DOMINGO Ť 18 Ť MARZO Ť 2001

Ť El historiador presentó Etnia, Estado y Nación en el Centro Cultural Sabines

No sabemos negociar con los indígenas: Florescano

JAVIER MOLINA ESPECIAL

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 17 de marzo. Los indígenas son herederos de una larguísima tradición política, y quien no conoce esa tradición no puede negociar con ellos, afirmó Enrique Florescano en la presentación de su libro Etnia, Estado y Nación (Ediciones Taurus), en el Centro Cultural Sabines.

''Los pueblos indígenas -precisó- están organizados políticamente y saben negociar políticamente; nosotros somos los que no sabemos negociar con ellos''.

Aclaró que su libro es una reflexión histórica sobre las identidades y los orígenes de la nación mexicana. Una de las características que definirían a su obra, es el intento de explicar el nacimiento de las instituciones políticas que organizaron los primeros grupos étnicos en Mesoamérica.

''Para mí -dijo- lo más importante, lo que constituye el sello original de México, es la construcción de organizaciones políticas. Aquí surgió la primera organización del Estado en todo el continente. Este sello, el hecho de que la sociedad mesoamericana sea fundamentalmente política, es lo que para mí define principalmente Mesoamérica y el resto del continente, salvo Perú.''

Explicó que posteriormente considera la forma en que estas instituciones nativas se adaptaron a la realidad colonial y al conflicto que se creó en el siglo XIX, entre el Estado nacional y los grupos indígenas. El paso del régimen colonial al régimen republicano significó un enfrentamiento total entre la organización del Estado y los grupos étnicos originarios; uno de los enfrentamientos que más lesionó la unidad de la nación.

La afrenta para los indígenas fue no ser reconocidos. Quizá la consecuencia mayor de ese ataque a sus valores fue el nacimiento de una conciencia social excluyente, que condujo a la ignorancia, al desconocimiento del otro.

Platicó que un motivo fundamental que tuvo para escribir Etnia, Estado y Nación fue pensar en que habíamos perdido la memoria de nuestros orígenes, y sostuvo que la generación actual, que acepta por primera vez el reconocimiento a los pueblos indígenas (para que ellos mismos defiendan sus derechos y sus tradiciones), enfrentaría un problema si este reconocimiento no va acompañado de una reforma profunda de nuestro sistema educativo: vamos a encontrar la explosión del agravio indígena en los meses y en los años siguientes. Se refirió, desde luego, a los indígenas que ahora están difundiendo su voz.

La reforma educativa que plantea Florescano, comenzando por la enseñanza básica, y luego en la media y superior, transmitiría la idea de que tenemos un país pluriétnico, pluricultural y tremendamente dividido económicamente. Esta es la parte -subrayó- que a mí me parece más importante.

También se refirió a la idea de que la globalidad ya significaba el fin del Estado nacional para decir que en Europa ocurre lo contrario: la lengua francesa, la italiana, las identidades españolas se están fortaleciendo. Hay un reforzamiento de la identidad local, regional y, desde luego, nacional; un reforzamiento del municipio, de la localidad y del Estado, y va a resurgir con más fuerza. ''Pienso que va a haber un resurgimiento de la identidad chiapaneca, que va a tener que aceptar su diversidad interna''.

Finalmente, sostuvo que la aportación más importante del EZLN es que le ha dado una voz nacional e internacional al movimiento indígena. ''Tiene esa proyección por el vacío que dejaron los partidos políticos mexicanos''.