DOMINGO Ť 4 Ť MARZO Ť 2001

Ť El sello incursionó en el mundo editorial con autores que nadie publicaba, como Sade

Juan Pablos, 30 años de riesgos y osadías

Ť Su catálogo actualmente supera los 400 títulos, con predominancia en las humanidades

Ť Blanca Sánchez, impulsora del proyecto, orgullosa con los resultados de la editorial

ANGEL VARGAS

Si algo enorgullece a Blanca Sánchez cuando rememora los 30 años de existencia de su editorial Juan Pablos, es "haber corrido el riesgo de publicar obras que nadie se atrevía traer a México".

Al lado de su ex esposo Alfredo Juan Alvarez, la también antropóloga, sobre todo en los inicios del sello editorial, descubrió no sólo para México sino para el mundo de habla castellana autores que resultaban "incómodos", relegados o desconocidos, como Donatien-Alphonse-François -el Marqués de Sade-, Jean Genet o Leon Trotsky.

Todo comenzó con el erotismo

La osadía de la entonces pareja en el universo de las publicaciones se había perfilado desde un par de años antes de la creación de la casa editora, en octubre de 1971, con la realización de una serie de catálogos de grabados eróticos, la cual apareció con tiraje limitado y sin ningún tipo de identificación.

"Juan Pablos Editor comenzó a esbozarse entre 1969 y 1970. Empezamos a buscar libros que nos costaran poco pero que cubrieran nuestros intereses, el cual estaba y está centrado en las humanidades: literatura, ciencias sociales y políticas, filosofía, economía y arte", cuenta Sánchez.

"Nos remitimos a las bibliotecas de amigos y nos encontramos con libros realizados en España, pero que durante el franquismo habían desaparecido; otros que habían sido traducidos en Chile o Argentina y que con las dictaduras del Cono Sur fueron relegados. Gran parte de esos títulos ni siquiera habían llegado a México. Nos dedicamos, entonces, a buscar y publicar gran parte de aquellos títulos a los que las editoriales nacionales les tenían miedo; libros que ahora se encuentran en cualquier parte, pero que de alguna forma en aquella época eran de muy difícil sino es que de imposible acceso".

Y así, el catálogo de la editorial -que actualmente supera los 400 títulos- comenzó a gestarse, sobre todo, con obras de literatura como el Golem, de Gustav Meyrik; La escuela de las mujeres, de André Gide; Justine o las desventuras de la virtud, del Marqués de Sade; Frankenstein, de Mary W. Shelley; El Totemismo, de James George Frazer; la poesía de Nicolás Guillén, César Vallejo y Constantino Cavafis. En el área de la filosofía y las humanidades, Hegel, Feuerbach y Goldschmit.

SADE-1Entre 1972 y 1975 se emprendió el ambicioso proyecto de publicar la obra de León Trotsky, en 23 volúmenes, y en el periodo que va de 1975 a 1980, aparecieron los seis tomos de Los cuadernos de la cárcel, de Antonio Gramsci, de los cuales se encargó de traducir dos al español; los otros ya circulaban en Chile.

Comenta Blanca Sánchez que en los albores de los ochenta, la editorial vivió un momento de relajación en el que sólo se publicaron rediciones, debido a que ella y Alfredo Juan Alvarez habían salido del país. A su regreso, en 1983, se encontraron con una fuerte presencia de editoras españolas en el mercado nacional, además de un panorama en el que lo que antes era arriesgado, en cuanto a títulos, había dejado de serlo.

La empresa se enfocó entonces a la publicación de investigadores nacionales y, conforme se fue haciendo más difícil la situación para las pequeñas editoriales, adoptó el mecanismo de la coedición, sobre todo, con instituciones educativas y de cultura, tanto de la ciudad de México como del interior de la República.

El auge de Juan Pablos Editor puede ubicarse en la segunda mitad de la década de los noventa, el cual se expresó no sólo en una alianza con Ediciones Sin Nombre -de cuya dirección se encarga José María Espinasa y con la cual se editaron cerca de 80 títulos durante su relación entre 1997 y 2000-, sino a la creación de un Centro Cultural, en el centro de Coyoacán (Malitzin 199).

Este último, concretado en diciembre de 1998, consta de una librería especializada en publicaciones de las universidades e instituciones del interior de la República, y de un espacio para exposiciones, presentaciones de libros y tertulias literarias y cinematográficas.

Blanca Sánchez se dice orgullosa de haber logrado que un proyecto editorial que se inició hace 30 años mantenga su solvencia, pero sobre todo su condición de independiente. Aclara que su permanencia y crecimiento no hubiera sido posible sin "la mamá de los pollitos", que es la Imprenta Juan Pablos, de la cual han provenido siempre los recursos.

Si bien el 30 aniversario de Juan Pablos Editor se cumple hasta octubre, los festejos comenzaron esta semana que termina con la participación del sello en las actividades de la Feria del Libro del Palacio de Minería. Este domingo, por ejemplo, se efectuarán en ella dos mesas redondas relacionadas con la editorial, así como la presentación de uno de sus libros.