Ť Banqueros y notarios nos presionan para expropiar nuestros terrenos, se quejan habitantes
Cuatro comandantes zapatistas brigadearon por las codiciadas tierras del Ajusco
Ť Realizaron mítines relámpago y ofrecieron información sobre la marcha indígena
HERMANN BELLINGHAUSEN
En tierras del Ajusco, a punto de quedar a merced de la codicia de "banqueros, notarios y funcionarios que nos vienen presionando porque quieren la expropiación de nuestros terrenos", como dijo esta tarde en San Miguel Xicalco un representante ejidal, vinieron a ''brigadear'' cuatro miembros del Comité Clandestino Revolucionario-Comandancia General del EZLN.
Los comandantes Esther, Abraham, Bulmaro y Omar, así como delegadas mazahuas y representantes guerrerenses del Congreso Nacional Indígena, se dieron a la tarea de juntar a la gente en los kioskos de los pueblos en este barandal del valle del Anáhuac. Y al insistir en sus demandas generales, las del movimiento indígena nacional, ayudaron a aflorar los problemas locales, que son graves pero se mantienen a la sorda, en un ambiente confuso, de verdades a medias, de problema comunitario no suficientemente discutido.
Esta brigada, y su cauda de policías y periodistas, visitaron los pueblos de esta parte de Tlalpan, pertenecientes a la Alianza de Pueblos Indígenas, Ejidos y Comunidades del Anáhuac. "Seguramente ya están enterados de lo que está pasando", dijo Abraham en Santo Tomás Ajusco. "La marcha que hicimos fue un exito. Han aparecido muchos compañeros para acompañarnos, y vimos que todo el pueblo de México apoya el reconocimiento de los derechos indígenas".
Ante un centenar de personas, don Jesús Zedillo, comunero, saludó a los visitantes: "Su visita es muy conocida, y a la vez muy apropiada". Y don Luis Contreras les dio la bienvenida pidiéndoles "que nunca se desmayen, porque nosotros los apoyamos".
Cirino Plácido, a nombre del CNI, dijo allí mismo: "No se puede hablar de diálogo mientras no se cumpla lo convenido", y se refiere con amplitud al traicionado artículo 27 constitucional. "No nos pueden seguir negando. Los indígenas estamos en todo el país. Muchas tierras eran de nosotros". Otro comunero, Mario García, aseguró "El uso del suelo no dejará de ser comunal", en referencia a los intentos gubernamentales de expropiar, a través de la Corett, tierras y bosques, para destinarlos a fraccionamientos de lujo y especulación inmobiliaria. Habla de los ricos que han ido colonizando estas tierras, "los que nos miran con desprecio desde sus caballos pura sangre, sus carros de lujo, sus falsas luces intelectuales, y dicen que están a favor de los pueblos indígenas, pero no son capaces de respetar a los indios de este pueblo".
En Santa Magdalena Petlacalco, en otro mítin más o menos relámpago, y que tomó a los vecinos y comuneros por sorpresa, el comandante Abraham fustigó la negativa del Congreso de la Unión a debatir la ley Cocopa. "Las cámaras no nos quieren recibir. Nos quieren rendir y arrodillar", afirmó.
El comandante chol Bulmaro advirtió: "Los zapatistas nunca descansaremos para exigir que se cumplan las demandas del EZLN, que son las del pueblo de México". Y la comandanta tzotzil Esther: "Hermanas, hermanos, no aflojemos nuestras fuerzas. Los invitamos a que nos ayuden". Y agregó un "demandamos debatir la vida de las mujeres" que, dicho así, por una indígena enrebozada y encapuchada, ante un público mayoritariamente femenino, e indígena (aunque de suburbano modo), bien puede considerarse histórico.
El recorrido de hoy cayó en la vida cotidiana y anticlimática de un día cualquiera, y lo convirtieron, modestamente, en una jornada particular y memorable.
En en acto más concurrido, más de 300 personas en San Miguel Xicalco, a punto de llover, una niña de sexto de primaria, uniformada igual que decenas de niñas en la plaza en torno a kiosko, cogió el micrófono, con una determinación que le ayudaba a controlar sus emociones: "Soy una estudiante que sabe lo que está pasando. Mi mamá es una señora indígena, podría decirse. Y no queremos que nos pasara lo que a ellos, siento que todos apoyamos al EZLN porque son indígenas que están sufriendo en este momento".
Ante esta animada plaza , la comandanta Esther no pudo ocultar su gusto al ver "que aquí hay muchos ninios" (como pronuncia con acento maya).
El agente ejidal de Petlacalco se había expresado escuetamente: "Buenas tardes, compañeros de la revolución". A lo largo del recorrido ajusqueño, que también incluyó San Andrés Totoltepec, los comisariados, comuneros, maestras, estudiantes y comerciantes que tomaron la palabra ante los comandantes no dejaron de recordar el pasado zapatista de estas comunidades, donde las huestes del general Martín Reyes, y otras, se sumaron el Ejército Libertador del Sur.
Hoy otra vez les quieren arrebatar, "legalmente" sus tierras, agua y recursos. Llevado quizás por la emoción, un hombre de San Miguel Ajusco había expresado: "Aquí hay gente que agarraría las armas con ustedes, aquí ya agarraron las armas para seguir al general Emiliano Zapata Salazar".
En cada pueblo, el comandante Omar va presentando a sus compañeros, que "traen una palabras de nuestra comandancia". Todas en el sentido de la ley, de las tres demandas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional para negociar, de la resistencia contra la discriminación. Abraham, siempre con la efigie del Che Guevara en la camiseta, invoca el derecho de los indígenas a subir a la tribuna del Congreso. "Las actitudes del PAN son las actividades del racismo", aseveró en Santo Tomás.
Como lo reiteraría desde los kioskos blancos, Abraham, tzeltalero de la selva Lacandona, dijo: "Los compañeros zapatistas tenemos muchos bastones de mando, que nos dieron en todo el país, y eso no lo podemos traicionar jamás". También se escucharon pasajes de la Declaración de Nurio, por boca de mujeres como Virginia Rosas y Amalia Salas, que a nadie dejarían mentir.