SABADO Ť 17 Ť MARZO Ť 2001
Ť Discurso de la comandancia zapatista desde la Plaza Roja del Politécnico
"El Congreso no puede enviarnos al traspatio"
Ť Los rebeldes aceptan invitación para acudir a la UNAM, en fecha y hora por definir
Hermanas y hermanos de las organizaciones sociales del Distrito Federal:
Hermanas y hermanos estudiantes, maestros del Poli.
Estudiantes y maestros de la Voca:
Estudiantes y maestros de la Universidad Autónoma Metropolitana:
Hombres y mujeres de los grupos de colonos, de los mercados populares, de los sindicatos y de los comunidades sociales de base:
Hermanas y hermanos de Azcapotzalco y de la delegación Gustavo A. Madero:
Queremos agradecer a los hermanos y hermanas politécnicos que nos hayan invitado a su casa para encontrarnos con todos ustedes, con todas ustedes.
Y para poder decirles nuestra palabra y poder escuchar la suya. Nosotros venimos de muy lejos. Somos zapatistas. Venimos junto con nuestros hermanos y hermanas del Congreso Nacional Indígena. Venimos para hablar con ustedes y para también hablar aquí en la torre que se crece para arriba, sí, pero sobre las espaldas de ustedes y nosotros.
El Congreso Nacional Indígena y el EZLN han demandado el diálogo con todos los legisladores del Congreso de la Unión, con todos los diputados y senadores. Suponemos que el Congreso es la casa de los ciudadanos, y quien en eso están ahora, están sólo temporalmente. El Congreso, como sede del Poder Legislativo, trasciende los horizontes partidarios de quienes conforman las legislaturas.
Nuestro movimiento, nuestra lucha, está demandando el fin del racismo como cultura nacional y como política de Estado. Y entonces, a nuestra demanda se nos responde con la oferta de recibirnos en la cocina, en el cuarto de servicio, en el lavadero, en el traspatio, en la acera.
Así hemos estado desde que esta nación lleva el nombre de México: esperando en las afueras de las oficinas del gobierno. Siglos esperando fuera de la casa de los gobiernos para que después de un tiempo salgan a vernos empleados de los funcionarios de gobierno y nos digan: "sí, vamos a revisar su asunto, regrese dentro de tantos días".
Y luego regresamos y nos dicen: "todavía no está su asunto, porque el licenciado no lo ha revisado, regrese en tantos días". Y así por meses, por años, por décadas, por siglos, esta mentalidad se repite ahora en algunos legisladores, en concreto en el señor Diego Fernández de Cevallos.
"Pobre de México..."
El señor Diego Fernández de Cevallos, que dice que "pobre de México si le hace caso a los indígenas y sus demandas". Queremos informarle que México ya es pobre, y es porque le hace caso a individuos como Fernández de Cevallos.
Como él y otros que piensan que el país es una hacienda, que los mexicanos somos peones y que el Congreso de la Unión es una tienda de raya. Con actitudes racistas se pretende atender nuestra demanda del fin del racismo. El Congreso debe aceptar que no puede negarle al movimiento indígena el diálogo ni negarse a recibirlo en el pleno, al mandarlo a un rincón, a la cocina o al lavadero eso es lo que está haciendo: convertir la demanda de los pueblos indios en una molestia y al diálogo con los legisladores en un chisme de lavadero.
Pero allá arriba cada vez son menos los que aplauden los desplantes del reyecito y las poses de señor feudal en las que incurre el señor Fernández de Cevallos. Acá abajo nadie lo aplaude, porque si él que es pobre, no tiene sangre india en las venas, no ha escuchado las mismas palabras como respuesta a las demandas de justicia, de democracia, de libertad.
Allá arriba, los poderosos construyen argumentos y pretextos para no encontrarse con nosotros, mientras tanto quienes somos pobres seguimos siendo golpeados. Los legisladores como Fernández de Cevallos discuten largo tiempo si las capuchas son o no legales, pero están dispuestos a aprobar en unos cuantos minutos los impuestos a medicinas y alimentos.
