VIERNES Ť 23 Ť MARZO Ť 2001
Ť Refresqueras incluso tienen pozos: Ensástiga
Necesario, revisar las condiciones en que la industria usa el vital líquido
ELIA BALTAZAR Y GABRIELA ROMERO
En medio del debate en torno del problema del agua, legisladores de PRD y PVEM se preguntan en qué condiciones y bajo qué normativadad funcionan las plantas embotelladoras de refrescos, como uno de los sectores industriales de mayor consumo en la ciudad.
"Poco sabemos sobre la regulación en el consumo de agua de esta rama de la industria, que incluso cuenta con sus propios pozos, y habría que ver cómo trabajan", dijo el diputado perredista Gilberto Ensástiga.
Si bien hay una propuesta para descentralizar esta industria y llevar sus plantas a otros estados del país, según informó la diputada del PVEM, Guadalupe García, nada saben los legisladores locales sobre los resultados de este programa y si ya se ha puesto en marcha.
En todo caso, agregó García, ésta no es la solución, pues significaría trasladar los problemas de la ciudad a otros estados del país, y quizá incluso no sería necesario que salieran todas.
Pero el alto consumo de agua por parte de algunas ramas de la industria es sólo uno de los muchos frentes que se abren en la lucha por el cuidado del agua en la ciudad, coinciden los legisladores de PVEM y PRD, a quienes preocupa la distribución equitativa, pues tan sólo en Iztapalapa una tercera parte de la población recibe el servicio una vez cada 12 días. No falta entre los diputados la incredulidad ante la promesa de resolver los problemas de agua en esa delegación en el corto plazo, como lo ofreció el jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador.
Es precisamente por las deficiencias en el servicio y en la infraestructura que Ensástiga rechaza que el cobro del agua se rija por la lógica del aumento indiscriminado, sin tomar en cuenta los factores sociales. "No está mal pensar en una regla que determine igual cobro por igual consumo, siempre y cuando todos tuvieran el servicio. Mientras tanto, el subsidio al servicio debe mantenerse", consideró.
Pero ello no garantiza que el servicio llegue a los grupos más desprotegidos, pues en zonas donde falta el agua hay que recurrir a los establecimientos que la embotellan, y donde los precios son muy caros, aceptó Ensástiga.
A lo anterior se suma también la contaminación de los mantos acuíferos por las descargas de agua contaminada en lugares como los campos agrícolas de Tláhuac.
Para la diputada ecologista, muchos son los retos, entre ellos un programa integral que aborde todas las caras del problema y promueva la concientización social.