JUEVES Ť 15 Ť MARZO Ť 2001
Ť Culmina su primera temporada del 2001 dedicada a su medio siglo de vida
La Orquesta de Cámara de Bellas Artes, una ''presencia ininterrumpida'': Enrique Barrios
Ť Después de siete años al frente del agrupamiento, ignora si será ratificado
ANGEL VARGAS
La Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA) ofrecerá hoy el sexto y último programa de su primera temporada del año, dedicada a conmemorar el medio siglo de la agrupación.
Integrado por obras de Haydn y Mozart, el concierto será dirigido por el huésped Carlos Miguel Prieto y contará con la participación del violinista Cuauhtémoc Rivera como solista. La cita, como de costumbre, es a las 20:30 horas en el Salón Los Reyes del Casino Español (Isabel la Católica 29, Centro Histórico).
Para Enrique Barrios esta puede significar la última actividad que programe como titular de la OCBA, ya que su permanencia depende de ser o no ratificado por el director del INBA, Ignacio Toscano, cuestión que debe definirse a finales de mes, aclara el músico, cuando concluye su contrato.
Si bien Barrios anunció el pasado noviembre sus intenciones de separarse del conjunto camerístico para dedicarse de manera íntegra a la Sinfónica de Aguascalientes, cuya dirección asumió en septiembre, actualmente no oculta su interés por seguir al frente de aquél.
El director se dice orgulloso porque desde su llegada a la titularidad de la agrupación, en 1993, ésta se ha consolidado como ''la mejor de América Latina".
Considera entre sus principales logros haberla sacado de un ''rezago" e inscribirla dentro del ''concepto moderno de orquesta de cámara". Al respecto, apunta que no sólo cuenta con instrumentos de cuerda, también de aliento y que interpreta, en consecuencia, un repertorio diseñado para esa conformación, además de tener una organización administrativa propia, lograda a partir de 1995 cuando la OCBA alcanzó la autonomía de la Coordinación Nacional de Música y Opera del INBA.
Pendiente, abordar música reciente
Barrios se dice satisfecho, también, por encontrar un lugar ''adecuado para realizar ensayos y conciertos", en un salón del Casino Español; aunque se pronuncia por una sede definitiva que, a su parecer, la ideal sería la sala Ponce de Bellas Artes.
Entre los pendientes de la OCBA, enfatiza la necesidad de ''ponerse al servicio de compositores contemporáneos" y así estrenar e interpretar música reciente.
Aclara que durante su gestión la orquesta ha logrado atraer y mantener al público gracias a las temporadas temáticas, como Los supervirtuosos, Música y teatro, šVen a ver la música! y Música y filosofía, entre otras.
Acerca de las discrepancias que ha despertado la actual temporada conmemorativa del medio siglo de la OCBA -pues apenas en 1996 la agrupación festejó su 40 aniversario-, Enrique Barrios precisa que se celebra no el 50 aniversario de la orquesta como tal, sino medio siglo de ''presencia ininterrumpida de un grupo de músicos tocando repertorio de cámara".
El director toma como punto de partida a la agrupación independiente que en 1951 se formó en torno a la batuta de Luis Herrera de la Fuente y cuyo nombre curiosamente fue también Orquesta de Cámara de Bellas Artes.
Esta fue sucedida en 1956 por la Orquesta Yolopatli del Conservatorio Nacional, formada por los alumnos más sobresalientes de José Smilowitz e Imre Hartman. En 1958 quedó institucionalizada por el INBA y en 1978 adquirió su actual nombre de OCBA, bajo la dirección de Hermilo Novelo. Han sido sus directores José Guadalupe Flores, Manuel de Elías, Ildefonso Cedillo, Francisco Savín y Luis Manuel Saloma.