MARTES Ť 20 Ť MARZO Ť 2001

Ť Se inaugura retrospectiva con 136 de sus obras en el Antiguo Colegio de San Ildefonso

Ser sectario es una circunstancia positiva en el arte, dice Botero

Ť Conseguir un estilo pictórico obedece a una reflexión, sostiene el artista colombiano

Ť ''Pinto ese mundo provincial de mi patria en el que nací y viví hasta adolescente''

MERRY MAC MASTERS

Conocido por sus formas volumétricas y monumentales, y cuyas obras son inconfundibles, para el pintor y escultor colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932) en eso del estilo ''uno lo tiene o no lo tiene". Uno es diferente o no lo es. Pero, no se puede decidir, ''voy a tener un estilo". Eso llega de una forma normal.

Y abunda: ''Hay dos cosas, una es tener un estilo que viene de una convicción, y la otra es tener una manera de pintar. La mayor parte de los pintores tiene un modo que es reconocible. Sin embargo para tener estilo hay que tener una reflexión. Cuando ambas son realmente profundas, crean un estilo. Eso viene porque a uno de pronto se le mete en la cabeza que el arte debe ser en tal forma. Ese sectarismo en el arte es bueno, porque crea esa cosa del estilo. Es decir, en el arte no puede uno dejar de ser sectario".

Trabajo de la imaginación

Estudioso de los grandes artistas del pasado, en especial los pintores florentinos como Piero della Francesca y Giotto, la botero_fernando2temática de Botero apela a la nostalgia: ''Pinto ese mundo provincial colombiano en que nací y viví hasta adolescente. En ese momento Medellín era una ciudad relativamente pequeña y aislada del resto del país debido a sus malas vías de comunicación. ''Ese mundo de personas, de la Iglesia, de los prostíbulos, pues, es lo que he pintado toda la vida".

Botero realiza su quehacer en estudios de Nueva York, París, Montecarlo, la Toscana, así como en Colombia, pero nunca ha pintado un tema que no sea de su país de origen.

Sus cuerpos robustos, de mirada impasible, no son producto de una sesión con modelo.

''Trabajo de la imaginación", señala el artista. ''Uno pinta porque tiene ciertas convicciones, que deben tomar una forma concreta en una obra. Entonces, uso los elementos de la naturaleza casi como un pintor abstracto usa los colores y las formas. Un pintor abstracto necesita poner color naranja, lo prepara en la paleta y lo pone en la tela. Si quiero unos naranjas, tengo que inventar un objeto real para ponerlo en el cuadro. Es un poco una figuración hecha posabstraccionista en el sentido de que es de una gran libertad de proporciones, de todo, pero sin caer en un surrealismo sino de una cierta lógica. Nunca pintaría un personaje de color verde como hacía Chagall, por ejemplo, o un cielo rojo como los fauves".

Coleccionista de sí mismo

-¿Le encargan retratos?

-Muchas personas me han propuesto que haga retratos, pero no me gusta porque crean muchas limitaciones. Me gusta hacer retratos pero de personas ya desaparecidas. Aquí en la retrospectiva Fernando Botero: 50 años de vida artística, que se inaugura hoy en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, hay cinco retratos de igual número de artistas muertos, que son Picasso, Courbet, Delacroix, Ingres y Giacometti. Pero el retrato de que alguien me llame y me diga, te pago lo que quieras, no, no lo hago porque no me interesa.

La muestra de 136 obras, entre pintura, escultura y dibujo, fue posible gracias a que Botero advirtió que era necesario coleccionar su propia obra: ''Empecé a conservar cuadros míos cuando hace más de 25 años el museo de Francfurt quería hacer una exposición. Les proporcioné la lista de personas que tenían obras mías para que las pidieran. Unos meses más tarde me escribieron del museo diciendo que lo sentían mucho, pero que muy pocos había prestado las obras y habría que cancelar la exposición. Así fue como comencé a dejar de lado algunas obras que nunca expuse para la venta. Cuando se quedan un par de años en el estudio, uno les toma afecto y las conserva. He hecho exposiciones en la que presto 90 por ciento de las obras. En el caso de San Ildefonso, todas vienen de mi colección". Las primeras dos salas de la retrospectiva señala contienen piezas de sus primeros años que debió comprar en subastas de galeristas o de coleccionistas.

Donación a Colombia

Ese conjunto de obras, sin embargo, es ''casi" todo lo que le queda ya que hace un año donó a Colombia, no sólo 200 de su propia factura, sino 120 de otros artistas. ''Tenía una colección hecha en los últimos 25 años de pintores impresionistas y maestros del siglo XX. El cuadro más antiguo era La gitana con pandereta, de Corot, de 1864. Después tenía a Monet, Renoir, Lautrec, Degas, Pizarro, así como Picassos, Bacon, Miró, Chagall, Léger, Braque, todos estos grandes maestros, hasta la pintura estadunidense de De Kooning, Motherwell, Rauschenberg y Stella.

''También había esculturas grandes de Ernst, Moore, Lipchitz y Marini. Fuera de algunos cuadros pequeños que tenía en mis casas de Nueva York y París, lo demás estaba en un depósito de Zurich, Suiza'' ?donde Fernando Botero envía toda la pintura que realiza desde hace 30 años.

''Hace un par de años, al estar en una piscina de Zihuatanejo, de pronto se me ocurrió que era absurdo no poderlos disfrutar ni yo mismo. Como en Colombia hay museos pero no hay colecciones, dije, lo lógico es que la obra sea de Colombia. Se lo comuniqué a mi esposa, Sofía, al salir de la piscina. Hemos hecho dos museos bellísimos porque en Bogotá el Banco de la República tenía un antiguo palacio colonial que era sede la Suprema Corte de Justicia.

''Luego, en Medellín me dieron el antiguo palacio municipal (se convirtió en el Museo de Antioquia) donde se puso la colección de obras de pintura y escultura más que nada estadunidenses. La ciudad derribó una manzana frente de la alcaldía para hacer una plaza con 24 esculturas monumentales que regalé.

''Debo decir que estoy muy contento porque en Medellín acudieron 300 mil visitantes en cuatro meses, cifra que es extraordinaria para una ciudad de 2 millones de habitantes. En Bogotá recibieron 100 mil visitantes en el mismo periodo. Hicieron encuestas y 80 por ciento de los visitantes nunca había puesto un pie en un museo."

-¿Un artista de éxito siente un compromiso en relación con su país?

-Sí y no. Un artista es una persona privada, como cualquiera. Es decir, su patrimonio no es propiedad pública.

''Como resultado de su trabajo, es de él. Bueno, creo que el artista carece de una mentalidad de amontonar dinero y piensa que todo eso es más secundario, más pasajero. Para aquél es más importante su obra, no sólo porque sea su creación, sino lo que puede hacer con ella.''

El pintor y escultor colombiano Fernando Botero es profeta en su tierra.