Si de por sí no nos alcanza para las medicinas, ahora nos van a dar otro mordizco a nuestro salario y esos impuestos van a ir a parar a los bolsillos de los banqueros. Si ya comemos, ahora tendremos que pagar impuestos por mal comer, y el dinero que nos quiten irá a dar a los bolsillos de los banqueros.
Así está México: se le quita al que tiene poco o de plano no tiene nada, y al que tiene todo se le da más. Los paquetes económicos que están saliendo del Congreso de la Unión no significan para nosotros nada que no sea más impuestos, aumento de los precios, reducción del salario, más desempleo, menos percepciones laborales, menos servicios, menos alimentos, menos tierras, menos hospitales, menos doctores, menos medicinas.
Para estas leyes económicas sí hay acuerdo y rapidez. Para lo que son nuestras demandas entonces vienen los retrasos, la lentitud y el empantanamiento.
Nos quitan la tierra y en ella levantamos aeropuertos y nunca viajaremos en avión. Construimos autopistas y nunca tendremos automóvil. Erigimos centros de diversión y nunca tendremos acceso a ellos. Levantamos centros comerciales y nunca tendremos dinero para comprar en ellos. Construimos zonas urbanas con todos los servicios y sólo las veremos de lejos. Erigimos modernos hoteles y nunca nos hospedaremos en ellos.
En suma, levantamos un mundo que nos excluye, uno que nunca nos aceptará y que, sin embargo, no existiría sin nosotros. Y nosotros somos tú. Tú hiciste la casa, hiciste la ley, el orden, el drenaje, alimentaste la calle, sembraste el jardín, construiste los muebles, pintaste las paredes, adornaste las mesas, conseguiste los alimentos, preparaste la comida y qué más te queda.
Otro viene a habitar la casa, otro es el que se asea, otro el que baña el vehículo, otro el que usa los muebles, otro el que los disfruta, otro el que se alimenta.
Para ti quedó como casa un rincón sucio y oscuro, el agua te escasea, el polvo y el lodo es lo que bajo tus pies transcurre. El jardín lo ves lejano, desde detrás de las rejas para sentir que tú eres el piso, para adornar el suelo. Estás de este lado de la pared, el de fuera, y a tu mesa se sienta contigo la miseria. Si te enfermas, aguántate; si tienes hambre, aguántate; si tienes sed, aguántate; si vives mal, aguántate; si no te pagan lo justo, aguántate; si no encuentras trabajo, aguántate; si te castigan injustamente, aguántate; si te humillan, aguántate; si te roban lo que tienes, aguántate; si mueren los tuyos, aguántate; si para tus hijos sólo heredas desesperanza, aguántate; si no te dejan hablar, aguántate; si no te escuchan, si te olvidan, si mueres, aguántate.
Nos mintieron, nos dijeron que en este que llamamos patria cabemos todos. Por eso la construimos, por eso la peleamos, por eso la morimos, por eso la vivimos y por eso la llevamos sobre la espalda.
Nos mintieron: no es una la casa en la que estamos. La que tiene la luz, la bonanza, el progreso, la alegría, la esperanza es de ellos, los que todos tienen siendo tan pocos. A nosotros nos tocó la calle y el tiempo, a nuestra miseria le llaman casa, a conformarnos con nuestra carencia, a democratizar la desesperación, la angustia, el miedo, la derrota.
No les basta con que nada tengamos siendo muchos: también nos quitan la vergüenza, nos humillan, no nos miran o nos ven para abajo. Si exigimos nuestros derechos, somos alborotadores, y hay para nosotros la persecución, la cárcel, el golpe, la tortura, la tumba.
Nosotros delinquimos y es para ellos el triunfo. Nosotros somos el retraso y es para ellos la prosperidad. Nosotros los feos, y para ellos es la hermosura. Nosotros los perversos y es para ellos la bondad. Nosotros los sucios, y es para ellos la salud. Nosotros los atrasados y es para ellos el progreso.
