Ť Derbez considera que el ingreso per cápita subirá a 9 mil dólares anuales en 2006
Aun si crece a tasas de 5%, México seguirá abrumadoramente pobre
Ť La economía no podrá generar suficientes empleos para satisfacer la demanda, revela estudio
Ť 72.6 por ciento de la población estará en situación precaria para el 2015, prevé investigador
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
En sentido contrario a proyecciones optimistas del actual gobierno, respecto a que es posible aumentar a 9 mil dólares anuales el ingreso per cápita en los próximos seis años, reportes especializados indicaron que aun si la economía mantuviera una tasa de crecimiento como la lograda en los últimos 5 años, de 5.5 por ciento en promedio anual, "México seguiría siendo un país abrumadoramente pobre".
Este jueves, el secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, comentó ante analistas e inversionistas en Nueva York que si la economía mexicana mantiene un crecimiento anual de al menos 5 por ciento, el ingreso per cápita de los mexicanos se elevará de 6 mil dólares anuales, actualmente, a 9 mil dólares por año en 2006, cuando concluye la administración del presidente Vicente Fox.
Sin embargo, estudios especializados apuntan que una tasa sostenida de crecimiento no es condición suficiente para garantizar mejoría en el nivel de ingreso ni una más equitativa distribución de la riqueza. "Aun bajo escenarios relativamente optimistas de crecimiento, la economía mexicana no podrá generar suficientes empleos remunerados para satisfacer la incorporación de personas al mercado de trabajo (actualmente de 1.35 millones cada año) en los próximos 15 años", señala el estudio Prospectiva demográfica y económica de México y sus efectos sobre la pobreza, elaborado por Enrique Hernández Laos, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, que fue publicado en diciembre pasado por el Consejo Nacional de Población.
El análisis indica que si la economía mantiene tasas sostenidas de crecimiento como las registradas en los últimos años, "la incidencia relativa de la pobreza y la pobreza extrema podría reducirse, aunque el número absoluto de personas en condiciones de carencia podría aumentar considerablemente en el futuro mediato, de no presentarse un crecimiento económico acelerado o un proceso paulatino de redistribución del ingreso de los hogares".
Otras entidades del sector público no comparten el optimismo de Derbez. El lunes de la semana pasada, Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México, dijo que incluso con las tasas de crecimiento económico registradas en la última década, los países latinoamericanos, entre ellos México, tardarían al menos 60 años en duplicar el ingreso per cápita de sus habitantes.
La distribución de la riqueza en la región "es una de las peores que existen en la tierra", señaló en un discurso pronunciado en la reunión regional del Foro Económico Mundial, celebrada en Cancún.
El estudio de Hernández Laos plantea que en un escenario poco optimista de crecimiento, de las 117.5 millones de personas que se estima habitarán el país en 2015, por lo menos 72.6 por ciento se encontraría en una situación de pobreza. "México seguiría siendo un país abrumadoramente pobre y, lo que es peor, con indicadores muy elevados de pobreza extrema, dado que 30 por ciento de la población no estaría en condiciones de adquirir la canasta mínima de satisfactores".
Bajo un escenario de crecimiento económico realista, apunta Hernández Laos, la pobreza para 2015 afectaría a 74 millones de mexicanos, 63 por ciento de la población estimada para esa fecha, y por lo menos 27 millones de personas permanecerían en condiciones de pobreza extrema.
Como no había ocurrido en el país desde hace 32 años, la economía mexicana registró en febrero pasado una deflación de 0.07 por ciento, lo que implicó que en ese mes el nivel promedio de los precios disminuyó en vez de aumentar, informó el Banco de México (BdeM).
Desde que en 1968 el BdeM comenzó a calcular el Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el indicador que mide el comportamiento de la inflación, sólo en un mes de febrero había ocurrido una deflación, que fue en 1969, cuando fue de 0.01 por ciento.
El banco central explicó que la evolución negativa del INPC en febrero pasado fue influida "de manera determinante" por la baja de las cotizaciones de productos agropecuarios como jitomate, limón, carne de ave, chile serrano, chile poblano y naranja. Indicó que en caso de que los precios de esos perecederos no hubieran disminuido, la inflación en el mes hubiera sido de 0.71 por ciento.
Con el resultado de febrero, la inflación en los dos primeros meses del año alcanzó 0.48 por ciento (en enero había sido de 0.55 por ciento), mientras que el crecimiento anual de los precios, esto es, de febrero de 2000 al mismo mes de este año, se situó en 7.09 por ciento.
Pablo Alvarez Icaza Longoria, director de análisis de la consultoría Bursamétrica, explicó que la deflación registrada en febrero puede ser una señal de que la desaceleración de la economía mexicana es más pronunciada de lo que se había anticipado hasta ahora, factor que, combinado con la política monetaria restrictiva del banco central, estaría incidiendo en una disminución del consumo de la población y, por tanto, en menores precios.
En febrero, apuntó Alvarez Icaza, el precio promedio de los productos agropecuarios cayó 6.49 por ciento, y en el rubro de frutas y verduras el descenso fue de 15.04 por ciento, lo que determinó el descenso del INPC.
El especialista consideró que la política monetaria restrictiva del banco central, que tiene el objetivo de reducir la inflación, está funcionando. Sin embargo, dijo, hay factores preocupantes "que subyacen tras ese éxito y que son que se está restringiendo fuertemente la demanda, es decir, el consumo, y ese es el costo de reducir la actividad económica más allá de lo recomendable".
Incluso, mencionó, la reducción en el consumo está concentrada principalmente en los estratos de menor ingreso de la población y eso, apuntó, puede constatarse con el hecho de que la compra de bienes como automóviles sigue creciendo a tasas cercanas a 20 por ciento anual. El banco central explicó que la llamada "inflación subyacente", que no considera los factores coyunturales como la ya mencionada disminución en el precio de legumbres, experimentó en febrero pasado un aumento de 0.82 por ciento, mientras que los bienes que integran la canasta básica de consumo tuvieron un aumento promedio de precio de 0.79 por ciento, también en el mes de febrero. (ROBERTO GONZALEZ)