MIERCOLES Ť 28 Ť MARZO Ť 2001
Ť Clientes ubicados en Estados Unidos, principalmente
Pornografía infantil por Internet, negocio que trascendió la frontera rusa
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 27 de marzo. Amparado con una credencial de asesor de una diputada del partido comunista de Rusia, que le abría las puertas de las oficinas de influyentes funcionarios y era una suerte de garantía de impunidad, Vsevolod Solntsev-Elbe, un joven moscovita que aún no cumple los 30, quiso hacerse millonario a costa de explotar sexualmente a niños de entre 8 y 14 años de edad.
Montó para ello un "negocio", que trascendió fronteras y llegó a convertirse en una de las mayores redes internacionales de pornografía infantil que se han conocido en los últimos años, con clientes identificados principalmente en Estados Unidos y en por lo menos otros 23 países, entre ellos México, revelaron este martes fuentes de la policía de Moscú.
La organización criminal Orquidea Azul, conocida así por el nombre homónimo de la página web que usaba en la Internet como catálogo de servicios, fue desmantelada en una operación conjunta del servicio de aduanas de Estados Unidos y la policía rusa, que duró diez meses de intensa investigación. Se espera la consignación de los primeros 64 clientes , en los países en que la pedofilia se persigue por ley.
La página de Orquidea Azul tenía una amplia oferta de videocasetes, grabados en Moscú, con todo tipo de imágenes de violencia física y sexual contra menores de edad. En dependencia del contenido, el precio de los casetes iba de los 2 mil a los 3 mil pesos. Durante la operación policial se requisaron más de 10 mil copias y numerosos equipos de video empleados por los delincuentes.
También se informó que dos de los adultos rusos, que hacían de "actores" en las grabaciones, se suicidaron arrojándose por las ventanas de sus departamentos cuando iban a ser arrestados.
La organización criminal no se limitaba a distribuir pornografía infantil y estaba a punto de convertir Moscú en "paraíso mundial de la pedofilia", publicitando unos llamados viajes de placer, en que los pedófilos extranjeros podían escoger previamente al niño para abusar de él durante su estancia en la capital rusa.
La televisión estatal rusa, el canal RTR, emitió esta noche la segunda y última parte de un programa especial sobre el desmantelamiento de Orquidea Azul, que incluye la detención de Glenn Martikean, ciudadano estadunidense, filmada con cámara oculta, en el momento justo en que el "turista sexual" pide a un adolescente ruso que se desnude en la habitación de su hotel.
Los hechos ocurrieron el pasado enero y Martikean fue deportado a Estados Unidos, donde puede ser condenado a 30 años de prisión. No sin ironía, el conductor del programa apuntó que nada le hubiera sucedido al pedófilo si fuera ruso y no estadunidense, porque aquí ya no es delito mantener relaciones sexuales con un niño de 14 años.
Los diputados de la Duma, con 280 votos a favor y tan sólo uno en contra, aprobaron una enmienda en el Código Penal de Rusia que establece que el delito de perversión de menores deja de ser aplicable a partir de los 14 años cumplidos.
La medida, adoptada en mayo de 1998 y que reducía ese límite en dos años, fue promovida en su momento como "necesaria constatación de una actitud más liberal hacia el sexo" en la sociedad post-soviética, lo que en la práctica se tradujo en un resquicio legal usado profusamente por los pedófilos.
"Desde que cambió la ley, no podemos hacer nada contra adultos que mantienen relaciones sexuales con niños de 14 años", lamentó el jefe de la policía de Moscú, Aleksandr Binyenko, en conferencia de prensa celebrada este mismo martes.
Binyenko comentó que la operación contra Orquidea Azul es ya la tercera que se realiza de manera conjunta con el servicio de aduanas de Estados Unidos. La anterior concluyó con la clausura del "estudio cinematográfico" de Dmitri Kuznetsov, en febrero de 2000, que utilizaba a un grupo permanente de niños de entre los 10 y los 14 años.
Los niños, mayoritariamente de familias pobres de provincia, cobraban entre 300 y mil pesos por día, dependiendo de la dificultad de la "filmación". Igual cantidad pagaba a los menores que explotaba Solntsev-Elbe y, lo más dramático, es que en el sumario figuran no menos de 100 cartas de padres indignados no porque hayan abusado sexualmente de sus hijos, sino por no haber recibido la cantidad que se les había prometido.
Una madre, entrevistada en el programa de RTR, llegó a afirmar sin asomo de remordimiento de conciencia que a su hija de 8 años "incluso le gustaba actuar en las películas" y que era una forma de completar los ingresos familiares. La pequeña, aún sin tener idea de qué atrocidades la obligaban a hacer, se mostró orgullosa de ganar 300 pesos por día y de recibir, a veces, "hasta unos chocolates".
Para Binyenko, la actual legislación es terreno fértil para el auge de la pornografía infantil, ya que en Rusia el mayor castigo que se puede recibir por producirla y distribuirla es de dos años de prisión, normalmente condicional, si no se tienen antecedentes penales.
Esa condena espera a Vsevolod Solntsev-Elbe, el nuevo frustrado millonario.
Su antecesor, Kuznetsov, quedó exonerado de toda culpabilidad en mayo de 2000, tres meses después de haber sido condenado, en algo más lamentable que una simple burla, gracias a una amnistía en ocasión del 55 aniversario de la Victoria sobre la Alemania nazi.