JUEVES Ť 15 Ť MARZO Ť 2001

Ť Urge instalar nuevas plantas generadoras de energía, dicen dirigentes de electricistas

Riesgo de apagones mayores en la zona metropolitana, advierte SME

Ť Por estrategia privatizadora, persiste el descuido de la Compañía de Luz y Fuerza, afirman

LAURA GOMEZ FLORES

La Zona Metropolitana de la ciudad de México corre el riesgo de sufrir apagones de mayores consecuencias que el ocurrido el pasado 31 de enero, por una sobrecarga de energía, debido a los tres tipos de voltaje que se utilizan, la falta de mantenimiento, y la negativa de las autoridades federales a instalar nuevas plantas generadoras y repotencializar las existentes, que cumplieron su ciclo de vida o están próximas a ello.

El área abastecida por Luz y Fuerza del Centro: Distrito Federal, 81 municipios del estado de México, 48 de Hidalgo y dos de Puebla y Morelos, presenta gran complejidad, por su carácter estratégico y su alta densidad demográfica: 25 millones de habitantes, además de que aglutina a la mayor fuerza industrial, comercial y de servicios del país.

Dicha situación se refleja en una demanda de 7 mil 267 megavatios por año, de usuarios de tipos residencial, comercial, industrial, de servicios públicos, edificios gubernamentales y alumbrado urbano, y de actividades agrícolas.

Sin embargo, la compañía sólo produce 2 por ciento de la energía, y compra a la Comisión Federal de Electricidad el 98 por ciento restante, a un precio de 58 centavos el kilovatio, mientras a los permisionarios --productores independientes, cogeneradores y autoabastecedores-- se las da en 36 centavos, cuando la produce a un costo de 46 centavos.

Así, explican los secretarios del exterior del Sindicato Mexicano de Electricistas, Ramón Pacheco, y de la Comisión Técnica, Mario Govea Sansón, la importación de energía a través de los enlaces con las áreas de control adyacentes --oriental, ubicada en Puebla, y occidental en Guadalajara-- es de unos 3 mil 500 megavatios, es decir, 42 por ciento de la demanda, según cifras del año pasado.

No obstante, el 9 de diciembre pasado se requirió incrementar el flujo en 54.6 por ciento, cuando diversos estudios recomiendan no sobrepasar el 54 por ciento, debido a que se rompe el margen de seguridad y ello trae consecuencias como apagones, pérdidas en la transmisión de energía y una disminución en la calidad del servicio.

A ello se suma una pérdida en la transmisión de energía de 3 por ciento, y en la distribución, lo que representa un déficit anual de mil 785 millones de pesos, precisaron.

En la ciudad de México, explicó Govea Sansón, alrededor de 400 mil personas carecen del servicio, pero muchos "roban la energía colgándose con un diablito; la situación está muy asociada a la pérdida del poder adquisitivo y la falta de empleo".

Estado de quiebra, con miras a buscar la inversión privada

A nivel nacional, agregó, por cada 100 municipios, 40 carecen de energía eléctrica y difícilmente serán atendidos en esta gestión por la CFE, aun cuando cuenta con presupuesto y la posibilidad de crear nuevas plantas generadoras; en tanto, a la CLFC "el gobierno federal la mantiene en un estado de quiebra latente, como miras a abrirla a la participación privada".

Precisó que los primeros pasos están dados: se promueve una mala imagen de servicio a los usuarios, que desconocen la situación en que laboran los más de 34 mil empleados, quienes elaboran sus propias herramientas para mantener en funcionamiento plantas con más de 50 años de antigüedad y reparar los daños que producen las sobrecargas, cuando el cableado o los transformadores no han recibido mantenimiento predictivo o correctivo.

Ambos dirigentes advirtieron que la participación del sector privado en la industria eléctrica significaría eliminar 44 por ciento del subsidio que reciben los usuarios en sus recibos, e implicaría aumentos de 400 por ciento en actividades agrícolas, de 200 por ciento en cuentas domésticas y de ciento por ciento en los rubros industrial, de comercio y servicios.

Por ello, demandaron que se otorguen a Luz y Fuerza los dos mil millones de dólares que requiere para la creación de nuevas plantas generadoras en Zumpango, Tenancingo y Berinstáin, y repotencializar las de Cuautitlán, Necaxa, las de turbogas y las hidroeléctricas, a fin de mejorar el servicio, sin un aumento de tarifas exorbitante.