DOMINGO 18 Ť MARZO Ť 2001

Ť Ni el gobierno ni el país tienen tiempo de diferir las reformas: Secretaría de Economía

Irreductible postura del gobierno en materia fiscal; no hay otra opción

Ť Insta al Congreso a aprobar los cambios planteados en temas hacendario y energético

Ť Rechazar la iniciativa daría fin a la luna de miel entre gobierno y mercados financieros: analistas

HUMBERTO ORTIZ MORENO

Ni el gobierno ni el país tienen tiempo ya para diferir las reformas estructurales que detonen el crecimiento económico. "El plazo ya se venció, tarde se nos está haciendo y cualquier oportunidad que perdemos es irrecuperable", advierte Juan Bueno Torio, subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía, y reconoce que de no aprobarse en el Congreso los cambios propuestos por el Ejecutivo, particularmente en materia fiscal y energética, realmente las autoridades "no tenemos una segunda opción".

Créditos a la planta fabril

En entrevista, asegura que está allanado el camino para que los bancos asuman riesgos y otorguen los créditos que requiere la planta fabril para detonar el crecimiento y crear empleos productivos.

No obstante, admite también que otorgar y contratar préstamos en México es siempre riesgoso. Por ello, antes de decidir sobre empréstitos para las pequeñas y medianas empresas, hay que pensar primero en reconstruir el sistema financiero mexicano para que quede acorde a un segmento económico que con la crisis perdió y no ha recuperado el 70 por ciento de su productividad.

Bueno Torio es uno de los hombres de mayor confianza del presidente Vicente Fox. Encargado del área del sector eléctrico dentro del grupo de transición del entonces mandatario electo, el ex diputado panista no tiene duda de que si se cumplen las expectativas en torno de las reformas estructurales y son avaladas por el Poder Legislativo, el país entrará de lleno al desarrollo.

Sin embargo, este proceso no está exento de riesgos latentes y el crédito, uno de los pilares de la política microeconómica del sexenio foxista, deberá tener ciertas garantías que permitan al deudor contar con recursos frescos para hacer negocios y a los bancos recuperar su dinero, expuso el funcionario.

Por ello, dijo, será fundamental el esquema fortalecido que presente la banca de desarrollo, a fin de apoyar con recursos las garantías que necesiten las PyME.

"Se está allanando el camino para que el sistema de garantías quede en cierta medida resuelto para que empiece a fluir el crédito. Nuestra apuesta es que va a fluir, que las empresas van a hacer negocio y que van a pagar sus créditos", planteó Bueno Torio.

Consideró justificada la reticencia de los banqueros para reactivar los préstamos, ya que la banca experimentó un quebranto tremendo al no pagar los deudores sus compromisos. "El que se quema con leche hasta al jocoque le sopla", suelta.

Para el subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa, este programa no es el más importante del gobierno foxista, pero "si fracasamos nos pega a todos porque el país no se va a desarrollar ni habrá el número de empleos requeridos".

Sin embargo, el funcionario aclaró que no todo depende del Ejecutivo ni de la Secretaría de Economía, sino de las reformas estructurales -fiscal, energética y desregulatoria- que están en marcha en el Congreso de la Unión.

Si hay voluntad política de los legisladores de todos los partidos, asegura Bueno, no habrá tantos problemas. "Mientras más pronto empecemos a detonar el desarrollo, mejor..."

-ƑY si no las aprueba el Congreso?

-Hay que encontrar otros caminos, estudiarlos.

-Ya los han analizado...

-Todavía no se tiene una segunda opción. Tarde se nos está haciendo a todo el país. Por eso es importante que los grupos parlamentarios analicen a fondo esto y no solamente digan que no. Hay que encontrar la manera de decir cómo sí. Hay graves rezagos que atender. El plazo ya se venció. Tenemos atrasos de muchos años y cualquier tiempo que perdamos será irrecuperable en perjuicio del gobierno para detonar el desarrollo.

 

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

La probabilidad de un rechazo legislativo a la reforma hacendaria y fiscal, una de las principales iniciativas económicas del nuevo gobierno, se han elevado, en un hecho que amenaza con poner fin a la luna de miel entre los mercados financieros y la administración del presidente Vicente Fox, según opinión de analistas.

La economía mexicana continuó recibiendo en el primer trimestre de este año "importantes" volúmenes de inversión, pero el retraso en la aprobación de la reforma fiscal y, en un caso extremo, su cancelación, pueden revertir la tendencia y propiciar una fuga de divisas, alertó Rodolfo Navarrete, analista de la Casa de Bolsa Vector.

La reacción encontrada de los diferentes actores políticos y económicos a los lineamientos de la reforma fiscal, anunciados la semana pasada por Hacienda, "han elevado la probabilidad de que tal reforma no se apruebe, al menos en el actual periodo ordinario de sesiones del Congreso", comentó Navarrete.

Este clima se da en un momento en que el país mantiene altos ingresos de capital foráneo. "La entrada de recursos al país en este primer trimestre del año ha sido importante", apuntó Héctor Chávez, director de Análisis de Santander Investment. Ello puede ser constatado con el hecho de que en el transcurso del 2001 los activos internacionales netos en poder del Banco de México aumentaron en 4 mil 334 millones de dólares, hasta alcanzar una cifra histórica de 39 mil 963 millones de dólares.

Chávez consideró que la propuesta de reforma fiscal ha sido tomada hasta ahora con optimismo por los inversionistas, que de momento apuestan a que sean aprobadas. "Los mayores riesgos para que se mantenga el flujo de recursos provienen del rechazo de los elementos fundamentales de las reformas", comentó.

Navarrete indicó que un posible rechazo a la reforma fiscal en el actual periodo de sesiones afectaría las condiciones de inversión en México. En primer lugar, dijo, caerán inmediatamente las expectativas sobre el logro del grado de inversión de la firma Standard and Poor's, variable que poco a poco ha sido incorporada en las decisiones de inversión de los agentes económicos, "pero que de no llevarse a cabo obligará a corregirlas reflejando un mayor deterioro del riesgo país".

Además, estimó, la ausencia de reforma fiscal aumentaría el déficit público y ello llevaría a otras agencias calificadoras, como Moody's -que ya otorgó a México el grado de inversión-, a revisar a la baja la calificación, lo que podría provocar una fuga de divisas y una mayor depreciación del tipo de cambio, que presionaría al alza la inflación y tasas de interés. "Circunscrito en el ambiente de optimismo que viven los mercados financieros mexicanos, un posible rechazo de las reformas fiscales por parte del Congreso podría implicar una fuerte corrección de los mercados financieros", indicó.