LUNES Ť 5 Ť MARZO Ť 2001

Ť Ofrecen a zapatistas hacer una película para financiar viaje de purépechas a Europa

Acuerdos de San Andrés, playeras y capuchas en el tianguis del Congreso Nacional Indígena

Ť Frenesí comercial que un camarógrafo del cineasta francés Patrick Grandperret llama marcotráfico

JAIME AVILES ENVIADO

 Nurio, Mich., 4 de marzo. "A tres pesos, a tres, los acuerdos de San Andrés, más baratos que en Internet", pregonan militantes del FZLN de Morelia. "A cincuenta pesitos el pasamontañas de doble fondo, señor, señorita, sólo le vale cincuenta pesitos", gritan jóvenes chilangos que empuñan sus mercancías como negros títeres inanimados. Hay un poco de todo en el tianguis que florece dentro del tercer Congreso Nacional Indígena.

Por sólo cien pesos usted puede ordenar que le hagan doscientas trencitas como en las playas de Puerto Vallarta. O llevarse, por menos, camisetas con la efigie de Marcos, Zapata o el Che. O casetes de "música de protesta", que sin embargo no suenan porque está bien el mercado libre pero se prohíbe el escándalo.

Hay paliacates desde luego, y botones conmemorativos de la marcha que dicen "Al DF por la dignidad de los pueblos indios", o "Zapata vive, la lucha sigue", o "No están solos". Y uno se pregunta que dónde ha quedado la setentera cultura del póster o el cartel. Pero mientras uno también se lo responde, los voceadores de La Jornada informan que hoy, domingo, han vendido 960 ejemplares, 30 por ciento más que ayer cuando, "por güeyes", dicen, nomás trajeron 600.
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En materia de comida la variedad es infinita... o casi. Hay tacos, gordas, peneques, tortas, mangos y papayas en cuadritos con chile piquín. Y lo más inquietante, un panadero vende churros a cuatro pesos la pieza, o sea, bastante más caros que los ejemplares de los acuerdos de San Andrés. A este frenesí de la oferta y la demanda, un camarógrafo del cineasta francés Patrick Grandperret lo llama, sin rubor, el "marcotráfico".

Evidencias virreinales de Nurio

A la entrada de la comunidad purépecha que este fin de semana ha reunido a lo más selecto del lobby zapatista, hay un letrero que anuncia: "Nurio: 3 560 habitantes". Manos alegres, habida cuenta de la multitud que se ha dejado caer por aquí, actualizan el dato demográfico tal vez con un poco de exageración, pues en adelante los viajeros que transiten por este paraje leerán, sin mucha convicción, me temo: "Nurio: 335 mil 600 habitantes".

Detrás del aviso corre al parejo de la carretera la barda de un panteón: un solar de espléndidos árboles tachonado pero con escasas tumbas en verdad, como si la gente de esta tierra prefiriese morirse en otra parte. Y vaya que es antigua la comunidad. En el sitio que un letrero más designa como "centro", hay una iglesia que, según la vetusta fachada fue construida en 1637, quién sabe cuántos años después del inicio de la conquista espiritual.

En el interior del templo hay un bellísimo plafón de madera, que data asimismo del siglo xvii, y que conserva un delirio de tableros barrocos pintados por artistas anónimos, que representan a los arcángeles en las circunstancias más diversas. Pero en contraste con tales vestigios del periodo colonial hay dos retablos iluminados con rótulos de luz de neón sin los cuales, por otra parte, nada sería visible dentro de la nave, ni siquiera las telas y las flores que cuelgan del techo y que lo dividen en tres secciones aéreas, evocando las iglesias indígenas de San Juan Chamula o San Andrés Larráinzar.

Pasando bajo la torre de un campanario construido con horrible gusto en 1967 ?un adefesio absolutamente dinamitable?, hay, cerrada a piedra y lodo, una capilla, también del xvii, sobre cuyo portón de madera apolillada alguien ha clavado una hoja escrita a mano en español y otra en inglés, las cuales solicitan de los voluntarios interesados en restaurarla que pongan su nombre, su país de origen y su buzón de Internet, pero esta mañana sólo había una respuesta de un tal Corrado Ungareti de Italia.

