JUEVES Ť 21 Ť MARZO Ť 2001

Ť Abrieron retrospectiva del pintor y escultor

Fernando Botero sufrió el asedio de los cazautógrafos en San Ildefonso

MERRY MAC MASTERS

Ser famoso implica pagar un precio y Fernando Botero no es la excepción. Ante el asedio de los cazautógrafos, el conocido pintor y escultor colombiano tuvo que retirarse de la recepción posterior al acto inaugural de la retrospectiva celebratoria de sus 50 botero-inaguracionaños de vida artística, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, recinto que atrajo cerca de 2 mil 500 personas.

Largo vínculo con México

El entusiasmo de la concurrencia por ver y escuchar al prestigiado artista afloró en un efusivo aplauso y gritos de ¡bravo!, cuando se anunció que Botero tomaría el micrófono. En la ceremonia presidida por Reyes Tamez Guerra, secretario de Educación Pública, ya habían hecho uso de la palabra el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sara Guadalupe Bermúdez, y Alejandro Aura, director general del Instituto de Cultura de la Ciudad de México, para quien la escultura Mujer fumando ''transformaría la historia emocional de todos los niños que acudieran al jardín de cualquier ciudad que tuviera el privilegio de hospedarla". Luego de reírse, Aura agregó, ''plan con maña, maestro".

Después de repasar su largo vínculo con México, Botero se refirió a una nueva vertiente de su pintura, que ''ha reflejado la realidad de mi país, tanto la Colombia dulce y amable que conocí de niño, como la Colombia sufrida y sangrienta de ahora. Ese rostro atormentado por la violencia de mi patria ha aparecido sin remedio en mi trabajo, pues he llegado a sentir como una ineludible obligación moral la necesidad de retratar esa dura faceta".

La coleccionista Dolores Olmedo, a su vez, recorrió en silla de ruedas la muestra de 136 obras antes de iniciarse el acto. Botero la saludó y firmó su catálogo. El recorrido hecho por el propio expositor, sin embargo, fue apresurado y entre empujones. A su término el artista se dirigió al patio central donde se efectuaba la recepción. Una primera petición de autógrafo atrajo una avalancha de catálogos y papelitos. Ignacio Solares fue de los primeros en advertir que Botero estaba solo.

En seguida el artista fue llevado de inmediato a un segundo piso del edificio y luego a las oficinas de la directora del recinto, Dolores Béistegui. A las 21:18 horas, apenas una hora después de comenzado el acto, Botero, en compañía de su esposa Sofía, abandonó el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

La noche colombiana siguió, en tanto, hasta casi la media noche.