JUEVES Ť 22 Ť MARZO Ť 2001

Ť Paró casi 90% de los trabajadores, dice el líder del sector rebelde de la CGT

Alto acatamiento en la huelga general contra la política neoliberal del presidente De la Rúa

Ť El ingreso de Domingo Cavallo al gobierno, bien recibido por 64% de los argentinos

AP, AFP, REUTERS Y DPA

Buenos Aires, 21 de marzo. El paro general de 24 horas contra la política económica del go-bierno del presidente Fernando de la Rúa, dispuesto por dos de las tres centrales sindicales argentinas, se cumplió hoy con un alto acatamiento en el transporte de autobuses, la enseñanza pública y dependencias estatales, mientras el nuevo ministro de Economía, Domingo Cavallo, presentaba su "ley de competitividad".

La protesta "es una demostración del agotamiento y el cansancio no sólo de los trabajadores sino del conjunto de la sociedad y de todos aquellos afectados por el sistema económico", dijo Hugo Moyano, líder del sector rebelde de la mayoritaria Confederación General del Trabajo (CGT), quien afirmó que la huelga tuvo un acatamiento de "casi 90 por ciento".

Pero la ministra de Trabajo, Patricia Bulrich, calificó de "capricho" a la huelga convocada también por la izquierdista Central de Trabajadores Argentinos, y aseguró que "más de 65 por ciento del país" funcionó este día normalmente.
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En los alrededores de esta capital y en algunas ciudades del interior grupos de huelguistas cortaron rutas y avenidas mientras que se registraron algunos incidentes, como ataques a los pocos autobuses que circularon, al tiempo que hubo demoras y suspensiones en los aeropuertos al plegarse el gremio aeronáutico a la protesta contra la política económica del gobierno.

En Buenos Aires, los maestros --que realizaron una huelga de 48 horas-- debieron suspender una marcha debido a las fuertes lluvias que este miércoles afectaron a esta capital y alrededores.

El paro fue dispuesto el pasado viernes, cuando el gobierno socialdemócrata, con apoyo ahora de la centroderecha política, difundió un nuevo programa de austeridad elaborado por el entonces ministro de Economía, Ricardo López Murphy, quien debió renunciar ante ante la general oposición a sus medidas, que recortaban los presupuestos educativos y sociales.

Aunque esos ajustes se cancelaron, las centrales obreras mantuvieron el paro ge-neral como una virtual advertencia a Cavallo, quien como ministro de Economía del anterior gobierno del peronista Carlos Saúl Menem logró vencer a la hiperinflación con un plan de convertibilidad que igualó un peso con un dólar estadunidense.

Pero otros planes del llamado superministro, que permaneció en la cartera entre 1991 y 1996, como su amplio plan de privatizaciones y su reforma del Estado, dejaron en la calle a cientos de miles de trabajadores, lo que elevó a picos históricos los índices de desempleo y de pobreza.

El líder de la CGT rebelde, que se reunió hoy con Cavallo, dijo desconocer en detalle los lineamientos de las medidas del nuevo titular de Economía. Pero Moyano estimó que el paquete de medidas que anunciará el secretario de Estado "no llevará alivio a los más necesitados".

Por su lado, la Unión Cívica Radical, so-cio mayor en la Alianza gubernamental y partido al que pertenece De la Rúa, señaló en un comunicado que "seguirá acompañando" al mandatario, pero discutirá "toda medida que considere incompatible" con los principios partidarios.

El peronismo, la mayor fuerza de oposición, adelantó la víspera que aprobará las medidas que busquen la reactivación de la economía, pero que no dará paso a los po-deres especiales que busca Cavallo para, según sus declaraciones, implementar las reformas inmediatamente.

El economista liberal anunció esta noche, un día después de haber asumido, que envió al Congreso una "ley de competitividad" que permitirá recuperar la capacidad de producción, y que "se financia con un sistema de recaudación" que consiste, entre otras medidas, en "un impuesto a las transacciones financieras".

Precisó que la ley "no afecta para nada a la convertibilidad" peso-dólar y que buscará mejorar la competitividad argentina sin recurrir a la devaluación, rebajando los costos de producción en 20 por ciento, "eliminando impuestos que encarecen los bienes de producción, el costo de insumos, el cos-to del capital y el costo del crédito".

Anunció además que para salir de la recesión que afecta a Argentina desde hace 33 meses, el país sudamericano deberá "bajar a cero" el arancel de importación de bienes de capital, para abrir así las posibilidades de inversión.

Además de Cavallo, líder de un partido centroderechista y hasta hace poco enemigo declarado de la Alianza gobernante, ayer se integraron el nuevo gabinete otros dos ex funcionarios del gobierno de Menem, así como tres radicales, mientras que el socio menor de la Alianza, el centroizquierdista Frente País Solidario, no fue tomado en cuenta se quedó sin ninguna cartera.

El ingreso de Cavallo fue bien recibido por 64 por ciento de la población, según un sondeo solicitado por el gobierno a la firma privada Analogías, pero otra encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública re-veló que para 90 por ciento de los argentinos la imagen del gobierno empeoró tras la crisis política de 15 días, que implicó dos cambios sucesivos en Economía y el re-cambio de casi todo el gabinete.