DOMINGO Ť 25 Ť MARZO Ť 2001
Ť Entre 17 y 20 por ciento de los jóvenes en el DF tiene "fantasías de muerte", señala
La violencia en la capital se ha vuelto "un estilo de vida", según estudio
Ť "No hay un liderazgo que oriente a la sociedad hacia aspectos positivos": García Venero
JOSE GALAN
Los capitalinos atraviesan por etapas de confusión mental y pérdida de valores que los sumergen en la ansiedad, el estrés y un clima de violencia. Por ello, es necesario orientar a la gente hacia la autoestima y, sobre todo, al autocontrol; es decir, aspectos positivos. Además, las autoridades de salud deben establecer esquemas preventivos para evitar que los problemas mentales se agudicen y, con ellos, la crisis social que redunda en violencia intrafamiliar y callejera.
Además, es necesario que los medios electrónicos modifiquen los contenidos de producciones, como telenovelas, que hasta ahora han difundido un mensaje de destrucción, traición e hipocresía que poco reflejan la verdadera idiosincrasia de los mexicanos, afirmó en entrevista María de la Soledad García Venero, directora del departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.
De acuerdo con estudios académicos, en la ciudad de México 75 por ciento de los jóvenes comienzan a consumir alcohol a los 15 años; 15 por ciento tiene baja autoestima; 54 por ciento no pone límites al abuso de compañeros o parejas sexuales; una de cada cinco adolescentes se embaraza; dos de cada 100 tienden a la autodestrucción; de 17 a 20 por ciento tienen fantasías de muerte; mil se suicidan al año.
En el caso de los adultos, un estudio de José Luis Gutiérrez Rodríguez, de la Secretaría de Desarrollo Social del Distrito Federal, afirma que "la violencia se ha vuelto un estilo de vida": diariamente se registran 709 casos de violencia intrafamiliar; 21 por ciento de las personas ha sufrido maltrato en la familia, de las cuales 35 por ciento en los últimos seis meses del año 2000. En el caso de Guadalajara y Monterrey, las cifras oscilan entre 16 y 30 por ciento, respectivamente.
Un estudio realizado por la dirección general de Servicios Médicos de la UNAM entre la población de estudiantes de primer ingreso refiere violencia intrafamiliar en 29 por ciento de los casos. Entre 40 y 50 por ciento de los padres beben o abusan del alcohol.
"Para nosotros la situación constituye un foco de alerta", añade García Venero, quien organiza un congreso internacional sobre psicología, al conmemorarse los 50 años de esa carrera en la Ibero, y que se realizará la semana entrante en la ciudad de México. "A mí, en lo personal, me preocupa el bombardeo de información negativa de los medios electrónicos, particularmente de la televisión. ƑCómo tener expectativas positivas si todo lo que se transmite es negativo?", se pregunta.
Entre las manifestaciones sociopolíticas de violencia colectiva se encuentran, de acuerdo con Gutiérrez Rodríguez, los suicidios, fugas y saldos rojos entre autoridades y representantes de la ley; manifestaciones de violencia colectiva en aras de "resolver" problemas; huellas de ira selladas por graffiteros en las paredes de la ciudad; saturación de instalaciones penitenciarias, en su mayoría por menores de 24 años; familiares o amigos cercanos que configuran el 90 por ciento de violadores de las menores de edad, y mujeres en prisión por homicidio, en su mayoría por haber matado a su esposo o pareja conyugal.
Para García Venero, otro de los problemas que enfrentan los mexicanos es que "no hay modelos. No hay un liderazgo real que oriente a la sociedad hacia aspectos positivos de la vida. Sencillamente no hay líderes". Incluso, los roles o modelos sociales están devaluados, "desde el maestro hasta el policía, y sin hablar de los políticos o líderes de opinión. Allí está el caso de Paco Stanley. ƑEse es el modelo que queremos en México? Ni hablar. Hay un enorme vacío que se refleja en los patrones de comportamiento de una sociedad cada vez más violenta".
Para los investigadores Angela Ibarrola y Rubén Rivermar, de la Fundación Mexicana de Psicoterapia Analítica, los resultados de la construcción mexicana del siglo XX, es decir "del proyecto nacionalista y revolucionario", son evidentes "y de gran magnitud". Para ellos, esta era de globalización ha llevado al Estado a deshacerse de "los pesados lastres" que lo caracterizaron como benefactor e interventor en la vida económica y social, y permitir que "la mano invisible del mercado" ordene a la sociedad en función de la sobrevivencia del más apto, del más calificado: del "triunfador".
"En pocas palabras, en muy corto plazo las mayorías nacionales han sido partícipes de profundos procesos de descomposición social que han implicado la pérdida de referencias, identidades, vínculos y valores colectivos, comunitarios y solidarios que contra viento y marea habían perdurado", añaden en su estudio La recomposición de los vínculos sociales en los ámbitos familiar y comunitario: El caso de la ciudad de México.
"En contraposición -dicen-, las mayorías han estado expuestas a la aparición violenta de situaciones y procesos que implícita y explícitamente se asientan en el individualismo, el pragmatismo, la competitividad, el utilitarismo, el inmediatismo y el voluntarismo".
La explicación de la delincuencia, la inseguridad, la violencia, los consumos adictivos y las perversiones sexuales, entre otras patologías presentes en la ciudad de México, no pueden ser objetivamente analizadas, ubicadas y enfrentadas sin contemplar la incertidumbre creciente, la ausencia de perspectivas y la profunda soledad en que se debate la población de la urbe, añaden.
La pérdida de identidad propia en la era del consumo, y la asunción de identidades de nuevo cuño provocan toda una conmoción en el siquismo, aseguran.