JUEVES Ť 15 Ť MARZO Ť 2001

Ť Libro del diplomático francés Christian Duverger coeditado por Landucci-CNCA

Mesoamérica, arte y antropología, un homenaje a la grandeza de México

Ť Sin inteligencia especulativa no existe indagación arqueológica, dijo Alberto Ruy Sánchez

Ť Los adelantos de los tiempos recientes obligan a replantear algunas cuestiones, señaló el autor

RENATO RAVELO

El libro Mesoamérica, arte y antropología, del investigador y diplomático francés Christian Duverger, refleja que ''sin inteligencia especulativa no existe investigación arqueológica'', sostuvo Alberto Ruy Sánchez durante la presentación de la obra en el Museo Nacional de Antropología.
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Publicado por Landucci Editores y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, con apoyo económico del Scotiabank Inverlat, el libro es también el regreso del grupo financiero al mecenazgo luego de cuatro años de suspensión de apoyos, señaló Martín Celaya. Como comentarista participó Rosa Brambila y el moderador fue Gerardo Estrada, para quien el volumen es ''producto de una vocación por un objeto de estudio. Refleja amor y rigurosidad a un tiempo''.

Impugnador de tesis

Para Ruy Sánchez, ''explora de manera poco usual'' el tema de Mesoamérica, ''no es un libro de regalo de fin de año, es de alta divulgación pero cuestionando tesis. Para el lector que busca información básica, ofrece un punto de vista original, inteligente y sutil. No tiene ese sabor rancio a tumba que tienen normalmente los textos arqueológicos''.

El texto demuestra, para el autor de Los nombres del aire, ''que sin inteligencia especulativa no hay investigación arqueológica. El primer texto que leí de Duverger, cuando estaba en París, trataba de la economía de los sacrificios humanos en los aztecas y se titulaba algo así como 'Flor letal' y empleaba ya un enfoque novedoso para un tema tabú''.

Rosa Brambila expuso la génesis del concepto de Mesoamérica, que aparece en 1943 en un artículo de Paul Kirchhoff, ''Mesoamérica: sus límites geográficos, composición étnica y caracteres culturales'' publicado en Acta Americana, en el cual establece esa categoría para reconocer los elementos recurrentes.

El concepto, de acuerdo a la exposición de Brambila, ha evolucionado en estas cinco décadas para dividirse ahora en dos que sería el original de Kirchhoff y otro que han manjeado especialistas como Pedro Armella, que lo abordaría como evolucionismo multilineal. El caso de Duverger, concluyó mitad en broma, mitad en serio, es como la introducción de la teoría del caos al de Mesoamérica: ''Es el elemento dinámico en el libro que hoy se presenta el que permite entender cómo los universos se mezclan''.

Para el autor, a su vez, existen dos versiones paralelas de la historia precolombina de México y de Centroamérica: ''En el caso de la primera se insiste en el misterio de las pirámides súbitamente abandonadas en la selva, se detiene en la sangre que corre sobre las piedras de sacrificios o en el saber impresionante de los sacerdotes-astrónomos que observan el movimiento de Pléyades en las noches sin luna. Se percibe de modo confuso que esta historia literaria está repleta de ideas preconcebidas, interpretaciones antiguas y postulados superados''.

Complicidad autor-editores

La otra versión: ''Con una sequedad implacable , escruta el menor testigo material: unas briznas de polvo recogido en las excavaciones muestran sus pólenes bajo el haz de los microscopios; unos modestos huecos de postes permiten reconstruir los planos de antiguas casas de agricultores; unos pedazos de carbón de madera se convierten en fechas y firman la ocupación de un sitio como la rúbrica de un cronista''.

En el vacío que queda de estas opciones, cruzando caminos, Duverger escribió su libro. Recordó que de la complicidad entre autor y editores surgió el proyecto: ''Concebí este libro como un homenaje a la grandeza y belleza de México. Creo, además, que los adelantos de los últimos 30 años obligan a replantear algunas cuestiones''.

Cuando se habla de mestizaje pensamos en la Colonia, explicó Duverger. Sin embargo aquél se remonta al mil 200 aC, cuando existían los mundos de los nómadas y los sedentarios, y una frontera en el paralelo 21. En tanto los primeros se sentían responsables de la restauración energética del universo, y pensaban que el Cosmos viajaba con ellos en la caza, los segundos eran beneficiarios de la naturaleza y realizaban estructuras sociales más complejas. Ambos empezaron a vincularse.

De ese primer mestizaje, de esa relación binaria entre agua y fuego, jade y turquesa, el libro se proyectó a una dualidad, por una parte temática, por la otra diacrónica; en tanto conceptual insiste en las permanencias, en cuanto a cronológico da cuenta de las transformaciones hasta incluso el primer contacto con los españoles.

El volumen, cuyo costo rebasa los 800 pesos y podrá ser adquirido en el museo, también es dual en tanto no es un texto con ilustraciones sino que relaciona la escritura alfabética con la iconográfica. Incluye unas 400 fotografías y cerca de millón y medio de signos, reveló el autor.