MARTES Ť 27 Ť MARZO Ť 2001

El filme abre debate sobre el fracaso de la guerra antidrogas

Traffic, una herida en el corazón de EU

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 26 de marzo. El presupuesto antinarcóticos de Estados Unidos asciende a 40 mil millones de dólares al año, según cifras conservadoras, y el presidente George W. Bush afirma que continuará centrando su estrategia en más penalización de drogadictos y narcotraficantes, campañas militarizadas de interdicción internacional y de propaganda para promover el mismo mensaje de los últimos 20 años entre los jóvenes: dí no a las drogas.

Pero cada día es más difícil ignorar un creciente cuestionamiento de las estrategias aplicadas en la materia. Esta semana, la historia de un policía mexicano honesto que lucha contra el narcotráfico logró uno de los reconocimientos más altos de este país, y, por otro lado, el gobernador republicano de Nuevo México declaró que la legalización de la heroína (permitir que los adictos tengan acceso a ella mediante receta médica) podría reducir las consecuencias negativas de la guerra contra las drogas.

Hace unos días, una encuesta nacional reveló que la mayoría de los estadunidenses opina que la guerra antinarcóticos es un fracaso. La heroína no está por ser legalizada aquí. Pero como ilustró la película Traffic, a pesar de que el presupuesto del sector en Estados Unidos se ha incrementado en más de 50 por ciento en los últimos cinco años, las drogas están más disponibles y son más baratas y puras que nunca.
Traffic
Este mensaje parece haberse entendido por lo menos en Hollywood, donde este domingo Traffic ganó cuatro premios Oscar. Tal vez lo más notable fue el galardón recibido por Benicio del Toro como mejor actor de reparto, en reconocimiento a su papel como un policía mexicano que busca cómo mantener su integridad en el mundo sin reglas del narcotráfico en Tijuana.

Resulta notable porque durante los últimos años en el debate del narco en esta capital la idea de un policía mexicano como "héroe" sería impensable, pero al parecer Hollywood no está de acuerdo.

Quizá Traffic ha generado el debate más amplio sobre las drogas en este país y particularmente sobre el fracaso de la estrategia oficial. El impacto de la película ha obligado a algunos políticos a reconocer, con renuencia, que tal vez este país aún no cuenta con un método para abordar, de forma efectiva, su problema de consumo y tráfico de drogas ilícitas.

Nada menos el propio ex comisionado de Aduanas Raymond Kelly reconoció el pasado viernes que la película proyecta una realidad "precisa" del narcotráfico, y el presidente del comité Judicial del Senado, el conservador Orrin Hatch, declaró a The Washington Post hace unos días que Traffic marcó un cambio al convencerlo de que deberían ser dedicados más fondos al tratamiento. "La película me puso en claro que tenemos que hacer más", afirmó el senador. Aunque Hatch no favorece la despenalización o legalización de estupefacientes, el hecho de que esté considerando alternativas a sólo aumentar fondos para la lucha de seguridad pública es una prueba contundente de que algo está cambiando.

Claro, gran parte de la cúpula política aún está de acuerdo con la reacción de un influyente asesor republicano que caracterizó a Traffic como "vergonzosa" y sostuvo que se deben promover tanto el tratamiento como soluciones mediante la seguridad pública para enfrentar el narcotráfico.

Pero no hay duda que Traffic está nutriendo un movimiento al nivel estatal que promueve un cambio en la política antinarcóticos de Estados Unidos. Aunque probablemente son pocos los que están de acuerdo con la posición del gobernador republicano de Nuevo México, Gary Johnson, quien afirma que el uso de la heroína debería ser legalizado, el hecho de que un hombre con estas posiciones pudiera ser electo a su puesto es prueba de que existe una creciente duda pública sobre si las soluciones actuales para el problema de la droga están funcionando.

En una entrevista con CNN la semana pasada, Johnson sostuvo que la guerra contra el narco ha fracasado y que la legalización de las drogas ilícitas es la única solución real al problema del abuso en el consumo en este país.

Nueve estados han aprobado ya legislaciones para legalizar el uso médico de la mariguana con receta médica, y la semana pasada el Congreso estatal de Nuevo México aprobó tres leyes que reducen las penas legales por el uso de drogas y permiten la venta de jeringas en las farmacias.

Ethan Nadelmann, director del Lindesmith Center en Nueva York, organización que promueve una reforma a la actual estrategia antidrogas, afirma que existen movimientos como el suyo que trabajan en otros diez estados (el Lindesmith Center tiene una página de Internet que utiliza Traffic para ilustrar los fracasos de la guerra antinarcóticos:

www.stopthewar.com).

El programa de noticias Nightline de ABC News dedicó sus cinco trasmisiones de la semana pasada a los temas de la película e intercaló imágenes de Traffic con entrevistas a policías, políticos, analistas y periodistas en México (incluyendo el corresponsal de La Jornada en Tijuana, Jorge Cornejo) y Estados Unidos para reforzar el mensaje de que las actuales políticas antinarcóticos no están funcionando.

Así, no fue sorprendente que 74 por ciento de los estadunidenses opinó, en una reciente encuesta de la Pew Center, que Estados Unidos está "perdiendo la guerra contra las drogas" y que el problema principal es la demanda de estupefacientes en este país.

Sin embargo, estos cambios políticos a nivel estatal y las dudas públicas aún no resultan en grandes cambios en Washington, donde la mayoría de políticos teme, ante todo, ser percibido como "suave" frente al problema de las drogas. El gobierno federal acaba de anunciar nuevas regulaciones que permiten penas más duras por posesión de la droga sintética Ecstasy que por cocaína.

Asimismo, varios legisladores conservadores han escrito al presidente para quejarse por la demora en el nombramiento de un nuevo zar antidrogas de la Casa Blanca, y por versiones de que el presidente George W. Bush está considerando reducir la importancia de ese puesto. Pero el mandatario también está recibiendo presión desde varias partes del país para cambiar de óptica. Varios cientos de miles de ciudadanos han firmado cartas a Washington instando a la consideración de una nueva estrategia para combatir el abuso de drogas, indica el Lindesmith Center.

"Señor presidente, más y más estadunidenses están rechazando nuestras actuales estrategias", escribió el centro en una misiva enviada a Bush. "A través del país estamos pidiendo una manera nueva, ya no basada en el temor y la ignorancia, sino en el sentido común, la ciencia, la salud publica y los derechos humanos".

Pero está por verse si esto resulta en un cambio en la política nacional.