beneficiados con más chambas y otras oportunidades.
Estas políticas no funcionaron en los 80, y no funcionarán ahora, argumentan sindicatos y otros grupos que representan intereses de trabajadores y pobres. Robert Kut-tner, columnista liberal de la revista American Prospect, argumentó recientemente que en vez de sólo dar el beneficio a los ricos, el Congreso debería utilizar los fondos para eliminar la pobreza en este país.
De hecho, al parecer la gran mayoría de los estadunidenses no sólo no están convencidos de la propuesta de Bush, sino que la rechazan. Según la encuesta mas reciente sobre el tema por la Pew Research Center, 79 por ciento cree que la propuesta de Bush beneficiará sólo a los ricos, 60 por ciento desea que el superávit del presupuesto sea dedicado a programas sociales, y sólo 19 por ciento quiere que se utilice para una reducción de impuestos.
Kuttner calcula que si estos fondos fueran invertidos en programas de guarderías para niños de las familias trabajadoras, para capacitación de trabajadores que han perdido su empleo y una reducción de impuesto diseñada para beneficiar a los que tienen los menores ingresos, la tasa de pobreza se desplomaría drásticamente.
A pesar de que una mayoría está en contra, si las consecuencias de este tipo de política económica fueron el desajuste y la recesión económica que resultaron de las iniciativas de Reagan, hay poca posibilidad de que las propuestas de Kuttner u otros tengan éxito. Aunque supuestamente en una democracia la voluntad de la mayoría es rey, en este país los que están en control de la cúpula tienen otros intereses, los propios. Mas de 13 miembros del gabinete de Bush provienen del sector privado donde gozaban de ingresos que los colocaba cerca o dentro de ese uno por ciento más rico del país; sus amigos y principales anfitriones políticos son de ese mismo universo. No pocos de los legisladores también provienen de esos mundos privilegiados, o dependen de ellos. El interés nacional, para ellos, es el interés de ese sector.
Pero si se aprueba alguna versión de esta propuesta, y todas las apuestas son en este sentido, esto no representará algo muy nuevo. De hecho, esta política continuará con las tendencias económicas establecidas durante los últimos 20 años (con republicanos o demócratas en la Casa Blanca).
Según el economista Edward N. Wolff, la riqueza del uno por ciento más rico del país se ha incrementado en 40 por ciento a lo largo de las últimas dos décadas, mientras que para el 40 por ciento de la población que se encuentra hasta abajo, su "riqueza" se ha desplomado en más de 75 por ciento en ese mismo periodo.
Robin Hood, de patas arriba, ha de estar envidioso de estas proporciones de robo... perdón, redistribución, de riqueza.