Ť Reinauguraron el viernes el Detour by Penelope
Energético y desinhibido concierto ofreció Paulina Rubio en antro gay
JUAN JOSE OLIVARES
Entre atmósferas de glamour, humos de diversidad sexual y mucho, mucho amor, Paulina Rubio, conocida como La chica dorada, ofreció la noche del viernes un detonante concierto de 14 canciones en la reinauguración de la disco gay Detour by Penelope, antes conocida como Penelope Mix Club.
Y es que la rubia ?que según comentarios de fuentes cercanas cobró alrededor de 8 mil dólares? se entregó a un cautivo público mayoritariamente gay, transgenérico, dragqueen, buga, etcétera, para regalar lo mejor de su repertorio, sin escasez ni pichicaterías, con casi todos sus músicos, coristas y bailarines.
Eran alrededor de las 11 de la noche cuando la disco, con un concepto postmoderno, con columnas de fondo de agua, estructuras metálicas en dos niveles, más luces y poderosas bocinas, se comenzaba a llenar de guapos y guapas. Dos reflectores incandescentes en la calle (Antonio Caso, en la San Rafael) anunciaban la fastuosa fiestototota. La entrada al local, ubicada en el segundo nivel, se atiborraba de nocheras (os) deseosos de perturbarse la mente al ritmo del baile más tecno.
Gritos, saludos, besos, caricias, verdaderas caricias amorosas, eran las imágenes de parejas de enamorados (as), hombre-hombre, mujer-mujer, profesándose incluso más cariño que las parejas heterosexuales presentes.
Fue una noche de puro amor puro. Los roces (llamados guarramente raspados) eran normales. El respeto se respiraba, no obstante que por ahí se desprendieran algunas miradas lascivas, sobre todo a los que llegaron solos.
Punchis, punchis, hasta que el silencio antecedió, más o menos como a las dos de la mañana, a la gran iluminación del escenario, en el que en medio de una lluvia de gritos, y explosiones pirotécnicas, apareció la güerita, vestida con chiquifalda y botas de, adivine qué color, pues dorado.
Con un sonido a su máximo nivel interpretó canciones como Lo haré por ti, Enamorada, Yo no soy esa mujer, que causaban alarido entre la comunidad, que perpleja y anestesiada la acompañaba en todas las rolas. Y ella les retribuía subiendo al entarimado a cuatro rosas dragqueens y gritando "Que viva el amor", y arrancándose con más dotación: Tan sola, Sin aire, dos cover versión mix ?como el antro? de la superbanda Timbiriche (y no es burla): Acelerar y Con todos menos conmigo.
La buena vibra, la que hace falta en los bares heterosexuales, fluía al tiempo que avanzaba la noche, y la golden girl (qué mamón) parecía que se había metido un píldora de energía motriz, cante y cante, baile y baile. Se escuchaba la rola Mío y todos ellos la coreaban como si fuese la historia de su vida. Vino el mariachi, con el que se refinó El último adiós, y desapareció. Pero la petición de los más de 3 mil asistentes la hizo regresar gustosa para aventarse la del estribo y celebrar que luego de dos meses de cierre, el Detour by Penelope siga recibiendo a sus clientes, entre los que están el actor Tito Vasconcelos y el diseñador de modas Héctor Terrones .