JUEVES Ť 8 Ť MARZO Ť 2001

Jean Meyer

Turquía y su crisis

Con 63 millones de habitantes Turquía podría ser el segundo país de la Unión Europea, pero Europa perpleja se pregunta si Turquía es oriental u occidental. Por cierto, se plantea la misma pregunta en cuanto a Rusia y el historiador contesta que ambos países han sido imperios herederos de Bizancio; Bizancio, como imperio romano de Oriente, era oriental y occidental. Por lo pronto Turquía sorprende al mundo con sus crisis a repetición. Hace quince días su bolsa y su moneda se derrumbaron a consecuencia de un agarrón entre el presidente y el primer ministro a propósito de la corrupción reinante. Argentina, Brasil, México han conocido crisis financieras comparables, siempre reveladoras de causas profundas.

Hace diez años Turquía salía de un régimen militar instaurado en 1980 y pensaba lanzarse a la democratización y a la construcción de instituciones financieras firmes; pero, como en la ex URSS y en muchos países latinoamericanos, esa empresa se reveló sumamente desestabilizadora: crisis bancaria, deuda externa, reforma fiscal nunca hecha, burocracia corrupta... Ƒno les recuerda algo? ƑAlgo más? En lugar de TLC, Unión Europea, emigración de 3 o 4 millones de trabajadores, mafia, narcotráfico, lavado de dinero, Ƒde qué estamos hablando?

Desde 1991 la presente es la séptima crisis seria. Todas han sido largas, fuesen políticas, económicas o ambas cosas, y siempre han tenido una dimensión militar, abierta o velada. El Ejército ha dejado una Constitución que, más aún que la chilena, le da un poder decisivo; controla un Consejo Nacional de Seguridad que pesa más que todas las fuerzas políticas atomizadas y enfrentadas. La cuestión kurda ha costado decenas de miles de vidas humanas y ha radicalizado a los ultranacionalistas que se han vuelto la segunda fuerza política. La lucha contra el islamismo político ha permitido a los militares "herederos de la revolución" de presentarse al mundo como los defensores de la laicidad. Usando del "síndrome talibán", el CNS puede apoyarse tanto sobre la derecha nacionalista contra los "bandidos" kurdos, como sobre la izquierda laica contra los "barbudos".

Las crisis, muy reales como la económica de 1994 o la islamista de las elecciones de 1996, o el asunto Öchalan (I998-1999, el dirigente del PKK kurdo arrestado en Kenya), o el macrosismo de I999 han sido utilizadas para disimular la crisis permanente desde un principio: a saber la siempre postergada democratización del sistema y una solución pacífica a la cuestión kurda. Esa doble impotencia sirve de pretexto a muchos europeos para rechazar la entrada de Turquía en la Unión, muchas veces sin saber que eso obedece a un viejo reflejo del inconsciente colectivo antiturco.

La crisis financiera actual debería preocupar más a Estados Unidos y Europa que la de Indonesia en un pasado reciente. Turquía ocupa, como sus antecedentes bizantino y otomano, una posición clave para los Balcanes, el Cáucaso y el Medio Oriente. El futuro de Irak depende de una Turquía fuerte; aliado de Israel, Turquía ha mantenido a Siria en los límites de un enfrentamiento de baja intensidad con el Estado hebreo. Ha tenido también un papel moderador en la crisis caucásica abierta en 1988 y que afecta a Georgia, Armenia, Azerbaidzhan, Chechenia, Rusia. Sin hablar del petróleo del Mar Negro y de la batalla por los futuros oleoductos, sin hablar del agua de los ríos Tigris y Eúfrates, sin hablar de los Balcanes.

Estados Unidos salvó a Israel de la crisis financiera en tiempos de Reagan, a México en tiempos de Clinton, Ƒle tocará a Bush hacer lo mismo para Turquía?

Sin transición: van tres conciertos para Chiapas que pretenden reunir muchos millones y toneladas de alimentos. Qué bien. ƑPor qué no hemos hecho nada semejante para un Salvador tan duramente castigado?

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