ű lunes Ť 19 Ť marzo Ť 2001
Iván Restrepo
Aguas con el agua
En el caso del agua, desde hace tiempo las soluciones son bien conocidas. Lo que falta es la decisión política para llevarlas a buen término y para buscar con la gente el acuerdo social que garantice su éxito. Ese acuerdo, bien se sabe, no se logra con simples discursos o promesas
El jueves próximo se celebra el Día Mundial del Agua. Como cada año, habrá ceremonias en las que voceros gubernamentales dirán los graves problemas que el país enfrenta por malgastar tan vital recurso. Llamarán de nuevo a participar en las tareas que permitan recuperar, conservar y manejar sustentablemente el agua. Para ello se anunció recientemente una gran cruzada nacional en la que deben participar las instancias oficiales y la sociedad con acciones de mediano y largo plazos y la atención prioritaria a los problemas críticos que se presentan en diversas partes de México. Debido a que el agua está directamente vinculada con los bosques y las selvas, seguramente el jueves se recalcará la necesidad de considerar conjuntamente ambos recursos, de protegerlos de la depredación.
Pero como este gobierno es de cambio y ha hecho despiadadas críticas a las administraciones anteriores por la forma en que manejaron los asuntos relativos a los recursos naturales y el medio ambiente en general, sería deseable que de los diagnósticos certeros se pasara a las tareas que permitan revertir lo que ahora es un enorme desastre.
Por ejemplo, conocer las medidas para evitar la contaminación de las principales cuencas hidrográficas del país, sus lagos y la franja litoral del Océano Pacífico, el Golfo de México y el Caribe, originada en las descargas residuales de los centros urbanos, la industria y la agricultura. De qué manera las cuencas de los ríos más importantes y afectados, como Pánuco, Lerma, Santiago, Atoyac, Moctezuma, Bravo, San Juan, Soto la Marina, Papaloapan, Coatzacoalcos y Jamapa, recuperarán su vitalidad.
Es suficientemente conocido el rezago que existe en el tratamiento de las aguas municipales, las promesas incumplidas en dicha materia y las pérdidas en las redes de conducción, mal uso del líquido y su casi nula reutilización en ciertos procesos industriales. ƑQué acciones se pondrán en marcha para que esta situación no continúe?
También es fundamental conocer la estrategia para que en los estados de la frontera norte, San Luis Potosí, Durango, Zacatecas y la Comarca Lagunera, no se siga con la política de sobreexplotar sus acuíferos y de esa manera no se pongan en riesgo las actividades agropecuarias ni el futuro de millones de campesinos y productores privados, de quienes migran al norte en busca de trabajo y una mejor calidad de vida; para obtener un comportamiento distinto de las maquiladoras, instaladas en la frontera desde hace 35 años, y que tan mal uso hacen de la fuerza laboral, del agua y de sus desechos industriales.
Precisamente en las ciudades fronterizas hay desde hace lustros datos sobre los efectos nocivos que causa en la población la escasez de agua. Es un tema muy preocupante en Ensenada, Matamoros, Reynosa, Mexicali, Tijuana, San Luis Río Colorado, Nogales, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Ciudad Acuña y Río Bravo. Promesas van y vienen y el problema sigue creciendo. Como también en las zonas metropolitanas de las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey, León y Puebla, para citar los casos más notables. ƑAnunciarán el jueves alguna estrategia para remediarlo?
Construidos con dinero de todos los mexicanos, Ƒcuál será el cambio radical en el manejo y planeación de los distritos de riego a fin de que cumplan el cometido que tienen asignado como productores agropecuarios, generadores de empleo y de divisas? Y vinculado con todos pendientes anteriores, Ƒqué se propone para retener en el territorio la mayor cantidad posible de agua de lluvia y con ella incrementar la recarga de los mantos freáticos, todos ellos sobreexplotados?
No faltará quien nos diga que hay que darle tiempo a la nueva administración para que despliegue su peculiar estilo de gobernar y resolver los problemas antes citados. Pero en el caso del agua, desde hace tiempo las soluciones son bien conocidas. Lo que falta es la decisión política para llevarlas a buen término y para buscar con la gente el acuerdo social que garantice su éxito. Ese acuerdo, bien se sabe, no se logra con simples discursos o promesas