VIERNES Ť 23 Ť MARZO Ť 2001
Ť En desventaja ha enfrentado a los pesos medianos del mundo
Me buscan para perder, pero tengo hambre: Gurrola
CARLOS HERNANDEZ
Militante de una división sin peleadores en el boxeo mexicano, Urbano Gurrola ha tenido que enfrentar, en franca desventaja, a los mejores púgiles de peso medio a nivel mundial.
Y su próxima contienda, luego de un año de inactividad, no será la excepción. Se medirá con el ex campeón mundial y segundo clasificado del CMB, el estadunidense David Reid, el próximo 1o. de abril en Las Vegas.
"Sé que me buscan para perder, pero lo que no saben es que los peleadores modestos tenemos mucha hambre de triunfo", expresa el púgil duranguense, luego de un agotador entrenamiento en el gimnasio Pancho Rosales.
El peleador fue avisado de la contienda con sólo 20 días de anticipación, pero aceptó por el sueldo y con la esperanza de ganarle a un púgil ubicado entre los mejores.
Gurrola ha enfrentado a boxeadores como el actual campeón Keith Holmes y a los clasificados Brian Barbosa y Anthony Echos, ante los que ha sumado derrotas.
Su última pelea, el 25 de marzo del año pasado, fue precisamente ante Barbosa, quien entonces estaba ubicado en el primer sitio de la OMB.
"Para mi próxima pelea voy a ir con todo, a noquear o a que me noqueen. Estoy consciente que a los mexicanos nos contratan para perder, pero por otra parte a mí me ha faltado ese extra", señala y admite que hace dos años y medio, cuando estaba en el sexto sitio del CMB, cayó en la indisciplina.
"La verdad andaba muy mal y me desubiqué, andaba de borracho por aquí y con los amigos por allá. Pero lo bueno es que se acabó el dinero y se acabaron los amigos, por eso ahora ya estoy más concentrado en el boxeo", anota.
Gurrola dice estar arrepentido, sobre todo porque las oportunidades en su categoría son muy escasas. "Ve aquí en el gimnasio, ni siquiera tengo rivales con los cuales entrenar, porque todos son pequeños".
Expresa que sí le atrae el cetro nacional, pero cuando se interesó en disputarlo "sólo me ofrecieron 9 mil pesos, cuando en el extranjero las bolsas son de más de 3 mil dólares".
Nacido en "un rancho de Durango", el pugilista dice que lo único que tiene de citadino es su nombre. "Mi abuela me pasó a chingar porque nací el mismo día que nació mi papá, el día de los Urbanos, pero yo soy de campo y cada que puedo voy para allá", anota.
El pelador suma ya 13 años fuera de su casa y radica desde hace siete en el Distrito Federal, "en espera de la fama y la fortuna del boxeo", comenta con ironía.
Por las tardes, luego del entrenamiento, le ayuda a un familiar a descargar mercancía de trailers, mientras sueña no sólo con ubicarse entre los mejores pesos medios del mundo, sino también en iniciar una carrera de doctor, "que era lo que yo quería ser hasta que se me atravesó esto del boxeo".