LUNES Ť 26 Ť MARZO Ť 2001
Ť El enfrentamiento del Presidente con Fernández de Cevallos data de diez años atrás
Las diferencias entre Fox y el PAN, patentes desde la toma de posesión
Ť Los dirigentes blanquiazules advirtieron que el partido no sería incondicional del Ejecutivo
ROBERTO GARDUÑO
Ya como presidente electo, Vicente Fox fue advertido por la dirección nacional del PAN que su relación no sería tersa, y que si bien desde el lado blanquiazul existía una disposición "absolutamente favorable" al proyecto del nuevo gobierno, ese apoyo no constituiría un cheque en blanco para su candidato ganador.
En noviembre pasado, una vez que Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón Hinojosa ya operaban como coordinadores parlamentarios de Acción Nacional en las cámaras de Senadores y Diputados, respectivamente, el presidente Fox Quesada se presentó al Consejo Nacional del PAN para solicitar apoyo y respaldo de su partido al mandato presidencial en los próximos seis años.
Y así fue. En plena euforia desatada en el auditorio del nuevo edificio del PAN por la asistencia de Fox y su solicitud de respaldo, los dirigentes le expresaron que así sería, que lo aconsejarían, pero más tardó Fox en abandonar ese recinto que Luis Felipe Bravo Mena, Fernández de Cevallos y Calderón Hinojosa condicionaron su cercanía con el hombre que días más adelante tomaría posesión del Poder Ejecutivo. Es más, a la prensa le aseguraron que no serían sus incondicionales.
Desde entonces las señales políticas del PAN y del primer mandatario comenzaron a transitar por rutas distintas. La historia de las diferencias se remonta a una décadas atrás y los contrincantes tienen nombre y apellido: Vicente Fox y Diego Fernández de Cevallos.
La llamada concertacesión en Guanajuato, durante 1991, que despojó a Vicente Fox de la gubernatura en aquella entidad, propició un señalamiento directo contra Fernández de Cevallos, al que el mismo candidato ganador despojado acusó de negociar con el presidente Carlos Salinas de Gortari y beneficiar a Carlos Medina Plascencia, que entonces era alcalde de León y ocupó el interinato de la entidad.
Tres años después Fox ganó la gubernatura y Fernández de Cevallos perdió bonos ante la opinión pública por haberse replegado, después de que en 1994 ganara el debate presidencial a Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas.
Fue a principios de 1999 que la disputa entre los dos panistas se ahondó porque Fernández de Cevallos empujó la idea entre la oposición política al PRI para que se formara una alianza capaz de derrotar en las urnas al partido que, hasta entonces, gobernaba el país. Vicente Fox, ya como viable candidato de Acción Nacional a la Presidencia de la República, público un libro que tituló Rumbo a la victoria, donde acusó a su compañero de ser el responsable de la concertacesión en Guanajuato, cuando Luis H. Alvarez -ahora comisionado para la paz en Chiapas- se desempeñaba como dirigente del PAN.
Aquella publicación ofendió a Fernández de Cevallos, y en una actitud protagónica se alejó de todo lo que tuviera relación con Fox. Meses después, el candidato presidencial panista ofreció disculpas al queretano y la cosa, parecía, quedaría ahí. Pero las diferencias se ahondaron porque Fernández de Cevallos propició la discusión de la gran alianza y del candidato de oposición único, cuya responsabilidad deseaba Fox. Además, quien ahora se desempeña como el coordinador panista en el Senado se mantuvo alejado de la campaña foxista.
El PAN no será incondicional de Fox
Incluso Felipe Calderón Hinojosa -cuando peleaba la coordinación de los diputados panistas- declaró a este diario que el PAN no sería un ente incondicional del presidente Fox. Y en ese mismo tenor se sumó el dirigente de Acción Nacional, Luis Felipe Bravo Mena, en el Consejo Nacional de noviembre del año pasado.
"El partido no caerá en errores que propicia el desorden y la demagogia de su vida interna. Se trata de que Acción Nacional sea cada vez mejor y no una lastimosa caricatura de nuestros adversarios".
El entonces ya coordinador de los senadores del PAN, Fernández de Cevallos, con su estilo renuente a todo lo relacionado a Vicente Fox, afirmó que los integrantes de Acción Nacional deberán "asumir sin vergüenza nuestra condición de panistas, como lo es Fox, con todas las coincidencias que ello implica. Por supuesto que no podemos coincidir durante los próximos seis años absolutamente en todo con el presidente Fox". Y en forma de descargo agregó, "bueno, con decirles que ni el PRI coincidió siempre con sus presidentes".
