DOMINGO Ť 4 Ť MARZO Ť 2001
Jenaro Villamil Rodríguez
República de pantalla
La paz no es como la pintan
Una protagonista de la telenovela El amor no es como lo pintan invita a su galán a asistir al concierto "Unidos por la Paz" que organizan Tv Azteca y Televisa, en la transmisión del 26 de febrero. Como ella, otros personajes telenoveleros le entran a la propaganda y desde los programas cómicos hasta los noticieros todos convocan a firmar por la paz, a prender velitas, a ponerse lazos verdes, a depositar "su voto" en los grandes centros comerciales, en fin, a la mercadotecnia de la paz.
De pronto, lo subliminal se vuelve obviedad y la ficción se impone frente a la realidad. Así ha sido la semana de demagogia televisiva en torno al Chiapatón y a la cobertura de la Marcha de la Dignidad de los zapatistas. Las cinco grandes tendencias mediáticas se pueden describir de la siguiente forma:
1. Autopublicidad por encima de la información.- A la carga y sin mesura, Televisa y Tv Azteca optaron por dejar en un segundo término la información sobre la movilización del EZLN y la discusión sobre el proceso de diálogo y negociación para concentrar sus esfuerzos en autopromoverse. Los dos noticieros más importantes de ambas cadenas, Hechos y Noticiero con Joaquín López Dóriga abusaron hasta el exceso de los reportajes de "tinglado y templete" para informar sobre los preparativos del concierto que se realizó ayer en el estadio Azteca. Incluso, se le dio más tiempo a este tipo de "información" que a la propia cobertura de los discursos y los actos en San Cristóbal, Tuxtla, Orizaba, Puebla, Hidalgo y Querétaro. Se presentaron como "notas informativas" lo que en realidad eran spots promocionales bajo las consignas "millones y millones de mexicanos han firmado por la paz", "niños que demandan la paz y convocan a que se enlacen en el concierto por la paz". ƑY dónde está la guerra? Se preguntaría un marciano si se informara sólo por estos noticieros.
2. Convertir al ciudadano en fan.- Equiparar un proceso de diálogo y una movilización social con un espectáculo tiene un doble propósito: reducir la propia marcha indígena en un gran concurso de popularidad entre el subcomandante Marcos y quien se deje: el presidente Vicente Fox -que no apareció tanto esta semana-; Carlos Santana, cuya semblanza mereció más espacio informativo el 27 de febrero que la crónica del acto zapatista en Puebla y Orizaba; los cantantes de Maná y Jaguares. Para los hacedores del marketing televisivo es preferible que el subcomandante Marcos entre al rango del vedetariato televisivo que al nivel de vocero de un movimiento social, porque todo se reduce a un problema de competencia entre fans y no a una discusión de derechos ciudadanos.
3. Manipulación de imágenes: violencia en Cancún y amenazas del CGH vs marcha zapatista.- La paliza que recetaron las fuerzas policiacas en Cancún a un grupo de jóvenes identificados como "globalifóbicos" fue la nota indudable del martes 27 y del miércoles 28 de febrero, pero las imágenes fueron convenientemente mezcladas con la movilización zapatista, al tiempo que Tv Azteca le dio vuelo a las "amenazas" de los integrantes del CGH que pretenden "desquiciar" nuevamente la ciudad de México. Las imágenes se convierten así en un subliminal mensaje: siempre habrá un tolere para revoltosos aunque de boca para afuera el discurso televisivo se llene la boca con "la paz".
Un caso de manipulación informativa y de imágenes grotesco se transmitió el 28 de febrero, en el noticiero de las 15 horas, de Tv Azteca: indígenas de Zitlala, Guerrero, se golpean entre sí, en un ritual tradicional para resolver sus diferencias. El reportaje dura más de 5 minutos. No hay referencia a la marcha zapatista, sólo un comentario de Rosa María de Castro sobre las "costumbres bárbaras" de los indígenas.
4. Cobertura de lo anecdótico por encima de la reflexión.- Salvo los casos honrosos de las otras empresas televisivas, la pantalla comercial de mayor rating privilegió lo anecdótico al hablar de la caravana zapatista, con nulo o escaso espacio para la reflexión, con pocas entrevistas de contexto -destacadamente, la que le hiciera López Dóriga al premio Nobel, José Saramago-, de tal forma que nunca se dimensiona que el país está viviendo quizá la movilización indígena más importante de su historia reciente.
Durante los primeros días, "la nota" fueron los anónimos de amenazas para los zapatistas; después, la suspensión de clases en Orizaba, con todo y una encuesta de Hechos para criticar el asunto; el 1Ɔ de marzo, el lamentable accidente de la caravana zapatista en el que perdió la vida el policía federal preventivo Carlos Martínez Pérez, a quien se le dedicó una semblanza que incluyó entrevistas con sus vecinos y la pregunta de López Dóriga al reportero para saber si el EZLN le brindó sus condolencias en el mitin de Querétaro. Con esfuerzos similares y resultados disparejos, Televisa cumplió con mayor profesionalismo de sus reporteros a la cobertura, pero fue neutralizada por la demagogia del concierto y las firmas por la paz. Tv Azteca no escatimó comentarios para editorializar e incluso hasta para confundir el nombre de las ciudades y comunidades por donde pasaba la marcha.
5. La televisión alternativa, esfuerzo mediático.- Curiosamente, algo positivo de la "alianza" entre las dos grandes cadenas fue el hecho de que obligó a las otras empresas a ofrecer una oferta televisiva e informativa distinta. "La voz de los otros" resultó ser más importante, más ponderada y más profesional. El Canal 22 modificó su perfil tradicionalmente cultural para hace una cobertura digna con José Cárdenas al frente; el Canal 10 de Chiapas, famoso entre los tuxtlecos por ser el Albores Channel, se lanzó con Teve.demente y con Panorama Detrás de la Noticia, transmitiendo por primera vez en la televisora oficial una entrevista amplia del subcomandante Marcos con Ricardo Rocha. Multivisión se esforzó por un ejercicio de neutralidad y tuvo en el estudio a comentaristas y analistas de primer orden; CNI-Canal 40 tuvo una cobertura limitada, pero creativa, y hasta Brozo se reveló como conductor más agudo que Rosa María de Castro (lo cual no es mucho decir para el buen Brozo).
En fin, estos esfuerzos demostraron que la paz no es como la quisieron pintar las dos grandes empresas mediáticas y que la televisión ya le entró, en los hechos, al juego de la pluralidad y la autonomía. De hecho, este es uno de los temas fundamentales del Congreso Nacional Indígena: el derecho de las comunidades a tener y administrar sus propios medios masivos de comunicación.