Ť Moscú pide la extradición de los dos independentistas chechenos sobrevivientes
Fuerzas de Arabia Saudita toman por asalto el avión ruso secuestrado
Ť En la acción murió un aeropirata; una sobrecargo y un pasajero turco, ejecutados por plagiarios
Ť La decisión de usar la fuerza se tomó cuando los secuestradores decidieron seguir a Afganistán
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 16 de marzo. La pesadilla de los rehenes,
retenidos en el interior del avión ruso secuestrado por tres chechenos
y desviado de su ruta al aeropuerto de Medina, Arabia Saudita, concluyó
hoy con la liberación mediante una operación de rescate emprendida
por las fuerzas de seguridad saudiárabes, a petición del
gobierno de Moscú.
Durante el asalto al avión, que duró cerca
de tres minutos, los secuestradores mataron en represalia a una sobrecargo
rusa, Yulia Fomina, y un pasajero turco, Gursel Kambal, obrero de la construcción
que trabajaba en Moscú.
También murió el más joven de los aeropiratas, Erisjan Arsaev, de 15 años de edad e hijo del jefe del grupo, Supian Arsaev, a consecuencia de impactos de bala.
La decisión de liberar a los rehenes por la fuerza --en el momento de comenzar el asalto aún permanecían dentro de la nave 128 personas-- se tomó al agotarse la vía de negociación, cuando Su-pian Arsaev, hermano del ex mi-nistro del interior de Chechenia Aslambek Arsaev, considerado el autor intelectual desde su exilio en Turquía, exigió suministrar combustible al avión para volar a Af-ganistán, con la esperanza de ser acogidos por los talibanes.
Ante esa perspectiva, que complicaría la liberación por la tirantez entre las autoridades rusas y el régimen de los talibanes, el Kremlin, según transcendió aquí, solicitó al gobierno de Arabia Saudita comenzar la operación de rescate.
Fuentes cercanas al Kremlin, dicen que el planteamiento se hizo en forma categórica, y liberados los rehenes Moscú insiste ahora en que sean extraditados los dos secuestradores detenidos, Supian Arsaev y otro cuya identidad está todavía por establecerse.
El gobierno de Arabia Saudita, a través de su embajada en Moscú, hizo saber que es prematuro hablar de esa posibilidad, más aún cuando no hay tratado de extradición entre ambos países, pero aseveró que si no son entregados, los secuestradores chechenos serían juzgados con todo el peso de la ley.
El secuestro de aviones, tipificado como una modalidad
de terrorismo, se castiga en Arabia Saudita con la pena capital.
Lección aprendida
La actitud del presidente Vladimir Putin frente al secuestro del avión contrasta con su indiferencia al producirse la tragedia del submarino Kursk, en pasado agosto.
En un gesto muy destacado por los medios locales, el mandatario ruso interrumpió este viernes sus vacaciones en Jakasia y, poco después de arribar a esta capital, celebró una reunión en el Kremlin con su equipo de colaboradores.
"Durante la liberación de los rehenes, en el aeropuerto de Me-dina, ocurrió una tragedia: murieron dos personas inocentes, una sobrecargo rusa y un ciudadano turco", comenzó así Putin, y agr egó: "Quiero expresar mi más sentido pésame a sus familiares".
Responsabilizó a los líderes de los rebeldes chechenos, los que "no están en condiciones de en-frentarse a nuestro ejército" y "realizan, desde su refugio en el exterior, acciones como ésta".
Putin instruyó a los titulares de Relaciones Exteriores y del Interior para que intensifiquen la cooperación con las instancias correspondientes turcas en "el ámbito de la lucha contra el terrorismo internacional y la criminalidad".
¿Quién organizó el secuestro?
No es claro aún si el secuestro del Tupolev-154, de las Aerolíneas de Vnukovo, que realizaba un vuelo charter de Estambul a Moscú, fue una acción ordenada por el mando de los separatistas chechenos. El entorno del presidente checheno, Aslan Masjadov, continuó ne-gando este viernes cualquier vinculación con el incidente.
Al mismo tiempo, un supuesto representante de Masjadov en Jordania, Magomedali Atsaev, declaró que el grupo de Supian Arsaev "no tenía el propósito de realizar una acción violenta, contra civiles desarmados, sino sólo atraer la atención mundial sobre el genocidio que tiene lugar en Chechenia".
Atsaev, quien fue el primero en proporcionar datos sobre la identidad de los secuestradores, confundió a las agencias al sostener que el jefe del grupo era Aslambek Arsaev, pero éste no participó di-rectamente en la acción, a diferencia de su hermano Supian.
Para acabar de enredar las cosas, unos periodistas rusos identificaron entre las personas que esperaban el vuelo secuestrado a un fa-miliar de dos de los secuestradores, Lomali Ibraguimov, ex árbitro de futbol, quien acudió al aeropuerto de Vnukovo a recoger a su cuñado y un sobrino.
Según Ibraguimov, no se explica qué pudo haber empujado a Su-pian Arsaev a emprender una ac-ción de esa naturaleza, armado con un cuchillo de cocina.
Falsa, la amenaza de bomba
Dentro del avión, aparentemente se hicieron de un martillo, sacado de la caja de instrumentos de emergencia de la tripulación, y esgrimieron la amenaza de tener un artefacto explosivo, que nadie llegó a ver.
Fuentes del FSB, el servicio de seguridad de Rusia, parecían tener claro que el secuestro del avión fue planeado en Turquía por el hermano de Arsaev, Aslambek, ex alto funcionario del gobierno checheno, pero distanciado del presidente Masjadov y de los otros je-fes militares rebeldes.
Después de la intervención de Putin, empezaron a difundir la es-pecie de que el secuestro fue ordenado por el jefe militar Jattab, de origen jordano, quien se supone se encuentra todavía en el territorio de Chechenia.