En aquella ocasión Fernández de Cevallos fue cuestionado por los reporteros que asistieron al cónclave panista:
-ƑEl PAN se convertirá en partido de Estado?
-Yo creo que a nadie le debe de sorprender que el PAN no vaya a convertirse en el nuevo partido de Estado por una razón importante, porque no lo permite la correlación de fuerzas ni la nueva cultura de la sociedad. Aun suponiendo que quisiéramos incurrir en esa aberración, no lo permiten ustedes y no lo permite la conformación de fuerzas políticas.
En ese momento también, Luis Felipe Bravo Mena se sumó a esa postura, al asegurar que el PAN es de ciudadanos y no tiene "en su clave genética" la posibilidad de ser un partido de Estado.
"Aun ganando las elecciones y siendo un partido en el gobierno, no tiene las condiciones ni los impulsos naturales para convertirse en un partido de Estado. Estamos dispuestos a ir juntos con el presidente electo en este proyecto, pero a su vez en los ámbitos que a cada uno corresponde, sin intervenir uno sobre el otro".
Desde entonces las diferencias entre el presidente Fox y Fernández de Cevallos se incrementaron. El senador panista, con su estilo beligerante, introdujo otro capítulo a las diferencias con el Presidente de la República. Desde que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional anunció que su comandancia viajaría a la ciudad de México para defender ante el Congreso la iniciativa de ley de derechos y cultura indígenas, el legislador de Acción Nacional advirtió que él nunca dialogaría con "encapuchados".
Chiapas, factor de discordia
Aquello propició malestar en los círculos presidenciales porque Fox, desde el día de la toma de posesión, aseguró que la solución al conflicto armado en Chiapas sería una de sus prioridades. Fernández de Cevallos continuó expresando repudio a la visita de la dirección zapatista y sus declaraciones soliviantaron a otros personajes como el mismo gobernador de Querétaro, Ignacio Loyola, quien incluso llegó a solicitar la pena de muerte para los rebeldes del EZLN por supuesta "traición a la patria".
En medio de aquellas posturas, Bravo Mena trató de calmar los ánimos, sobre todo de sus correligionarios, y declaró a La Jornada que las declaraciones de algunos integrantes prominentes del PAN contra el EZLN no representaban la postura de Acción Nacional sobre el conflicto. Consideró que carece de importancia si los zapatistas llegaban al Congreso con capucha o sin ella.
"Es normal que se escuchen voces diversas dentro del partido porque el CEN no ha definido posición frente a ese hecho precisamente porque hay un debate, un diálogo interno sobre el tema". De lo que se dio cuenta la opinión pública semanas después de esas declaraciones fue que el PAN no tomó muy en cuenta la actitud conciliadora de Bravo Mena y definió que tanto sus senadores y diputados desaprobarían la presencia de los dirigentes zapatistas en la tribuna del Congreso de la Unión.
No obstante, tanto el comisionado para la paz, Luis H. Alvarez, como Rodolfo Elizondo, coordinador para la Alianza Ciudadana del gobierno de Vicente Fox, continuaron trabajando para lograr que las posturas "duras" del PAN se convencieran de la necesaria participación de la dirección zapatista en el Congreso para que expusieran sus razones sobre la iniciativa de ley de la Cocopa y posteriormente se votara en el pleno legislativo por un sí o por un no. En medio de aquel cabildeo, Fernández de Cevallos, junto con un importante sector de priístas, encabezados por Enrique Jackson en el Senado de la República, consiguieron desaprobar la presencia de los zapatistas en esa cámara.
En la Cámara de Diputados, la fracción panista, coordinada por Calderón Hinojosa, votó en contra de la presencia de los rebeldes en esa tribuna. El presidente Fox fue derrotado en la cámara por sus propios correligionarios. Pero un punto de acuerdo conseguido por las bancadas de PRD, PT, PVEM y una mayoría del PRI lograron darle un respiro al mandatario, quien ahora ha declarado que en breve responderá completamente a las demandas zapatistas para iniciar el diálogo por la paz. Aun así, en el futuro se vislumbran nuevos enfrentamientos entre el Ejecutivo y el PAN. Tanto que el mismo Diego Fernández de Cevallos llegó a declarar en una de sus visitas a la casa presidencial a la pregunta:
-ƑCómo estuvo la comida con el presidente Fox?
-Agradable, incluso el presidente Fox estuvo agradable.