MARTES Ť 20 Ť MARZO Ť 2001

Ť En San Gregorio Atlapulco, la mayor concentración

Los delegados visitaron las regiones montañosa y lacustre de Xochimilco

ROBERTO GARDUÑO

El periplo de los comandantes Susana, Javier, Ismael e Isaías se inició en San Francisco Tlanepantla, donde hace dos años surgió un nuevo grupo armado: las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP). Acompañados por una treintena de integrantes del Congreso Nacional Indígena (CNI), los dirigentes rebeldes visitaron las región montañosa y lacustre de Xochimilco. A lo largo de la jornada la respuesta de los moradores indígenas de esas zonas fue creciendo. De una desangelada recepción en San Francisco Tlanepantla, los visitantes fueron objeto de una númerosa y cálida recepción en San Gregorio Atlapulco.

Al mediodía, la caravana de vehículos subió con dificultad las pendientes que conducen a San Francisco Tlanepantla, donde los comuneros y los ejidatarios han emprendido una larga lucha por conservar sus tierras de sembradío y bosques. Desde hace años, esta zona es codiciada por desarrolladores inmobiliarios, porque sus bajos costos aunados a las facilidades legales para construir.

En San Francisco, la escasa presencia de sus moradores se debió al clima de temor que han desatado los especuladores inmobiliarios de la región, porque advirtieron a muchos colonos que si asistían no elevarían las ofertas para comprar sus terrenos. Aún así se celebró el encuentro.

Más tarde, los visitantes emprendieron el retorno desde la zona más alta de Xochimilco hacia la zona lacustre. En San Mateo Xalpa, alrededor de 200 personas escucharon a los dirigentes zapatistas y a sus iguales del CNI. Antes de partir, la niña Alma Alejandra Martínez se acercó a los delegados del EZLN y les entregó una ramo de flores, junto a una solicitud: ''Señores zapatistas, por favor no dejen que haya más guerra...''. Y de ese población la caravana subió de nuevo a San Andrés Ahuayacan, donde fueron convidados a comer.

Finalmente, en San Gregorio Atlapulco, la plaza cívica se cubrió de unos 500 moradores que dieron la bienvenida a los indígenas. Los recibieron con cohetes y les prepararon una ofrenda floral para que la colocaran en el busto en honor a Emiliano Zapata.

Ya entrada la noche, los cuatro comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y los delegados del CNI fueron despedidos por más de 300 personas, que se congregaron en la plaza de Santiago Tulyehualco.