Pero esta casa que hoy no nos admite, nosotros la construimos, para todos la hicimos, no para unos cuantos, no para los pocos, para todos, nosotros incluidos.
Pero estamos fuera y debemos callar, aguantar, resignarnos. ƑHasta cuándo? Unos dicen que hasta siempre, y esto de esperarse siempre es lo que encontrarán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Siempre habrá para nosotros y para quien nos siga un engaño, una mentira, un golpe, una muerte. ƑHasta cuándo? Unos dicen que hasta siempre, porque para siempre se construye la riqueza, la justicia, la libertad, la democracia, la esperanza, el mañana.
En el calendario que nos imponen, no cabemos nosotros, sólo ellos. ƑHasta cuándo? La respuesta que falta es la nuestra, la del estudiante, la del colono, la del maestro, la del ama de casa, la del empleado, la del desempleado, la del vendedor ambulante, la del minusválido, la de la costurera, la del capturista, la de la mecanógrafa, la del repartidor, la del payaso, la del gasolinero, la del telefonista, la del mesero, la de la mesera, la del cocinero, la de la cocinera, la del mariachi, la de la sexoservidora, la del sexoservidor, la del cirquero, la del mecánico, la del lavacoches, la del indígena, la del obrero, la del campesino, la del chofer, la del pescador, la del taxista, la del afilador, la del niño de la calle, la del oficinista, la de la banda, la del trabajador de los medios de comunicación, la del profesionista, la del religioso, la del homosexual, la de la lesbiana, la del transexual, la del artista, la del intelectual, la del militante, la del activista, la del marino, la del soldado, la del deportista, la del alabañil, la del locatario del mercado, la del vendedor de tacos y tortas, la del limpiaparabrisas, la del burócrata, la del hombre, la de la mujer, la del niño, la del joven, la del anciano, la del que somos.
ƑHasta cuándo?
Hermano y hermana joven: no importa que estudies, que trabajes, que te esfuerces, que te sacrifiques, que le eches ganas. Saldrás de la escuela y encontrarás cómo un empleo, y que si lo hay, está mal pagado; como sales de una escuela pública y no sirves más que como empleado de tercera. Los de la primera y segunda categoría son las de las escuelas privadas.
Intentan ganarte, domesticarte. Si te vistes diferente sospechan de ti; si hablas de otro modo, sospechan de ti; si escuchas otra música, sospechan de ti; si bailas de otra forma, sospechan de ti. En resumen, si eres joven, sospechan de ti.
Si hay un crimen, a ti te culpan primero; si hay castigo, a ti te castigan más y más primero; si algo sale mal, tú tienes la culpa. No importa que seas rebelde, ellos esperarán a que se te pase, te llevarán a quemadores golpeándote, insultándote, violándote, persiguiéndote, matándote. No importa que sepas mucho, no importa que tengas muchas habilidades, no importa que tengas mucho dolor, no importa tu inteligencia, para ellos no vale. Tienes que aguantar, doblegarte, tienes que rendirte. ƑHasta cuándo?
Y a eso venimos a la casa del Politécnico, a preguntar Ƒhasta cuándo? Y venimos a la casa del Politécnico a hablar con el que es como nosotros, del color de la tierra, a decir que ya respondimos, y que nos ayuden, que nos apoyen, que se hagan nosotros por nosotros, y con nosotros respondamos a la pregunta de Ƒhasta cuándo con esto? šHasta hoy y ya, hasta aquí y ya, ya no más! šYa basta, ya no de nuevo, ya nunca más! A eso venimos a la casa del Politécnico, a gritar con todos democracia, libertad, justicia.
Desde el IPN en Zacatenco, Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN.
P.D. Queremos aprovechar que estamos aquí en la casa del Politécnico para decir que la delegación zapatista ha decidido aceptar la invitación para visitar la Universidad Nacional Autónoma de México, en día y hora que fijaremos en su oportunidad. šGracias Poli!