VIERNES Ť 23 Ť MARZO Ť 2001
Ť Puesto en marcha en 1995 para restarle fuerza social al EZLN
Desaparecen el Programa de Desarrollo Regional de Las Cañadas en Chiapas
ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL
Tuxtla Gutierrez, Chis., 22 de marzo. Los gobierno estatal y federal declararon desaparecido el Programa de Desarrollo Regional de Las Cañadas, instrumentado en 1995 para restarle fuerza social al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Luego de una reunión de más de cinco horas entre el comisionado para el Desarrollo Social y Humano de la Presidencia de la República, José Sarunkhán, cinco secretarios de estado y el gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, y los miembros del área social de su gabinete, se anunció el inicio de otro programa estatal que parta de la selva Lacandona hacia el resto de la entidad.
En el marco de la llamada Reunión para el Desarrollo de Chiapas, los representantes del presidente de la República Vicente Fox presentaron al gobierno local los programas que se pondrán en marcha, tales como el Plan Puebla Panamá, programas Marcha al Sur, Local de Desarrollo y los Ejes de Política Social del gobierno federal.
En esta reunión, que se efectuó a puertas cerradas para la prensa, estuvieron presentes los secretarios de Trabajo, Carlos Abascal; de Agricultura, Javier Usabiaga; de Educación, Reyes Tamez Guerra; de Desarrollo Social, Josefina Mota, y de Salud, Julio Frenk.
Después de la reunión, que empezó temprano y se prolongó hasta caer la tarde, Salazar Mendiguchía y el comisionado Sarunkhán anunciaron la desaparición del Programa de Desarrollo Regional de Las Cañadas, aplicado por el entonces presidente Ernesto Zedillo en coordinación con el gobierno local, en la zona con presencia zapatista. A sus primeros tres años de existencia, a dicho programa se destinó más de 350 millones de pesos.
Dicho proyecto fue calificado por el EZLN, organizaciones sociales y no gubernamentales, y ahora por el gobernador de Chiapas, como un programa diseñado con fines de contrainsurgencia. Entonces, comunidades bases de apoyo del grupo armado rebelde abandonaron la lucha a través de engaños con proyectos productivos y otros enseres para el campo.
Desde ahora, "el nuevo modelo debe diseñarse a partir de consensos desde las comunidades y con la participación de todos los actores sociales y políticos de cada región. Los gobiernos estatal y federal coinciden que en un gobierno democrático, ningún modelo será exitoso si se parte de criterios de exclusión o si existen sesgos partidistas", dijo Pablo Salazar.
Agregó que "la aplicación del nuevo modelo de desarrollo en el estado de Chiapas tendrá una etapa inicial en la región de La Selva", y de ahí se extenderá al resto de la entidad.
Este nuevo programa "será evaluado y auditado constantemente por agentes externos al gobierno federal y estatal", y que se crearán comisiones "que se encarguen de integrar la propuesta con las correcciones del gabinete social y que se prepare las ruta del consenso".
El programa, indicó, era rechazado porque su aplicación era condicionada, "y es por eso que agradecemos al gobierno federal la desaparición de este programa de Las Cañadas", concluyó Pablo Salazar.