VIERNES Ť 16 Ť MARZO Ť 2001

Ť Fernando Botero habló durante un recorrido por San Ildefonso

El arte no debe exaltar la tristeza, sino la vida

Ť Abrirán una retrospectiva del pintor y escultor en ese recinto

Ť No pinto gordas, sólo volúmenes, aunque no me crean, asevera

MERRY MAC MASTERS

botero6El ''drama tan terrible'' que vive su país, hizo que el pintor y escultor colombiano Fernando Botero ''traicionara de cierta forma'' sus ideas de toda la vida y realizara unas 30 obras que reflejan la situación de violencia en esa nación sudamericana. Once de esas pinturas, de reciente producción, se incluyen en la retrospectiva que con motivo del medio siglo de vida artística de Botero será inaugurada el día 20, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (Justo Sierra 16, Centro Histórico), dentro de las actividades del decimoséptimo Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México. Posteriormente, la muestra viajará a Estocolmo, Suecia.

En conferencia de prensa, ayer, el artista nacido en Medellín y que el próximo 19 de abril cumplirá 69 años, dijo que nunca ha sido partidario del llamado arte comprometido, porque no cree que el arte pueda cambiar el orden político-social de ninguna forma. Mencionó el caso del Guernica, de Picasso, obra hecha tal vez con la esperanza de que tuviera tal efecto. Sin embargo, ''Franco siguió en el poder''.

En cambio, continuó Botero, ''toda la vida prediqué que el arte era una actividad paralela a la realidad, un refugio, un oasis, una cosa destinada a dar placer, porque los grandes del pasado eso hicieron. Es decir, nunca mostrar aspectos negativos sino exaltar al hombre. En las obras de Tiziano, de Rubens, de Velázquez, uno nunca ve tristeza o drama. Ve más bien un apogeo de la vida''.

Situación insoslayable

Por las circunstancias de Colombia, apuntó, ''no podía dar la espalda a una situación tan dolorosa e ignorarla. Entonces, basado en esta convicción hice estas obras, pero no es arte comprometido. En el futuro, si el orden social de mi país vuelve a ser normal a lo mejor no volvería a pintar nada de este tipo de cosas. Pero, por el momento, surge este nuevo aspecto en mi trabajo''.

La exposición Fernando Botero: 50 años de vida artística comprende más de un centenar de obras (pintura, escultura y dibujo) pertenecientes a la colección del artista. Algunas piezas serán exhibidas por vez primera. En la sala inicial, la acuarela Mujer llorando (1949), es de espíritu orozquiano. Dada la influencia de la pintura mexicana de aquel entonces, ''mi primera inclinación fue hacia esa forma de expresión mexicana, pero con un volumen excesivo''.

Fue en Florencia, Italia, cuna de la pintura volumétrica, donde Botero, durante una estancia de tres años, racionalizó la importancia del volumen mediante lecturas, visitas a museos, de escuchar a grandes estudiosos del arte, sin encontrar todavía una forma personal de expresión. Eso sucedería en México, durante una estadía de doce meses en 1956. Contó: ''Al hacer un día un dibujo de una mandolina ya con una línea muy generosa, muy voluptuosa, en el momento de poner el hueco que tiene todo instrumento de este tipo, lo hice mucho más pequeño de lo normal. Esa mandolina adquirió unas proporciones muy interesantes, entonces vi que había sucedido algo en ese dibujo. Eso fue el punto de partida de todas las obras que hice después''.

Irremplazable, la pintura

Conocido por sus formas ''rollizas'', Botero afirmó: ''Nunca he pintado una mujer gorda en mi vida, pero no me lo creen. Nunca pinto señoras gordas, pinto volúmenes. Si yo hiciera un personaje como los que hago, y en el fondo hubiera elementos que dieran proporciones reales, uno podría hablar de que esta señora es gorda. Pero cuando hay una coherencia estética atrás de toda la obra, entonces ya no se puede hablar de gordura, más bien de volumen, de un estilo o de una manera de percibir la naturaleza''.

Sobre dicha ''deformación'' en su obra, el pintor señaló que no hay un solo movimiento artístico que sea realista en la acepción total de la palabra. Aun en los pintores considerados ''realistas, no hay un verdadero realismo, porque si las figuras surgieran de los cuadros y estuvieran en la realidad, ''serían completamente desproporcionadas'', aseguró.

Frente a propuestas como la instalación, el video, la computación, Botero indicó que la pintura ha existido desde las cavernas de Altamira, además, ''el hombre tiene una inclinación natural de hacer obras sobre una superficie plana''. Y abundó: ''La pintura es la pintura y no se puede remplazar una cosa por otra actividad que no tiene nada que ver. Mientras haya hombres con la capacidad de dar una visión personal y fresca de la naturaleza, la pintura existirá al igual que las nuevas formas de expresión artística''.

Terminada la rueda de prensa, Botero inició un recorrido de su exposición que partió de la escultura Mujer fumando, en el patio de San Ildefonso. La visita terminó con otra escultura, La mano, a la entrada del recinto, de donde Botero, acompañado por Dolores Béistegui, directora del museo, se retiró a los pisos superiores.