Ť Conaza: el bajo presupuesto impide terminar con las carencias de 5 millones de personas
Insuficientes, los fondos para atender a la población que vive en zonas áridas
Ť Detectan irregularidades administrativas en la aplicación de 6 millones 123 mil 500 pesos
ALMA E. MUÑOZ
El 54 por ciento del territorio nacional está formado por zonas áridas y semiáridas con uno de los más altos índices de marginalidad. Para el gobierno representan uno de los principales focos de atención en el país, pero la falta de presupuesto, aunada a la desviación de recursos en años anteriores, impide dar atención integral a los mexicanos que viven en esas regiones.
Mediante la Comisión Nacional de Zonas Aridas (Conaza), organismo desconcentrado de la Secretaría de Desarrollo Social, el Estado brinda apoyo a 512 municipios de 11 estados de la República y define como prioridades satisfacer las necesidades de agua potable, diversificar y mejorar la producción mediante el establecimiento de proyectos productivos e impulsar la agricultura, ganadería y explotación forestal de subsistencia, entre otros, en beneficio de casi 5 millones de mexicanos.
El organismo cuenta con un presupuesto de 165 millones de pesos que, a decir del director, Manuel Agustín Reed Segovia, son insuficientes para terminar con las carencias: los habitantes sufren deficiencias de alimentación, educación y vivienda; carecen de agua potable; padecen de dispersión y aislamiento geográfico; alta siniestralidad en cultivos; en la mayoría de las comunidades, los jóvenes abandonaron sus lugares de origen en busca de trabajo y las comunidades se quedaron preponderantemente con mujeres, niños y personas de la tercera edad.
Afectación patrimonial
Además, se estima que por lo menos ocho de cada diez productores practican la agricultura y son campesinos temporaleros que ocupan suelos de ladera o áreas con precipitación pluvial muy irregular; están expuestos a un alto índice de siniestralidad y aplican prácticas agrícolas inadecuadas que conducen a la degradación del suelo, por lo cual obtienen resultados de bajo potencial productivo.
De los primeros análisis hechos por el gobierno entrante resalta que en esta comisión, único organismo del Ejecutivo para atender población de los zonas áridas y semiáridas, hay una afectación al patrimonio institucional por 6 millones 123 mil 500 pesos.
A sabiendas de que será hasta junio o julio cuando llueva en el desierto, el gobierno federal se mantiene en estado de prealerta, pues prevé ?como ocurrió en los últimos cuatro años? una gran sequía en la zona debido a que las presas ya no tienen agua.
"Esto es repetitivo. Si no nos preparamos con anticipación nos come el chamuco, como dicen. Junto con el Ejército ya estamos en fase de prealerta porque no hay agua en los bordos. Estamos reforzando el llamado Plan Acuario para contar con más pipas, en la actualidad contamos con 170 que dan atención a unos 2 millones de mexicanos en 16 entidades, para dotar de agua para consumo humano, y ya los tanques están colocados en las diversas comunidades", explicó en entrevista Manuel Reed.
?Por lo visto no hay presupuesto suficiente...
?El dinero que le metas al desierto no alcanza. Por eso buscamos la colaboración de todos, de los gobernadores, los presidentes municipales y la misma comunidad para que el poco dinero que hay rinda. 59 de las 250 microrregiones ?definidas por el gobierno actual para combatir la pobreza extrema? se localizan en el desierto porque la prioridad es irnos con los que menos tienen, pero independientemente de que hagamos todo lo que nos obliga la ley, lo prioritario para este año será el agua potable.
?Evidentemente la situación para los pobladores se complicará con la sequía...
?Al paso de los años la extensión es mucho más grande ?el área desertificada creció 2 por ciento en los últimos 20 años?, pero las comunidades ya no han crecido. Hay gran cantidad de pueblos abandonados y en muchos otros nada más viven viejitos, mujeres y niños. Los jóvenes salen porque no hay empleo y no hay sustentabilidad para mantener las comunidades.
Conaza considera zonas áridas aquellos lugares donde no es posible obtener cosechas costeables de cereales, a menos que se disponga de riego, y donde, a causa de la escasa precipitación pluvial, los cultivos son de muy bajo rendimiento y se pierde prácticamente 50 por ciento de ellos.
Brinda atención en Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Durango, Hidalgo, estado de México, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, aunque también apoya a comunidades rurales de Baja California Sur, Guanajuato, Querétaro, Sonora y Tlaxcala.
Al igual que en otros 12 estados donde se presenta la desertificación, la pobreza extrema es evidente por los prolongados y recurrentes periodos de sequía, las escasas precipitaciones pluviales y altos índices de evapotranspiración; insuficiencia de mantos acuíferos y abatimiento de fuentes permanentes de agua potable; sobrexplotación de recursos naturales.
Lo anterior conlleva a una economía de subsistencia donde predomina la agricultura con un alto riesgo de siniestro; ganadería de baja calidad; insuficiente infraestructura productiva; alta dependencia de la recolección de recursos silvestres; escasa organización de productores; grave descapitalización de las finanzas campesinas; comunidades pequeñas y dispersas; fuerte proceso de migración campo-ciudad; insuficiencia en la infraestructura y servicios de salud frente a una gran incidencia de enfermedades respiratorias y gastrointestinales; graves niveles de desnutrición; precarias condiciones de vivienda y un alto índice de analfabetismo.