Si me detengo en las evidencias virreinales de Nurio es porque hay una historia que merece visitar el pueblo en otra ocasión y contarla con lujo y superfluidad de detalles. Porque resulta que...

Archivo General de Indias

Abiertos al mundo y a todos los pueblos indígenas del país, los comuneros de Nurio, sin embargo, no tienen buenas relaciones con sus vecinos, purépechas como ellos. El origen del desacuerdo es la posesión de un predio que está en litigio y sobre el cual han puesto los ojos los infaltables caciques de la meseta tarasca. Es una lástima que en el fragor de este fin de semana consagrado a la política de dimensión nacional no haya una autoridad disponible que aporte datos más precisos.

Pero lo extraordinario del asunto es que, en la etapa final del pleito que protagonizan abogados, ofendidos y demandantes, el juez de turno ha fijado un requisito para que los habitantes de Nurio demuestren sin duda que son dueños del terreno que defienden. En pocas palabras les han pedido que presenten la cédula real que les otorgó la posesión de estos suelos, y si no cumplen con la exigencia, tarde o temprano, los echarán.

Desesperados, porque dicha cédula real, emitida al parecer por Carlos V, se encuentra en la otra orilla del Atlántico, para más exactitud en el Archivo General de Indias, naturalmente en Sevilla, los indígenas de Nurio han apelado a la protección de sus dioses tutelares más comprensivos para que los auxilien en tan imposible empresa. Y los dioses, al parecer, han atendido sus plegarias.

No hace mucho vino a estos lugares un hombre joven llamado Russo, cantante que es del grupo musical ibérico bien conocido como Hechos contra el Decoro, y de la iniciativa de tal personaje ha surgido el proyecto de una película sobre el EZLN, cuyas utilidades serán destinadas al financiamiento de la travesía ultramarina que transportará a los angustiados habitantes de estos lares hasta el inexpugnable laberinto sevillano que almacena la memoria documental de la Conquista en sus distintos ramos, a saber, notariales, parroquiales y demás.

¿Qué falta para que los hacedores de la película abran las puertas del mercado europeo? Simplemente que el subcomandante Marcos acepte ser entrevistado por los cineastas, una vez que el EZLN haya conseguido que el Congreso de la Unión, a pesar de sus Diegos Fernández de Cevallos y sus Manueles Bartlett y sus dinosaurios de ayer y de hoy, apruebe la ley de la Cocopa basada en los acuerdos de San Andrés. Casi nada, casi todo...

Absorto en esos menesteres, mientras tanto, esta noche el Sup leyó durante la clausura del Congreso Nacional Indígena un texto que en forma parabólica respondió a las últimas contradicciones, perdón, declaraciones, del presidente Vicente Fox, quien el viernes saludó al CNI bajo el formato solemne de un mensaje a la nación, y el sábado, menos de 24 horas más tarde, le pegó al CNI, ahora en ocasional charla con periodistas, diciendo que el multicitado congreso carece de representación nacional.

Para salir al paso de esta repentina y presidencial acotación, Marcos leyó un mensaje dirigido a los representantes de 40 de las 56 naciones indígenas que hay en el país, refutando con elegancia al Ejecutivo federal, tal vez para no ensombrecer el clima de entendimiento que están construyendo los diputados de la Comisión de Concordia y Pacificación y el enlace de los zapatistas, Fernando Yáñez Muñoz, cuyo encuentro de esta mañana en un hotel de Uruapan fue filtrado por la senadora del PAN Luisa María Calderón, hermana del coordinador de los diputados federales del PAN, el michoacano Felipe Calderón Hinojosa, quien de acuerdos de San Andrés y fin de la guerra en Chiapas, por lo visto, no quiere oír ni media palabra.