lunes Ť 5 Ť marzo Ť 2001

Renato Ravelo LecuonaŤ

Fox y Eucaria Apreza ante los indígenas

Como una ofensa a los indígenas de la región de Chilapa, Guerrero, se considera la erección del monumento a doña Eucaria Apreza, que en días próximos habrá de develar el presidente Fox. Las definiciones históricas se están poniendo en el orden del día para un creciente movimiento indígena.

Heroína oficiosamente machacada en la memoria regional por su participación temprana en la Revolución, propietaria de haciendas que su padre le heredó junto con el resentimiento de comunidades indígenas despojadas por las leyes del porfiriato, militante del maderismo al cual se afilió en todas sus determinaciones y consecuencias, primero financiando la rebelión contra la dictadura, luego sirviendo de correo para comunicar los dedazos de Madero para el nombramiento de gobernadores de Guerrero, después armando grupos paramilitares para defender a los propietarios al tiempo que perseguía a los campesinos zapatistas y finalmente siendo beligerante defensora de sus propiedades y combatiendo al agrarismo.

Esta heroína del sistema dominante cayó sacrificada por los líderes agraristas que reclamaban la restitución de sus tierras, cuyo derecho supuestamente ganaron con la Revolución.

Juan Pablo Cuchillo se llamó el líder zapatista de Zitlala, quien en tiempos revolucionarios dirigió a su comunidad indígena nahua en la lucha por el rescate de tierras despojadas precisamente por el padre de Eucaria Apreza; jefe guerrillero comunitario que llegó a tener el grado de general en el Ejército Libertador del Sur y cuando el amago revolucionario de 1914 a la ciudad de México, tuvo el encargo directo de Zapata para abastecer de totopos a las tropas insurgentes y de presentarse en el frente de batalla con sus hombres. La contribución de Cuchillo a la lucha armada contra la dictadura de Huerta fue más meritoria y significativa para el pueblo que la de Eucaria Apreza, pero ha sido ignorado por la memoria transmitida desde el poder. Este líder indígena campesino murió antes de ver culminada su lucha por la tierra y ningún gobierno ha pensado en hacerle un monumento.

Tendencioso resulta en verdad erigir un monumento a quien, cuando menos, se le puede señalar de enemiga de la causa indígena, como lo señalan las agrupaciones sociales locales que apoyan al nuevo movimiento zapatista, las que están exigiendo que no se consume esta ofensa. Se dice que será develada precisamente por Vicente Fox el próximo 8 de marzo, como para ilustrar ese doble juego de pronunciar discursos justicieros a favor de la cultura indígena y de los acuerdos de San Andrés, al mismo tiempo que -desde instancias oficiales- se organiza un Consejo Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, justo atrás de la caravana zapatista -que estará en Iguala el 7 de marzo- y cuando miles de indígenas irán en marcha hacia la ciudad de México.

Contra este doble juego, los neozapatistas de Chilapa de la Brigada Coahuixca ya han presentado escritos a las autoridades municipales señalando que el nombre de Eucaria Apreza en obras públicas es una ofensa a la memoria de los pueblos indígenas de la región. Nos sumamos a su protesta, pues no se puede decir que se reconoce el derecho a la autonomía indígena al mismo tiempo que se arman organizaciones para manipularlas desde el poder y el presupuesto público; no se puede decir que se respeta su cultura cuando se borra su memoria y se reivindica unilateralmente la de sus contrarios; no se puede predicar un indigenismo cuando se coopta a sus representantes para imponer un modelo que niega los derechos a la preservación de su vida y cultura, cuando se aplican fórmulas democráticas para negar la democracia en nombre de los ejercicios del poder.

Ť Historiador. Autor de La revolución zapatista de Guerrero.