VIERNES Ť 9 Ť MARZO Ť 2001

Ť Rezago en el ataque a la mortalidad materna, inaceptable

Reconoce Frenk desigualdad femenina en el área de salud

Ť Prevalecen atención deficiente, mayores tiempos de espera y menor acceso a seguros, dice el titular de la Ssa

ANGELES CRUZ Y JOSE ANTONIO ROMAN

La discriminación hacia las mujeres en el área de salud es una constante; se les da una menor atención a los síntomas que presentan, registran mayores tiempos de espera y tienen menor acceso a seguros, principalmente privados, reconoció el secretario de Salud, Julio Frenk.

Dijo que de todo ello "existen bastantes evidencias", y que los rezagos en la atención de la salud reproductiva y en la disminución de la mortalidad materna son inaceptables.
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Destacó la necesidad de introducir en los programas sanitarios la perspectiva de género, a fin de lograr la calidad de la prestación de los servicios en dos dimensiones: primero, un diagnóstico certero sobre la enfermedad y que el tratamiento realmente controle o cure el problema, y segundo, que las pacientes reciban un trato digno, lo cual implica que los trabajadores de la salud atiendan las quejas y los síntomas, independientemente de su interpretación profesional.

Acciones conjuntas en Mujer y Salud

En el contexto de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el funcionario desglosó las principales líneas de lo que será el programa Mujer y Salud de la dependencia a su cargo. Explicó que se contempla la participación de diversas instituciones públicas y de organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales. La idea es, abundó, lograr una acción conjunta que "rompa algunas de las barreras o que desburocratice muchos de los programas que veces se hacen desde el gobierno".

Un aspecto fundamental será concebir la salud de la mujer a lo largo de todo el ciclo vital y no sólo desde el enfoque de la salud reproductiva. De acuerdo con información oficial, en México existen 11.8 millones de mujeres de 40 y más años de edad, quienes vivirán alrededor de 30 años en promedio en condición perimenopáusica y posmenopáusica. En algunos años, este sector poblacional alcanzará los 17 millones de personas.

Algunos de los problemas de salud que podrían presentarse en la posmenopausia son atrofia urogenital y ateroesclerosis, que incluyen pérdida mineral ósea y una consecuente osteoporosis, así como alteraciones sicológicas.

La Ssa considera que éstos y otros males requieren de mayor atención, orientación y consejos, a fin de mejorar la calidad de vida en esa etapa.

Por eso, la dependencia publicó ayer en el Diario Oficial de la Federación el proyecto de Norma Oficial Mexicana para la Prevención y Control de Enfermedades en la Perimenopausia y Posmenopausia de la Mujer.

Otro de los aspectos señalados por el titular de la Ssa tienen que ver con la falta de apoyo institucional a las familias en la atención de los adultos mayores con enfermedades crónicas. Las instituciones de salud fueron diseñadas y concebidas para enfrentrar problemas agudos, pero se requiere dar, principalmente a las mujeres, las herramientas para enfrentar de la mejor manera posible lo que sería su tercera jornada de trabajo y que las limita en su desarrollo personal y laboral.

Incluso, apuntó, este es un problema con una carga financiera importante para las familias.

Frenk también mencionó las desigualdades que en el ámbito laboral enfrentan las mujeres médicas. La igualdad de oportunidades educativas no se ha traducido en una igualdad de oportunidades ocupacionales, subrayó. De hecho, según diversos estudios, la tasa de subocupación entre mujeres médicas es cuatro veces más alta que la de los hombres.

La Iglesia, por el reconocimiento femenino

En una declaración oficial con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Comisión de Pastoral Familiar del Episcopado Mexicano afirmó que aunque en los discursos se habla con mayor insistencia de los derechos y la dignidad de la mujer, todavía son múltiples las expresiones culturales que en nuestro país atentan contra esa dignidad.

Denunció que es un hecho que han llegado a nuestra sociedad fuertes influe  ncias de otras culturas que no tienen raíz católica y que proponen modelos de vida o conducta que atentan contra la familia y con ello contra la sociedad misma.

En el texto, la instancia episcopal señala que aun cuando las mujeres han tomado una fuerte conciencia de su dignidad, sus derechos y sus responsabilidades, todavía persisten expresiones culturales que las siguen marginando, tales como el machismo, la explotación de niñas y mujeres en la prostitución, el menosprecio a su maternidad que las discrimina en el campo del trabajo, las diferencias injustas en la participación en beneficios de salarios o prestaciones, las imposiciones de relaciones sexuales, el dejarlas solas en decisiones importantes de la vida, como la educación de los hijos, y el no reconocerles su trabajo doméstico, sólo por mencionar algunos casos.

Sin embargo, también se invita a las mujeres a "no ver en el hombre a un enemigo, reduciendo las bellas diferencias" que Dios mismo puso entre ellos a una cuestión de meros "roles sociales", que pueden ser manipulados y cambiados, sin referencia a las diferencias biológicas naturales, sicológicas y espirituales entre la femineidad y la masculinidad.

Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de la diócesis potosina de Matehuala y presidente de la comisión, exhorta a que se reconozca abiertamente que la mujer tiene en el mundo y en México una fuerte influencia, un peso y un poder jamás tenidos hasta ahora.

La declaración, suscrita por el obispo Aguilar y los secretarios ejecutivos monseñor Daniel Medina y Andrés y Clara Galindo, subraya que la Iglesia católica alienta la lucha de la mujer por conseguir la superación de las dificultades que encuentra en su camino y a participar en todos los campos del saber y de las actividades humanas.