VIERNES Ť 16 Ť MARZO Ť 2001

Ť El francés, autor de La guerra perdida contra las drogas, es analista y reportero de tv

México se volvió el punto clave del narco al ceder las mafias colombianas su protagonismo: Boyer

AFP

París, 15 de marzo. La infructuosa guerra contra los cárteles colombianos de la droga y el avance de otras mafias protagonistas del narcotráfico occidental son los temas abordados por el francés Jean Francois Boyer en el libro La guerra perdida contra la droga.

Tras minuciosa investigación de campo en toda América Latina, el analista francés, autor de El imperio Moon y reportero de televisión que vive en América Latina desde 1988, publicó su libro en la editorial La Decouverte, en París.

Boyer trata de explicar por qué, luego de los supuestos golpes mortales contra los cárteles colombianos de Medellín y Cali, nunca como ahora las drogas provenientes de América Latina invaden masivamente los mercados europeo y estadunidense.

Según Boyer, tras la muerte del capo Pablo Escobar y la caída de los líderes del cártel de Cali, las mafias locales se reorganizaron y ceden protagonismo a grupos estadunidenses o de otros países latinoamericanos.

Nuevos grupos surgieron en Chile, Nigeria, República Dominicana y especialmente en México, país que bajo la protección de un verdadero "narcoestado", se volvió protagonista clave del tráfico, trasladando el problema de Colombia a la propia frontera con Estados Unidos, afirma.

Añade que mediante el lavado de dinero los sistemas bancarios europeos y estadunidenses se volvieron "narcodependientes", por lo que la derrota de los grandes cárteles colombianos fue infructuosa.

Ello se debe a que no sólo la exportación colombiana sigue viento en popa (unas 559 toneladas de coca en 1999, según la policía colombiana), sino que el poderío se trasladó de los cárteles colombianos a los mexicanos, entre otros que actúan en la frontera o al interior mismo de Estados Unidos.

"Los colombianos dejan hoy gran parte de beneficios a las mafias mexicanas, dominicanas, estadunidenses, africanas y europeas cuyo papel es decisivo en el envío y venta de droga en los países consumidores", añade.

Según Boyer, la policía colombiana registra 150 pequeñas organizaciones y destacó 65 modalidades de exportación asociada entre colombianos y mafias internacionales.

La Drug Enforcement Administration (DEA) debió reconocer la evidencia de que las organizaciones mexicanas "de Tijuana, Juárez, golfo de México y de los hermanos Amezcua son adversarios más potentes y violentos que sus padrinos colombianos. Ahora Estados Unidos debe combatir en su propia frontera", dice Boyer.

Hace diez años, cuando los estadunidenses iniciaron la guerra contra su enemigo, sus cuarteles generales estaban lejos, en Cali y Medellín; hoy "están en su frontera, incluso en su propio territorio", indica el libro.

"No hay duda de que México se convirtió en punto clave del tráfico en el hemisferio occidental", y que "ninguno de los cárteles mexicanos existentes a comienzos del decenio precedente fue desmantelado", agrega.

"Las organizaciones mexicanas se desarrollaron a tal punto que exportan a su vez a Europa, mercado reservado hasta mediados de los noventa a las colombianas y nigerianas. México se volvió base de exportaciones hacia España, Holanda, Inglaterra y al parecer Rusia", puntualiza Boyer. Por eso, concluye, "las policías estadunidenses aciertan al considerar por fin a las mafias mexicanas como el enemigo principal"