JUEVES Ť 22 Ť MARZO Ť 2001
Ť Sería un hecho pionero en el mundo, dicen en una carta dirigida al Congreso
Piden 14 ecologistas aprobación de la ley Cocopa
Ť El reconocimiento a los derechos indígenas contribuiría a la conservación de las bases biológicas del planeta, afirman ganadores de los premios Goldman y Right Livelihood
ROSA ELVIRA VARGAS
Con la aprobación de la ley Cocopa, el Congreso de la Unión se encuentra ante la oportunidad de corresponder positivamente al trabajo colectivo que con enormes sacrificios realizan los pueblos indios de México por el reconocimiento de sus derechos políticos, económicos y sociales, esto es, ''por el derecho a vivir sus culturas y, de esta forma, seguir contribuyendo también a la conservación de las bases biológicas y culturales del planeta''.
En una carta que firman 14 ganadores de los premios Goldman y Right Livelihood -también conocidos como premios Nobel alternativos-, dirigida a los congresistas mexicanos, se establece que para los pueblos indios y no indios del planeta constituiría un ''hecho pionero'' de la mayor importancia el que los acuerdos de San Andrés se convirtieran en reforma constitucional por medio de la ley Cocopa.
Para formular esta solicitud, precisan que han seguido con atención el actual proceso de movilización social y discusión oficial sobre derechos indígenas en México, y de manera particular los resolutivos alcanzados en el Congreso Nacional Indígena, realizado en Nurio, Michoacán, en el que 3 mil delegados de 41 pueblos indios ''manifiestan varios puntos que consideramos de la mayor relevancia, tales como el reconocimiento constitucional de sus territorios y tierras''.
Califican además como ''significativo'' el rechazo de esos pueblos indígenas a los megaproyectos, como el Plan Puebla-Panamá, y la exigencia a una moratoria a todos los proyectos de privatización de agua, exploración minera y prospección biológica, así como a todas las actividades de ''biopiratería'' que se realizan en los territorios que pertenecen a esos pueblos, hasta que estos mismos no los discutan a fondo.
Miles de personas, organizaciones e instituciones preocupadas por el medio ambiente, la sustentabilidad y los derechos indígenas y campesinos en todo el mundo -apuntan los galardonados-, también siguen con la mayor atención la actividad del Congreso de la Unión, pues los acuerdos de San Andrés y la ley Cocopa ''recogen demandas que posibilitan la realización de estos derechos y una gestión mejor y más sustentable del ambiente, abriendo el marco para hacer efectivos los derechos básicos de los pueblos indios, como la autodeterminación, el derecho a la lengua propia, el territorio y el control de sus recursos, entre otros''.
Indican que a partir de sus actividades e investigaciones saben que los indígenas y los campesinos de todo el mundo han sido, a través de los siglos, los responsables de la creación y la conservación de la biodiversidad para el sustento, proveyendo a toda la humanidad de las bases de diversidad biológica cultivada que se ha transformado en medicinas, alimentos y abrigo.
''Este ha sido un proceso sustentable y abierto, legado a toda la humanidad, que está íntimamente ligado a la diversidad cultural y al hecho de que los pueblos indígenas hayan podido practicar sus formas de vida y culturas políticas, económicas y sociales, indisolublemente unidas al acceso y manejo sustantable y autónomo de sus tierras, recursos y territorios'', añaden.
Sin embargo, los premios Goldman y RIght Livelihood advierten que a pesar de lo invaluable de tales contribuciones, la mayoría de los pueblos indígenas del mundo está en una situación de desplazamiento y marginación que no sólo los coloca en situaciones de miseria, sino también amenaza la continuidad ''de este proceso del que hoy en día aún depende directamente más de la cuarta parte de la población mundial e indirectamente todos sus habitantes''.
La erosión genética y ambiental es cada vez mayor, y la erosión cultural que ha significado esta marginación es de tales dimensiones ''que por primera vez en la historia de la humanidad es posible que nuestra generación pierda más conocimiento del que es capaz de generar''.
Así, al plantear su agradecimiento a los pueblos indios de México por el trabajo que efectúan para que les sean reconocidos sus derechos, insisten en que sea atendida la demanda de aprobación de la propuesta elaborada por la Cocopa y que emana de los acuerdos sobre los derechos y cultura indígenas que se firmaron en febrero de 1996 en San Andrés Larráinzar.
Respaldan la petición: Ricardo Navarro, de El Salvador y presidente de Friends of the Earth International; Pat Roy Mooney, director ejecutivo de Rural Advancement Foundations Intn'l, de Canadá; Hans-Peter Duerr, presidente de la Asociación de Científicos de Alemania y Premio Nobel de la Paz 1995; Johan Galtung, fundador del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz, en Oslo, Noruega, y consultor de la ONU en conflictos en Corea, Israel y Yugoslavia.
También firman: Medha Patkar, de Narmanda Bachao Andolan y de National Allliance of People's Movements, de la India; Elías Díaz Peña y Oscar Rivas, de Lucha con comunidades indígenas y locales contra megaproyectos, de Sobrevivencia, Paraguay; Ossi Ron, presidente de Campaign to Free Vanunu, Gran Bretaña; Vandana Shiva, de Research Foundation for Science, Techonology and Ecology de la India.
Y por último, figuran además: Juan Pablo Orrego, presidente del Grupo de Acción por el Biobío GABB, de Chile; Tapio Mattlar, del Finnish Vilage Action Movement, de Hartola, Finlandia; John Sinclair, defensor de los derechos ambientales y sociales contra la explotación minera y petrolera en Australia; Raymond Abin, director de Borneo Resources Institute de Malasia y Food First, Institute for Food and Development Policy, en Estados Unidos.