LUNES Ť 5 Ť MARZO Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

JUSTAMENTE CUANDO están tratando de hacerse escuchar y respetar las voces del México que no habla español --o lo hace mal, o lo pronuncia con acento indígena--, el presidente Fox ha permitido --u ordenado-- que se haga mofa de la legítima controversia que en relación con el horario de verano sostiene el gobierno de la capital del país, a cuyo jefe, Andrés Manuel López Obrador, pretende ridiculizar por su modo nativo de hablar.

YA QUE SABADO a sábado se preocupa de allegar factores llamativos al programa radiofónico de farándula informativa que a veces personalmente conduce, y en el que en otras sólo actúa como figura central, el presidente Fox permitió anteayer --si no es que ordenó-- la inclusión de un anuncio en que un hombre de mocho hablar tabasqueño llamado Andrés Ma- nuel muestra su testarudo enredo al tratar de utilizar diversos horarios en el país. André Manué es regañado y exhibido en sus torpezas por su patrón, Don Cuauh.

NO SE PUEDE alegar que el programa Fox contigo, Fox en vivo sea ajeno a la voluntad del Presidente de la República. Por el contrario, es un instrumento esencial de la estrategia de medios e imagen que cuida por encima de todas las cosas el habitante de Los Pinos. Con el mismo título fue durante los meses de campaña del 2000 eficaz vehículo para colocar al guanajuatense en el buen ánimo de los votantes. Llegado al poder, Fox mantuvo el programa y no lo disolvió o encapuchó --como sucedió con los Amigos de Fox, estructura que ha enviado a la congeladora para rehabilitarla como ente suprapartidista cuando se acerquen las elecciones intermedias de 2003 y, sobre todo, cuando el presidente comience a escuchar, por allá del 2005, las tentaciones que él mismo promueve, de relegirse al mejor estilo fujimorista. Actualmente, la señal de Fox contigo, Fox en vivo se transmite a todo el país mediante unas 250 estaciones.

EN ESE ESPACIO al que dedica sus mejores esfuerzos Francisco Ortiz, valet mediático de Fox (su cargo es el de coordinador de la oficina de Opinión Pública e Imagen de la Presidencia de la República), se escuchó a Don Cuauh, presunto patrón de André Manué, conminar a su supuesto empleado a dejar de perder el tiempo y ponerse ya a trabajar. "ƑA qué hora vas a dejar de payasear?", preguntó, exasperado ante la torpeza del sureño que, al hablar, se comía letras y cambiaba las eses por jotas.

EL ASUNTO no puede ser atenuado por la inclinación cómica que el Presidente puede llegar a darle al programa, como sucedió unas semanas atrás cuando él imitó a Andrés Bustamante en su caracterización de Ponchito, y éste a su vez fue instado por el propio jefe de Estado mexicano a hacer lo propio.

ES GRAVE y no cómico el hecho por cuando menos las siguientes razones: muestra un talante frívolo, discriminatorio, clasista y revanchista; hace ver que las múltiples sonrisas y amabilidades presidenciales pueden ser fingidas y mal digeridas a grado tal que provocan exabruptos autoritarios y prepotentes (te lo digo, André Manué, para que lo entiendas, Marcos); agravia de manera burda a una autoridad institucional; usa recursos públicos para establecer criterios subjetivos sobre relaciones políticas en partidos y entre líderes que deberían merecerle respeto, y, tal vez lo peor de todo, pretende vencer, mediante uso de la propaganda, un legítimo recurso de controversia que por la vía jurídica ha iniciado el gobierno capitalino y que, mientras no haya sentencia judicial firme, debería ser objeto del más cuidadoso respeto por parte de un Presidente que no deseara inducir, acotar o presionar el ámbito de un poder como es el Judicial.

EL DISLATE foxista ayudó a López Obrador a recomponer la figura. Luego de los enredos en que se ha metido con la obsesión cegehachera de utilizar artesanales y desvaídas encuestas para pasar como válidas algunas propuestas que él podría impulsar con el poder legítimo ganado en las urnas en el 2000, ha retomado nivel al no contestar con bajeza el agravio radiofónico y plantarse en el terreno firme de la discusión política con más sustancia que adjetivos. No está de más advertir que la algarabía generada por el diferendo horario le permitió salvar las minas que él mismo se había colocado con sus desafortunadas declaraciones estadísticas sobre la disminución de la inseguridad pública capitalina.

OTRO MEDIO electrónico fue escenario del montaje de una propuesta política que los dos jefes de la televisión pública mexicana acordaron, o les hicieron acordar, para bien de la postura presidencial de demandar paz en Chiapas con rapidez y sin profundidad. Una paz de utilería, una paz de telenovela, una paz de oportunidad, es lo que quedó al final del espectáculo en que las figuras centrales fueron Maná y Jaguares. Las dos bandas pop mantuvieron, a juicio de este tecleador, una postura bastante aceptable en medio de la voracidad política que pretendía empujarles a convertirse en una especie de merolicos musicales vendedores de la ofertaaa, la novedaaá, llamada paz. En todas sus presentaciones, sus líderes se valen de recursos entre superficiales y cursis para impulsar la paz, la justicia, la igualdad y otros conceptos que entre más amplios, suelen ser menos comprometedores. Lo mismo hicieron en esta ocasión, pero agregando algunas acotaciones y comentarios que les permitieron dejar en claro que no estaban moviéndose en la misma dirección borreguil que desean los orquestadores de la tal unión por la paz. Podría decirse que a los creadores de la idea no les funcionó el truco de la presión mediática en pos de una paz de quince minutos. Tan evidente era la manipulación, tan endeble la pretensión, que la gente asistió contenta a ver el espectáculo, ya fuera en vivo o en televisión, y sanseacabó.

DESANGELADO FUE, en cambio, el acto casi en familia que organizó el PRI para recordar su edad septuagenaria. Dulce María Sauri encabezó una ceremonia que da clara cuenta del abandono político que vive a pesar de su engañosa ratificación como encargada de la presidencia del tricolor. A diferencia de las pomposas fiestas del pasado, cuando gobernadores, senadores, diputados y políticos de todo calibre se peleaban por asistir a los actos celebratorios del partido entonces en el poder, ahora fueron a Querétaro unos cuantos personajes conocidos y algunos centenares de desconocidos para cumplir con un ritual de ribetes mortuorios. Eso sí, a la hora de hacer declaraciones, la yucateca lanzó una especie de guerra contra el foxismo, al que censuró por falta de rumbo ideológico. Aguas con la Liga Priísta 23 de Septiembre.

EN NURIO, Michoacán, mientras tanto, se daba ayer un pronunciamiento cuya dimensión está por verse. En la clausura del Congreso Nacional Indígena se anunció el propósito de impulsar un levantamiento pacífico nacional de apoyo a los derechos indígenas. Vamos por lo que nos arrebataron, por lo que nos han negado, por lo que no tenemos, dijo la voz principal del encuentro. Para desazón del foxismo, las representaciones que confluyeron en tierras michoacanas se sumaron a la propuesta zapatista en general, y en particular a los acuerdos de San Andrés. La marcha que llegará a la ciudad de México en una semana se fortaleció luego de este congreso, lo que la expone a que un día de estos le hagan su anuncio radiofónico de chistorete, o le den su probadita de hiel, cuando las sonrisas y las poses como las del pasado mensaje transmitido en cadena nacional cedan el paso a la realidad de que, ciertamente, la paz no está a la vuelta de la esquina.

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