DOMINGO Ť 18 Ť ENERO Ť 2001

Ť Sigfrid Molet Gurrera ha logrado evadir la sentencia, mediante amparos

El rey del fraude inmobiliario acumula ya 95 denuncias penales en su contra: fiscal

Ť Su más cuantiosa estafa, por la que es procesado, asciende a 66 millones de pesos

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

El defraudador Sigfrid Molet Gurrera, conocido como El rey del fraude inmobiliario, acumuló en la Fiscalía para Delitos Financieros de la Procuraduría capitalina 95 denuncias penales en su contra, informó el fiscal Guillermo Fromow Rangel.

Mientras, en el juzgado 2 de lo penal, anexo al Reclusorio Norte, una vez que se cerró la instrucción del proceso que se sigue en su contra por la más cuantiosa de sus estafas, que asciende a 66 millones de pesos, el juez Jorge Ponce Martínez sólo espera que el juzgado tercero de distrito del fuero federal resuelva un recurso de amparo promovido por la defensa, y de no serle favorable --como ocurrió con otros 11 que interpuso--, procederá a dictarle sentencia.

Además de las 95 averiguaciones previas en proceso de integración, en los últimos tres meses fueron consignados a diversos juzgados 15 expedientes por fraudes que van de entre 400 a 600 mil pesos, y hay por lo menos otro número igual en manos de jueces, no sólo del Reclusorio Norte, sino también del Sur y el Oriente.

El proceso contra Molet Gurrera en el juzgado 2 de lo penal es uno de tres que ya se encuentran muy avanzados, de hecho ya para sentencia, sin embargo ésta no podrá emitirse hasta que no se resuelva el amparo que Molet promovió en contra de la negativa de libertad condicional.

Molet fue aprehendido el 10 de julio de 2000 en cumplimiento de una orden de aprehensión que se libró desde junio de 1998 en su contra y de su hermano Esteban, actualmente prófugo, pero había logrado evadir la cárcel promoviendo amparos, al grado que sólo en este proceso acumuló ya 12, de los cuales ha perdido 11 y sólo resta la resolución de uno.

Víctimas de Molet refieren su modus operandi: con sus empresas inmobiliarias, adquiere predios pagando sólo un anticipo en el momento de firmar el contrato de compra-venta; antes de iniciar el desarrollo "engancha" a compradores de casas o departamentos, a quienes pide un enganche de 30 por ciento a liquidar en 12 meses, que es el plazo fijado para la terminación de la obra, la cual nunca inicia.

Ante los reclamos de los clientes, argumenta cualquier pretexto, desde la falta del permiso de construcción hasta cambios en el proyecto, y ofrece reubicarlos en otro de sus desarrollos, donde normalmente el precio del inmueble es mayor, por lo que tienen que pagar incluso una cantidad extra al revocar el primer contrato y firmar el nuevo, pero la historia se repite de manera indefinida.