DOMINGO Ť 11 Ť MARZO Ť 2001
Ť Entrevista con Julio Scherer en Televisa
Jamás cederemos en las tres condiciones para dialogar: Marcos
Ť La designación de Fernando Yáñez, señal de que "estamos dispuestos a transitar de la clandestinidad a la vida pública"
El subcomandante Marcos aseguró anoche que es sincero al decir que está dispuesto a dialogar y a llegar a la paz, pero advirtió que no cederá en las tres condiciones que planteó para iniciar la negociación con el gobierno federal.
"No podemos ceder en las tres condiciones, porque si cedemos faltamos a la palabra y eso quiere decir que estaríamos en posibilidad de subir nuestras demandas, y la garantía que tiene el gobierno de que no vamos a subir nuestras demandas es que tampoco las vamos a bajar", puntualizó en una entrevista que le hizo el periodista Julio Scherer García y que anoche se transmitió por Televisa.
En ella, el subcomandante también advirtió que no aceptará la invitación del presidente Vicente Fox a acudir a la residencia oficial de Los Pinos para dialogar, pues consideró que se trata de una trampa. El Ejecutivo "está tratando de convertir un movimiento serio, reivindicativo, en un evento de horario de triple A, enfatizó.
Qué va a ganar el país con esto; qué van a ganar los pueblos indígenas, y qué va a ganar el gobierno, ya como proyecto político, si es que lo tiene Fox, con esa foto que va a dar la vuelta al mundo y va a confundir a mucha gente, se preguntó a sí mismo el jefe guerrillero, y se respondió: Fox saldría ganando mucho.
-ƑPero usted perdería? -interrogó Scherer.
-No, yo no, pero las comunidades sí, porque todo el movimiento que se levantó finalmente sería trivializado y mucho más, que si fuera una camiseta de Marcos, que si fuera una banda de esas que ahora traen y que dicen Marcos, Marcos. Mucho más, porque estas siquiera están dando subempleo.
Agregó que el encuentro se convertiría en un fenómeno mediático, hueco,breve, fugaz y soluble. Pero Fox lo promueve, porque necesita construirse una imagen de gobernabilidad; "sabe que mientras más se mencione en los medios, aunque sea para mal, su presencia se ha haciendo cada vez más fuerte.
Marcos, refirió que este país necesita un gobierno, no un locutor. "El (Fox) piensa que sí, que necesita un locutor, porque le va a dar prestigio con la gente", pero lo van a parar en la calle para decirle, nosotros que votamos por ti, o nosotros que votamos contra el PRI, no te pusimos para eso; una cosa es una campaña y otra la responsabilidad de gobierno, señaló.
Scherer preguntó sobre la presencia de Fernando Yáñez como enlace entre el EZLN y los legisladores; las sospechas que pesan sobre su actuación en el pasado y si Marcos cumple ordenes de él.
Al respecto, Marcos precisó que los únicos que mandan en el EZLN son los jefes indígenas; que Yáñez no tiene mando ni ascendencia militar en el movimiento; que no recibe ordenes de él, y que su presencia como enlace fue una señal que el gobierno no ha sabido leer; "una señal de que estamos dispuestos a transitar de la vida clandestina a la vida pública".
Aceptó que quizá la señal fue débil, pero "estamos tratando de convencer al otro, en este caso al gobierno federal, de que estamos dispuestos a resolver esto, y a hacerlo rápido, pero que necesitamos una serie de señales. Nosotros damos unas; si no las ven es que todavía no le hallamos el modo político, pero voluntad no nos ha faltado. Si no logramos que la clase política vea esa señal, allí fracasamos, y vamos a buscar otras.
De cualquier manera, consideró que el país tiene que saldar cuentas, no sólo con el arquitecto Yáñez, sino con mucha gente que quedó en el camino, con todos los movimientos clandestinos que son muchos más que poderosos en términos de compromiso social, de patriotismo, de sacrificio, que lo que pueda decir cualquier corrido de Lucio Cabañas o Genaro Vázquez.
Estimó que cuando "esto termine, no va a quedar nada escondido", y reiteró que el EZLN no va a fingir la paz. "Si la otra parte tiene voluntad, nosotros vamos a lo último. Estamos dispuestos a desaparecer", puntualizó.
Resaltó que los movimientos armados, por muy revolucionarios que sean, son fundamentalmente movimientos arbitrarios, y que la violencia es inútil, pero que "uno no se da cuenta hasta que la ejerce y la padece".
En dado caso "lo que tiene que hacer un movimiento armado es plantear el problema y hacerse a un lado. Eso es lo que estamos logrando con éxito después de siete años. Realmente nos hemos hecho a un lado, los municipios autonómos son tan autónomos que ni a nosotros nos hacen caso".
El dirigente dijo que a los zapatistas no les espanta firmar la paz con la derecha, porque "nuestro problema no es ese. Sería igual si fuera la izquierda electoral la que estuviera en el poder".
Tranquilo, bromista, dueño de la situación, Marcos habló del peso que tiene los medios de comunicación en la sociedad actual, a grado tal que no sólo deciden qué actor se convierte en político, sino también qué lugar ocupa ese actor político.
"Soy el primero de muchos pasos zapatistas al DF"
No es la primera vez que integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) pisan la plancha del Zócalo capitalino. El 12 de octubre de 1996 la comandanta Ramona encabezó en ese lugar un mitin multitudinario en el que destacó la disposición de los guerrilleros al diálogo nacional.
Con ese acto culminaron los trabajos del Congreso Nacional Indígena iniciados cuatro días antes, y también un largo debate en torno a si los zapatistas podían o no salir de Chiapas.
La polémica se prolongó por varios días y en ella, el gobierno federal primero se opuso al traslado de los zapatistas, pero al final tuvo que aceptarlo frente a la presión de la sociedad y de los propios integrantes del EZLN.
Con la salud quebrantada, Ramona llegó a la ciudad de México el viernes 11 de octubre, y su mensaje ante el congreso fue muy claro: "Que todos los indígenas podamos vivir como seres humanos".
Un día después, encabezaría el mitin multitudinario en el Zócalo. Ese sábado 12 de octubre de 1996 tuvo frases premonitorias: "Soy el primero de muchos pasos de los zapatistas al Distrito Federal".
Cinco años después se cumple la promesa. Hoy, los comandantes del EZLN llegan al Zócalo, al corazón del país.